Marcela Sabat detalla su nueva faceta de bailarina

La diputada Marcela Sabat está enfrentado una dura batalla. Pero, esta vez es lejos del hemiciclo, debido a que se está preparando para ser parte del programa “Bailando” de Canal 13 en el receso legislativo del Congreso durante febrero.
La parlamentaria de RN se esfuerza para que cada gota de sudor le sirva para realizar los mejores pasos en el programa televisivo. Con moretones repartidos en el cuerpo, Sabat relata al vespertino La Segunda qué se siente ser una bailarina de alto calibre.

“Bailar es una forma de expresión”, dice y después agrega que “es una relación muy normal. Puede que tenga algún complejo con ciertas partes de mi cuerpo, lo típico de cualquier mujer”.

Aunque aclara que tiene sus dudas sobre la visión que tendrán los televidentes cuando la vean intenta realizar la coreografía que practica en su actual rutina lejos Valparaíso.

“No soy una mujer apta para la televisión. Soy una mujer común y corriente que se tiene que cuidar muchísimo para no engordar”, afirma.

“¡Al lado de las demás participantes seré una obesa mórbida!”, añade y el periodista que la entrevista le responde que “parece un fideo” y que su físico es de buen gusto para los chilenos, algo que lo toma a pecho la congresista.

“¡Fideo no soy! ¡A lo más soy un ravioli relleno, huevón!”, contradice, pero se relaja y comenta entre risas que: “¡Eso es lo peor que le pueden decir a una mujer! Al chileno le gusta la pierna, el tuto… ¡a mí no!”.

Por otra parte, sale a responder las críticas por no “cumplir sus deberes parlamentarios” y da una serie de argumentos para explicar el porqué no abandona sus deberes legislativos.

“Uno: no voy a dejar de cumplir mis labores por estar en el programa. Dos: voy a utilizar mis vacaciones para dedicarme a esto. Y tres: Todo lo que gane lo donaré a la Fundación Villa Padre Hurtado”,dice.

“Yo creo que bailar no tiene un reproche ético”, agrega.

Además, aprovecha la ocasión para contar que hará un nuevo proyecto de ley contra el acoso y da más detalles sobre el asunto.

“Esto tiene que ver con un acoso sexual que antes no tenía tipificación. Hay un 70% de mujeres agraviadas en la calle”, fundamenta.

Luego, cuenta un fuerte episodio que la motivó ser consciente del problema que aqueja diariamente a las mujeres chilenas.

“A mí me pasó de ir por la calle y que un señor que me seguía se abriera el cierre y sacara su…”.

“Me pasó muchas veces. O gallos masturbándose en la micro al lado tuyo. Una vez me tiraron contra una reja, pero como no tenía lesiones no podía hacerse nada. ¡Y eso es acoso callejero!”, enfatizó.

Sin embargo, es bien clara sobre las dudas que pueden ocasionar “los piropos” y no duda en decir “estoy agradecida si es que son buenos”.

“¡Hay que sacar la caricatura de que los piropos van a ser penalizados!”.

“¡Oye, si los buenos piropos yo los agradezco y me río…!”, argumenta la diputada, quien aprovecha sus vacaciones para dedicarse a bailar y mostrar una faceta desconocida de su vida.