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Opinión

31 de Enero de 2016

Ley de Respeto Callejero: Un proyecto contra los síntomas de la violencia de género

Se habla de estas situaciones como si fueran aisladas, como si debiera preocuparnos un problema por sobre otro. En realidad se trata de la misma injusticia. La violencia de género, sus crímenes de odio y control, son parte de un continuo que se encuentra incrustado en nuestra cultura. No se puede erradicar el mal mayor sin mirar los síntomas: un mundo de relaciones en desigualdad.

Observatorio contra el Acoso Callejero Chile
Observatorio contra el Acoso Callejero Chile
Por

CAMPAÑA ACOSO CALLEJERO A1

*Por María Francisca Valenzuela, Presidenta de OCAC Chile

Durante el 2015, 58 mujeres y niñas fueron víctimas de femicidio en Chile. Cinco mujeres al mes. Más de una a la semana. Otras 16 mil fueron violadas o abusadas sexualmente. Y 8 millones —casi toda la población de mujeres chilenas— sufrió acoso sexual callejero.

Se habla de estas situaciones como si fueran aisladas, como si debiera preocuparnos un problema por sobre otro. En realidad se trata de la misma injusticia. La violencia de género, sus crímenes de odio y control, son parte de un continuo que se encuentra incrustado en nuestra cultura. No se puede erradicar el mal mayor sin mirar los síntomas: un mundo de relaciones en desigualdad.

A los 12 años, una niña ve publicidad sexista sobre juguetes que le enseñan a cocinar, cuidar una guagua y mantener el imperativo de ser bella. Piensa que su rendimiento en matemáticas es más bajo que el de sus compañeros varones y olvida que esa diferencia no existió hasta sexto básico y que responde al llamado “currículum oculto”, que supone que los niños son mejores para calcular y las niñas mejores en lenguaje. Esa misma niña se desplaza de la casa al colegio y escucha frases sexuales o sufre “agarrones” y la justificación de la sociedad es que es su culpa, por su ropa o por el horario en que transita.

Que entendamos esta estructura como algo tradicional, como parte de la idiosincrasia chilena, es un error terrible. En realidad, esto muta en el tiempo. Antes, las mujeres no votábamos, no podíamos ir a la universidad e incluso se pensaba que la violencia intrafamiliar era “problemas de casados” y que “no había que meterse”. Hoy es distinto. La cultura cambia y los derechos de mujeres y niñas se encuentran en una importante fase de reconocimiento.

Hace dos años, una víctima de violencia sexual en espacios públicos guardaba silencio. Quizá comentaba con alguien: “un viejo me tocó” o “me dijeron algo asqueroso”. Se vivía violencia sin saber qué nombre ponerle o a quién pedir ayuda. Gracias al trabajo de la sociedad civil, del Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC) y de las nuevas generaciones, una colegiala podrá decir con fuerza que fue víctima de acoso sexual callejero, y que es algo dañino. Ya no habrá niñas que deseen ser invisibles en el espacio público, para evitar ser vistas y atacadas, como muestra el último video de OCAC Chile. Nuestro país habrá cambiado y las hijas no tendrán que vivir la misma historia que sus madres.

Como lo ha hecho hasta ahora, en 2016 OCAC Chile seguirá apoyando a las distintas organizaciones de la sociedad civil que combaten la violencia de género. Y también seguiremos el camino para erradicar el acoso sexual callejero. Hoy, invitamos a la ciudadanía a firmar para apoyar la Ley de Respeto Callejero, que se discute en el Congreso y que busca sancionar una de las tantas agresiones que existen contra las niñas y mujeres. Esa ley, tenemos la certeza, será un gran paso para erradicar el acoso callejero, uno de los tantos síntomas del continuo de violencia de nuestra sociedad.

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