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Nacional

3 de Febrero de 2016

Arquitecta Cynthia Ross rompe el silencio tras quedar con arresto domiciliario nocturno por el caso Caval

"Entiendo que yo soy una persona que se relaciona con otras, y que tengo pagos de Juan Díaz, que es una persona que sí estaba interesada en el negocio; y estoy tranquila porque tengo que explicar mis otros trabajos y para eso tengo todos los documentos en orden: correos, trabajos que ya están realizados. A mí no me han “cohechado”, jamás. Tengo 100% de certeza de eso. No he hecho ni dicho nada para beneficiar a terceros, aquí hay una terrible confusión", se defendió la sobrina de Patricio Wiesner, dueño inicial de los terrenos en Machalí que compró la pyme Caval de Natalia Compagnon y Mauricio Valero. Revisa aquí el día después de Ross tras la audiencia de formalización en la que quedó con arresto domiciliario nocturno y arraigo nacional.

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La arquitecta Cynthia Ross asegura que no lo ha pasado nada bien durante el último tiempo. Peor aún luego de que el pasado viernes 29 de enero recibiera como medida cautelar el arresto domiciliario nocturno y el arraigo nacional tras la audiencia de formalizaciones en el bullado caso Caval, que apunta a la compra y venta de los terrenos en Machalí por parte de la pyme de Natalia Compagnon y Mauricio Valero.

En conversación con el diario LUN, desde su parcela en Chicureo, Ross decidió romper el silencio y contó cómo le ha impactado el mediático caso y los detalles que a su juicio, la metieron en el asunto que vincula a la familia directa de la Presidenta Michelle Bachelet.

“Ha sido impactante, ya que no soy una persona pública, soy 100% una persona técnica”, comenzó diciendo Cynthia, a su vez que reconoció que el tema de la formalización “fue extraño, me sentí acosada a la salida (del Tribunal), porque es chocante ver y escuchar el nombre de uno en cualquier medio de comunicación”.

Sin embargo aclaró que “estoy profundamente contenida por mi familia” y que “empatizo con el fiscal en que hay muchas cosas por aclarar. La historia es compleja y enredada y por eso estoy dispuesta a colaborar, siempre lo he hecho. Soy una de las personas que más quiere que se sepa la verdad porque esto, para mí, implica un tema familiar”.

“Todos me conocen y todo el mundo me apoya. Estamos tranquilos esperando que esto se termine luego”, precisó.

Al ser consultada por un posible conflicto de interés o problema ético al ingresar a la Municipalidad de Machalí luego de que su tío Patricio Wiesner le pidiera ayuda para vender sus terrenos, la profesional contestó firmemente que “nunca sentí un conflicto de interés porque es mi trabajo desde hace 20 años. Nunca hice presión ni informé a las autoridades que esos terrenos fueran incluidos en una propuesta de la Seremi del ministerio de Vivienda. Esa fue una decisión de la Seremi, del departamento de Desarrollo Urbano, donde el jefe en Rancagua es Patricio Olate. En la municipalidad yo estaba encargada de apoyar a la dirección de obras (a cargo de Jorge Silva) y ver todos los temas relacionados con la planificación urbana”.

Sobre el análisis que realizó titulado “Informe de Tasación terreno 44 hectáreas”, que fue revisado por la empresa Caval para comprar los paños en cuestión, Cynthia Ross indicó que “Caval no terminó comprando los terrenos por ese informe. Me hago responsable del informe, pero este tenía otro objetivo, que era hacer un estudio de mercado. Eso fue lo que me dijeron. Nunca supe que iba a llegar a manos de Caval ni que se iba a repartir por todo Chile porque era de carácter 100% privado. El informe fue entregado a Patricio Cordero y él, no sé con qué autorización, lo envió a Caval”.

En cuanto a los pagos por 61 palos que el gestor inmobiliario del síndico Herman Chadwick, Juan Díaz, le pasó, Ross se defendió asegurando co n todas sus letras que esas lucas “corresponden a trabajos que realicé para Juan Díaz. Fueron de diferente tipo: el trabajo de la propuesta de las 174 hectáreas en Machalí fue el primero que le hice, luego trabajos en Buin, para la CCU y en la comuna de Renca. Todo está reflejado en mi cuenta corriente, donde un tercio de esos pagos corresponde a pagos a proveedores, como ingenieros y dibujantes; o sea gente, que me ayudó a trabajar a mí y que yo les pagué. El resto del dinero corresponde a cuatro años de trabajo a Díaz. O sea, unos $40.000.000 a cuatro años, que son como $800.000 mensuales, aproximados. No me he enriquecido ilícitamente, soy profesional independiente y cobro por mi trabajo”.

Por el tema de los paños en cuestión aseveró que “por eso me pagó $18.000.000. A Juan Díaz lo conocí en la municipalidad de Buin. Yo estaba trabajando a honorarios y él apareció en el mesón. Eso ocurrió a fines de 2009″.

La mujer que además se encuentra con la prohibición de comunicarse con los otros imputados del caso Caval detalló que entró a trabajar a la muni de Machalí “por una convicción personal. A mí me lo propusieron y acepté porque ellos manifestaron el interés de mis conocimientos en prestarles ayuda. Jorge Silva (ex director de obras de la comuna) estaba recargado de trabajo y no había profesionales competentes que entendieran de estos temas. Accedí porque nunca hubo una restricción de horarios y nunca hubo una restricción de hacer otros trabajos. Fue por una convicción personal, porque esto era importante para mi currículo: poder volcar todo el conocimiento que yo tenía en la Región Metropolitana en una zona que estaba creciendo. Era sumamente interesente desde un punto de vista profesional”.

En otros pasajes de la entrevista confesó que nunca vio todo este asunto como un negocio y que “he ganado por mi trabajo profesional, tengo más de 20 años de experiencia en estos temas”.

A su vez Ross jura que no conoce ni a Natalia Compagnon ni a Mauricio Valero. Es más, dijo, “nunca me relacioné con ellos”.

“Entiendo que yo soy una persona que se relaciona con otras, y que tengo pagos de Juan Díaz, que es una persona que sí estaba interesada en el negocio; y estoy tranquila porque tengo que explicar mis otros trabajos y para eso tengo todos los documentos en orden: correos, trabajos que ya están realizados. A mí no me han “cohechado”, jamás. Tengo 100% de certeza de eso. No he hecho ni dicho nada para beneficiar a terceros, aquí hay una terrible confusión”, puntualizó.

Pese a todo, la arquitecta contó que hasta el momento no ha tenido problemas en el ámbito laboral tras el destape del caso Caval. “Estoy ejerciendo libremente mi trabajo, no he dejado de tener mi prestigio profesional. Mis clientes me apoyan 100%, no me cuestionan porque saben quién soy, así que estoy tranquila”.

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