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Opinión

3 de Marzo de 2016

Astromostra, astrólogos argentinos: “Bachelet arrastra el karma de que sus hijos le paguen muy mal”

Astrólogos, actores y activistas gay, el trío Astromostra es furor en las redes sociales y en el espectro radial argentino gracias a sus desfachatados pronósticos para cada signo del zodíaco y sobre la contingencia y la política. Son tres: dos se hacen cargo de la hilarante verborrea astrológica y un tercero hace como que no entiende nada para que sus compañeros se explayen. Hablamos con los dos que saben, Gael Policano y Martín Wollman, sobre el lugar del astrólogo en el universo de los chantas, el futuro de Argentina con Macri, las posibilidades de Donald Trump y el karma que acecha a Bachelet.

Ana Maria Hurtado
Ana Maria Hurtado
Por

Astromostra

¿Gómo nació Astromostra?
Gael: Yo empecé haciendo astrología en un call center de videncia, donde el negocio era que mientras más le hablabas a una persona y más preguntas te hacía, más plata ganaba el dueño. No tenía idea de nada, pero nos daban material de lectura y entendí muy rápido el lenguaje de la astrología. En 2012 empecé a salir en la radio en un programa de consultas amorosas. En ese consultorio me fui dando cuenta de que estaba levando la masa, tenía mucho material incubándose. Y en 2013 conocí a Martín.
Martín: Yo estudié desde los 15 años con una profesora, María Etcheverry, que me introdujo en la astrología con la visualización de los 12 signos. Desde ahí sigo una línea de astrología psicológica que es la que cultivan Liz Greene y otros, muy influenciados por el modelo de Carl Jung. Nos encontramos con Gael en las clases de actuación de Maruja Bustamante, una de las fundadoras de La Casona Iluminada, un espacio de teatro off acá en Buenos Aires. El primer día que lo vi llegó diciendo que por primera vez le habían pagado por hacer una carta natal. Ahí supe que él también era astrólogo. Unos meses después hice un fanzine para un ciclo de performances en la Casona, donde hablaba de qué comían y tomaban los distintos signos. Gael lo vio y empezamos a trabajar juntos.
Gael: Astromostra partió en la radio en 2014, junto con Emiliano Figueredo, el conductor que parece no entender nada. Estábamos en Radio Colmena. En 2015 nos vamos a Radio Viaducto y expandimos el concepto. El programa se llama “Jueves de Júpiter” y tenemos invitados, trabajamos con ellos su parte poética. Por ejemplo, invitamos a uno de Leo a que le mande una carta al sol, que es su planeta regente. Ahora también participo con un horóscopo quincenal en “No se Puede Vivir del Amor”, el programa de Franco Torchia, que tiene una audiencia enorme.

¿Por qué “mostra”?
Gael: El término “mostra” es argot gay de los 80. Es la feminización de “monstruo”, y en el sistema patriarcal, que también abarca a la homosexualidad, la feminización era objeto de castigo. No hay mayor insulto a que te digan que eres como una mujer. Pero entonces, como suele pasar con las minorías, éstas se apropian del insulto y lo usan para fortalecerse. Surge la mostra, la loca mediática que además tiene el compromiso del militante antiautoritario. Es algo muy poético, ustedes allá lo tuvieron con Pedro Lemebel. También tiene otros usos: estar “muy mostra” es verse muy bien, pero no es tan popular, es argot.

CIENCIA Y CHANTERÍO

¿Es importante para ustedes validar la astrología? Siempre los tratan de chantas.
Martín: Para mí, no. El que quiera escuchar que venga, y el que no, está bien también. Porque esto es una cosa de ahora. La astrología siempre estuvo al lado del poder, todos los romanos y reyes tenían a su astrólogo en la puerta del palacio.
Gael: No se puede devolver a la astrología al seno del establishment científico –donde permaneció durante siglos– porque hace muchos años que ese establishment no tiene pensamiento analógico ni poético. Pero ese es un problema del campo científico, no de la astrología. La ciencia se quiere arrogar la capacidad de predecir con sus leyes, cuando hay varias denominadas “ciencias”, como la meteorología o la economía, que no tienen capacidad de predicción. Sin embargo, la economía sí es apreciada dentro del establishment porque no tiene que ver con el desarrollo espiritual, que es lo que el racionalismo abomina.

¿Cómo así?
Gael: Desde que el hombre es hombre se ha usado la observación de las estrellas para aprovechar y anticipar los ciclos de la naturaleza: las siembras, las cosechas, las crecidas de los ríos. En Europa, hasta antes de la Reforma –pocos siglos atrás– las academias universitarias tenían muy inserta la astrología. La trigonometría se practicaba con la rueda zodiacal. Incluso aún se conservan sermones escritos donde los sacerdotes cristianos homologan a la virgen con la luna –la madre– y a diferentes planetas con los ángeles y sus características. Cuando comienza el cisma cristiano, la academia quiere unificar el conocimiento y se aplica el concepto de Fides et Ratio: la fe por un lado y la razón por el otro. Al pensamiento racionalista se le quita la conciencia de Dios, y eso es gravísimo para el hombre. Así nace el integrismo científico. La astrología se refugia en la Europa insular y en Alemania, y comienza su leyenda negra de cinco siglos, hasta que reaparece en 1911 con el horóscopo de masas que comienza a publicarse en los periódicos.

Es difícil asumir que un planeta represente a un arquetipo o personaje y que su movimiento afecte a los otros arquetipos. ¿Hay algún vínculo con una narrativa teatral en todo esto?
Martín: En todas las culturas se ha sabido que el movimiento de las luces en el cielo está relacionado con lo que ocurre en la tierra. Por ejemplo, cada vez que un cuerpo luminoso hacía cierto movimiento o tenía cierta ubicación, ocurrían buenas cosechas. Por eso ese cuerpo es Júpiter, el dios de los dioses, el generoso que todo lo expande. Y claro que hay un vínculo narrativo, porque mediante la metáfora del viaje del sol a través de las constelaciones del zodíaco se explica la totalidad de la experiencia humana: el ser un individuo despegado de la madre, Aries; el pararse, estabilizarse, Tauro; comunicarse, Géminis; tener un hogar, Cáncer; y así. Son los doce trabajos que tuvo que hacer Hércules para recuperar el Olimpo.
Gael: Hay un libro muy famoso de Georges Polti, escrito en 1895, donde postula que todo el teatro se estructura en torno a 36 situaciones. Luego, Étiene Souriau, un estructuralista de los años 50, escribe “Las doscientas mil situaciones dramáticas”, donde mete otros sistemas a trabajar sobre las estructuras dramáticas para lograr variaciones. Uno de esos sistemas es la astrología, rescatando el viaje del sol por los signos, que representa el camino humano.

Finalmente se trata de metáforas y asociaciones, lo que se suele llamar un chanterío.
Gael: Me formé mucho para hacer lo que hago, y por otro lado estoy en un momento personal importante en relación con la academia, terminando un postgrado. No dejo de ser un chupamedias de la academia. Pero cuando un astrónomo o un periodista ridículo becado en Washington me barre en twitter, cometen el pecado de ignorancia del que me culpan, porque ellos, los académicos, no tienen idea de astrología. En su cerebro de mosquito, creen que los astrólogos pensamos que las constelaciones miden 30 grados. La astrología es un conocimiento simbólico, ya superó a la astronomía, es una octava superior. Por otro lado, no me puedo hacer cargo de los malos astrólogos.

PANORAMA MUNDIAL

¿Cómo fue eso de que Gael acertó con los resultados de la elección en Argentina?
Gael: Cuando se analizaban las elecciones con relación a las cartas de los candidatos, muchos pensaron que iba a ganar Scioli, que está justo en su segundo retorno de Saturno. Pero yo vi que ese día la luna estaba en conjunción con Urano, y la luna representa al pueblo. Entonces la luna junto con el planeta que rige a Acuario, que es el signo de Macri, me dio la clave. Otra cosa muy importante es que Saturno está en cuadratura con Neptuno todo el año, y esa tensión hace temblar las estructuras y las rigideces, al mismo tiempo que caen las mentiras y los velos. Muchos sintieron que se cayó un velo, viendo que sus vecinos votaban por Macri.

¿En qué se nota esa tensión entre las falsedades y estructuras en la situación política argentina?
Gael: Por ejemplo, en los 55 mil despidos en el aparato público. Es un número brutal, pero tiene que ver con que había muchas personas que ocupaban falsos puestos en esa estructura. Ahora, esto es un juego doble porque el gobierno de Macri también puede ser ejecutor de esas mentiras. El otro problema es que Neptuno, además de engaños y falsedades, también representa los principios espirituales y religiosos, y en su tensión con la rigidez de Saturno se puede ver un resurgimiento del cristianismo en su peor versión, una demonización de diferentes prácticas, como el cultivo de drogas de uso personal.

¿Esos aspectos aplican en general? ¿Se puede hablar de tendencias mundiales tomando en cuenta los movimientos planetarios del año?
Gael: A nivel macro, con esta tensión entre Saturno y Neptuno, todo el sistema financiero y especulativo va para atrás, lo mismo que los paraísos artificiales, incluyendo los fiscales. Además, se observa la tendencia a una aglutinación en torno a una fe fanática, así como ISIS. Para septiembre, cuando Júpiter entre en Libra, se espera a nivel global una revitalización de la justicia, modernización de los códigos, mejorías en la formalización de los vínculos entre las personas.
Martín: Por otro lado, los tránsitos de Urano, Neptuno y Plutón marcan a nivel generacional. Está claro que el paso de Plutón por Capricornio, desde 2008, estuvo y está transformando profundamente las instituciones de poder. En cuanto a Neptuno en Piscis, desde el 2011, marca una conexión y apertura hacia la espiritualidad.

¿Cómo se aspecta astrológicamente el gobierno de Macri?
Martín: Para mí será nefasto.
Gael: Será el gobierno de las apariencias.
Martín: Macri es típicamente Acuario: es visionario, tiene esa cosa medio impredecible del rayo, del cambio. De hecho, el eslogan fue “Cambiemos”. En su manifestación nefasta, tiene el control sobre los medios de comunicación, también regidos por Acuario.
Gael: Tendrá una muy buena apariencia que será muy difícil de traspasar, hay un velo sobre la realidad. Sabemos que muchos regímenes sobreviven así, va a ser funcional, pero con un movimiento de estructuras y de control de masas del cual la gente no se va a enterar. Por otro lado, los argentinos tenemos una tendencia antiimperialista muy marcada. Esto no significa que Cristina hizo todo bien, por supuesto. Lo que pasa es que Obama es Leo y Macri es Acuario. Son signos complementarios, trabajan en un eje tan alineado que yo veo que Argentina va a hacer con Macri un sendero como de reparación de ese antiimperialismo.

Eso si ganan los demócratas en EE.UU. ¿Pero qué pasaría si ganara Trump?
Martín: Trump también tiene bastante que ver con Macri, es un payaso.
Gael: Trump es Géminis y como tal está pasando por un momento complicado, lo veo con muchos obstáculos. Hillary es Escorpio con sol en casa 12 y con luna en Piscis. A Hillary la veo más enfocada, representativa de una parte de Estados Unidos que no es tan poderosa, con la que el americano se siente más identificado. La veo ganando a Hillary.

BACHELET Y PLUTÓN

¿Pueden darnos un adelanto de lo que queda del gobierno de Bachelet?
Gael: Bachelet es Libra, con sol en conjunción a Saturno. Es una persona muy responsable, y le ha tocado enfrentar los problemas más difíciles del Chile post dictadura. No sólo las crisis económicas o los desastres naturales, también una crisis institucional, de valores. Pero ella se ha hecho responsable de todo esto no por una decisión personal: pasa que sus últimos retornos solares (cumpleaños) han tenido muy malos aspectos. Está mal asesorada. Por otro lado, en sus tránsitos se ve que hace años tiene una imagen pública muy errática, tiene muchos enemigos, no está bien acompañada, no tiene apoyo. Todo esto que ella asumió tiene que ver con el ciclo de Plutón en Capricornio.

¿De qué se trata ese ciclo?
Gael: Plutón, o Hades, es el dios del inframundo en la mitología. Es el gran destructor, representa todo lo que no es visible para el hombre pero que al mismo tiempo se vincula con los infiernos personales, las deudas en vida. Que Michelle Bachelet haya abrazado esa responsabilidad, ser una mujer en el poder, que es un mundo de hombres, habla del sendero que hace Perséfone, que es la doncella raptada por Hades para hacerla su mujer. Debe ir al infierno y luego volver. Ese infierno es el momento de invierno de Plutón en Capricornio. Por eso, Cristina Kirchner, Dilma Rousseff, Bachelet, son pequeñas Perséfones que están casadas con Plutón en el infierno, con todo lo que él representa como arquetipo: lo oculto, lo subterráneo, la minería, los terremotos, las transnacionales, los banqueros, porque Plutón es también la concentración de la riqueza.
Martín: Plutón transformó a Perséfone en la reina del inframundo.
Gael: Y Perséfone tiene momentos de primavera cuando vuelve con su madre al mundo exterior, pero nuevamente son tragadas por el infierno. Son mujeres que quedan viudas, acechadas por enemigos y traiciones, asociadas a la ruina material de un país.

¿O sea que, según el guion mitológico, Bachelet es cómplice de la corrupción?
Gael: Cuando una mujer es presidente, asume un rol colectivo. El Urano natal de Bachelet está en Cáncer, en el ascendente, lo cual muestra que siempre trabajó bien en grupo, que es una persona bien formada en cosas modernas, muy rápida de mente. Pero ese Urano colectivo, desde 2008 recibió el influjo del tránsito de Plutón en oposición, en Capricornio. Además tiene Sol-Saturno, juraría que en este momento tiene problemas en la rodilla o en la columna. Y probablemente una figura nefasta que tiene demasiado cerca.

¿Pueden ser su hijo y su nuera?
Gael: El pasado tránsito de Saturno en Escorpio, del 2012 al 2015, le sucedió en la casa de los hijos. Ella arrastra el karma de que sus hijos le paguen muy mal, por ser librana y dar sin límites.

¿Cómo serán sus últimos años de gobierno? ¿Terminará muy mal?
Gael: Es muy posible que ella tome una decisión un poco de mártir, típica de los Libra. Que, en algún punto, ella pague todo el precio por todo el paquete. Si es capaz de rodearse de gente eficiente y espiritualmente elevada, entre junio y septiembre de este año Júpiter en tránsito haría una restauración de su Luna y su Mercurio natales. Y a partir del 10 de septiembre, Júpiter estará sobre su sol, dándole buenos aspectos de protección y beneficiando la creación de orden y estructura. Eso, hasta septiembre de 2017. Pero ella tiene una contradicción: es librana pero también tiene mucho de Capricornio, por el influjo de Saturno: la testarudez, la falta de flexibilidad no la deja ver que el karma de su hijo lo tiene que pagar su hijo y no ella, porque le está dando de comer a sus detractores.
Tras este último análisis, Martín se va a ensayar al teatro y sólo queda Gael, amenazando con la expansión de Astromostra más allá de los programas radiales, más allá de Facebook, Twitter e Instagram.

–El fin último de la astrología es ayudar a la evolución espiritual del hombre, y mi rol es divulgarla. Ojalá salir de Argentina, me encantaría ir también a Chile. Me encantaría formar astrólogos fuera. No quiero abrir un curso de astrología en Buenos Aires compitiendo con señoras de 60 años y nerds de la matemática. Ni ellos ni yo seríamos felices. Me encantaría, también, hacer un reality show de astrología. De hecho, ¡tengo que hacerlo!

¿Y cómo sería ese reality?
–Yo soy el centro del programa, y todo el programa explota en mí. Tengo doce astrólogos y los voy haciendo recagar de a uno, hasta nombrar a la mostra mayor. De hecho, me encantaría hacerlo con Jodorowsky, aunque creo que yo soy mucho ego para él.

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