El testimonio de la familia que perdió $500 millones por estafa de AC Inversions

Constanza Palacios es una mujer de 27 años que trabaja como vendedora de implementos de seguridad industrial. Decidió invertir 24 palos en AC Inversions debido a los buenos comentarios realizados por integrantes de su propia familia, quienes ya mantenían desde hace años sus fondos puestos en esta firma. Motivada por las opiniones de sus cercanos optó a un crédito y metió toda su plata en un negocio que a su juicio parecía demasiado seguro.

Según la nota realizada por el diario La Tercera, Palacios contó que “entré con $ 24 millones, porque muchos integrantes de mi familia estaban en esto”. Pese a que afirmó que por casi un año todos los pagos le llegaron al día, reclamó que desde diciembre de 2015 eso cambió: Comenzaron los retrasos y ya en febrero de este año no volvió a ganar más lucas.

La familia de Palacios estaba igual o más metida en el negocio. Su tía Milita Aliaga detalló que cerca de 20 miembros de su familia se metieron a invertir desde 2012, inyectando al negocio la cifra no menor de 500 millones de pesos.

Milita reveló que “los pagos funcionaban bien hasta el año pasado, que tuvieron algunos retrasos pero se pusieron al día. Luego, en noviembre recibimos el último y de ahí no supimos más”.

Familiares y cercanos a ella formaban parte del grupo ubicado más arriba en la pirámide, lo que también les dio la oportunidad de hablar en algunas oportunidades con el dueño de AC Inversions, Patricio Santos. En palabras de Milita, “él llamó hace dos semanas a mi sobrino para decirle que estaba todo bien y que nos quedáramos tranquilos, porque los primeros días de marzo recibiríamos los pagos”, hecho que como ya sabemos, no se produjo.

Dentro de las 5 mil personas estafadas y que pusieron todas sus lucas en esta empresa aparece la encuestadora Ximena Vidal, quien también fue una de las que llegó muy temprano este miércoles para denunciar ante la PDI esta estafa. Según señaló a La Tercera, “vendí mi auto para poder entrar en esto, porque pensaba vivir de la renta mensual”. Lo único bueno que alcanzó a disfrutar de este negocio fue que recibió 400 lucas en un pago, pero después todo se derrumbó y su ejecutivo no supo aclarar sus dudas satisfactoriamente.

Otro caso es el del ingeniero Esteban Espinoza, quien reconoció que “al final, tenía $ 44 millones adentro. Primero entré con $ 24 millones, pero cuando me llegaban los pagos me ofrecían reinvertir y así terminé con otros $ 20 millones. Estos eran mis ahorros”.

Por su lado las amigas Ana y Sofía se arriesgaron y pusieron todos sus ahorros en esta empresa con el fin de asegurar de una buena vez el futuro de sus hijos.

Según contó Ana, “el año pasado nos pagaban siempre y a tiempo. Somos dueñas de casa y nos prometieron que era fácil y seguro. Ahora nos quedamos sin nada. Ni siquiera sabemos de dónde nos pueden devolver nuestra plata”.