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Nacional

6 de Marzo de 2016

Melnick llama a la derecha a sincerarse: “RN y la UDI de verdad que no se toleran, siguen peleando como perros y gatos”

El exministro de Pinochet plantea que, en general, "se requiere una especie de sinceramiento colectivo nacional, una catarsis y quizás un acto de psicomagia para aceptarnos como somos y colaborar para resolver los problemas reales del país en vez de destruirnos los unos a los otros".

Por

sergiomelnick

“Sincerémonos” se titula la columna que escribe en La Tercera el analista y ex ministro de Pinochet, Sergio Melnick, en donde hace un ferviente llamado a desnudar las odiosidades mutuas entre los distintos partidos que pululan en la plaza política nacional.

Del sector que representa, la derecha, dice que “RN y la UDI de verdad que no se toleran, no han sido capaces de sanar sus heridas y siguen peleando como perros y gatos. El camino son nuevos liderazgos que nunca supieron incubar”.

Recuerda además que “el gobierno de Piñera fue realmente de excelencia en la gestión, pero no tuvo grandes proyectos nacionales que quedaran para la historia”, y que “curiosamente la peor crítica a Piñera viene de la propia derecha que como siempre le echa la culpa al empedrado”.

Asiduo crítico de Bachelet y de la Nueva Mayoría, también analiza al oficialismo, y dice que “el PC literalmente odia a la DC porque apoyó el Golpe, y la DC lo detesta, y sí piensa totalmente opuesto al PC, partiendo por la espiritualidad en la mirada del mundo. Aun así han sido capaces de conversar”.

Con todo, plantea que “no hay manera de salir del atolladero sin un sinceramiento de todos. Lo que ocurre hoy es que cada cual apunta al otro como malo o corrupto sin verse al espejo un instante. La confesión, en este caso pública, es el duro camino sanador”.

“El parlamento tiene muchos honorables que son poco honorables y sobretodo hay muchos incompetentes, pero no es menos cierto que fueron elegidos por nosotros mismos. Algo hay que arreglar ahí”, afirma Melnick, quien subraya que “se requiere una especie de sinceramiento colectivo nacional, una catarsis y quizás un acto de psicomagia para aceptarnos como somos y colaborar para resolver los problemas reales del país en vez de destruirnos los unos a los otros”.

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