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Poder

7 de Marzo de 2016

El discurso de Pablo Longueira tras aprobar Ley de Royalty que incluyó artículo de Contesse: “estamos alcanzando un gran acuerdo para Chile”

Tres días antes de aprobar y despachar la ley de Royalty minero de 2010, el entonces senador de la UDI por Santiago Oriente intervino en sala para alabar la aprobación del proyecto, el que incluía en uno de sus artículos transitorios una redacción prácticamente idéntica a la de un texto que le había enviado por correo el exgerente general de SQM, Patricio Contesse. “Creo que hoy podemos afirmar, con auténtico orgullo, que estamos alcanzando un gran acuerdo para Chile, pensando en el bien común y en cómo aprovechar este recurso que Dios nos dio”, dijo en esa oportunidad.

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longueiraok

Con un discurso plagado de felicitaciones a quienes negociaron la ley del Royalty el año 2010, el entonces senador de la UDI por Santiago Oriente, Pablo Longueira Montes, anunció el 12 de octubre de 2010 su voto a favor a la aprobación del proyecto para financiar la reconstrucción que, según publicó Ciper, benefició directamente a dos empresas cascadas de SQM.

“Creo que hoy podemos afirmar, con auténtico orgullo, que estamos alcanzando un gran acuerdo para Chile, pensando en el bien común y en cómo aprovechar este recurso que Dios nos dio”, dijo Longueira durante su intervención en sala esa tarde de octubre, minutos antes de que se aprobara en la sala del Senado el proyecto de Ley que Introduce modificaciones a la tributación de la actividad minera, conocido comúnmente como de Royalty minero (Ley 20.469).

Dicha ley, en su articulado original, fue resistida por parlamentarios de la Concertación (hoy Nueva Mayoría), cuyos parlamentarios lograron retirar ese articulado de la ley de Plan de Financiamiento de la Reconstrucción, aprobada el 14 de julio de ese mismo año, y conseguir una discusión aparte.

Un mes y medio después, específicamente el 31 de agosto de 2010, el Gobierno ingresó en primer trámite constitucional a la Cámara de Diputados el proyecto de ley que introducía modificaciones a la tributación minera con un mensaje del entonces Presidente Sebastián Piñera que destacaba la forma de ir a buscar más recursos para apoyar en las labores de reconstrucción de las regiones afectadas por el terremoto y tsunami del 27/F.

Un día después, el 1 de septiembre a las 16:21 horas, Longueira le envió un correo con el proyecto ingresado y Contesse le respondió: “Pablo en la ley quedó la redacción del asunto de la minería chilena”.

Y tal como reveló Ciper, el entonces senador Pablo Longueira mantuvo comunicación vía correo electrónico con el exgerente general de SQM, Patricio Contesse, sobre el contenido del proyecto de ley, texto que finalmente llevó un artículo transitorio completo casi idéntico al de un documento llamado “Royalty Minería”, enviado el viernes 6 de agosto a las 00:43 horas por Contesse al ex candidato presidencial UDI.

Sin saberlo, el Congreso discutió durante un mes y medio el proyecto de ley con un artículo enviado por el entonces gerente de SQM y con varias diferencias entre Gobierno y Oposición con respecto a la invariabilidad tributaria que establecía la iniciativa. Finalmente se destrabó con un protocolo de acuerdo en la comisión de Hacienda del Senado del 6 de octubre de 2010 y  con la aprobación final en tercer trámite en la Cámara Baja, el 15 de octubre de ese mismo año.

Antes, durante la discusión en el hemiciclo, Pablo Longueira alabó el acuerdo al que se había llegado.

EL DISCURSO

“Señor Presidente, me alegro sinceramente de que el Senado se encuentre despachando este proyecto de ley. Creo que si algo positivo nos heredó el terremoto fue el generar esta discusión, porque, si no hubiese ocurrido ese hecho de la naturaleza, seguiría vigente la normativa actual. Y quiero recordarlo para poder valorar el acuerdo a que llegaron algunos Senadores y el Gobierno.

¿Qué tenemos hoy día?

Según la legislación en vigor, hasta el año 2017 regiría el 4 por ciento de impuesto específico para todos aquellos proyectos mineros acogidos a un artículo transitorio contenido en el cuerpo legal que aprobamos en su oportunidad. Pero lo que la ley establece en forma permanente es una tasa de 5 por ciento. Y lo señalo por cuanto muchos de los que yo oigo hablar del asunto no la dominan en toda su magnitud.

Hay quienes creen que la invariabilidad termina el año 2017. Sin embargo, ella finaliza el 2037. ¿Por qué? Porque hasta el 2017 cualquier proyecto minero que ingrese a través del decreto ley 600 tiene 5 años para ponerse en marcha y luego, a contar de ese momento, 15 años de invariabilidad. Podría ser un proyecto presentado el 2017, o el 2016, o el 2015.

Aclaro eso porque aquí he escuchado conceptos que no tienen nada que ver con lo que es la invariabilidad. Esta es una certeza jurídica que otorga el Estado chileno por un cierto plazo, en este caso por 15 años, a partir de la presentación del respectivo proyecto.

Eso es lo que tenemos hoy, y por eso a mí me sorprende de algunos, no que consideren insuficiente la propuesta o tengan otras visiones, sino que voten en contra de una iniciativa que permitirá cambiar la realidad actual por algo que es mejor para el país en materia de recaudación.

Entiendo que algunos quisieran que fuera más, que fuera de otra forma, y está bien. Pero aquí tenemos que poner en su justa dimensión lo siguiente.

Tal como dijo el Senador Eduardo Frei, en su Gobierno pasaron años sin que la libra de cobre llegara al dólar, por lo que plantear en ese minuto un impuesto específico parecía insensato, juicio que, por cierto, todos compartimos.
Después, tuvimos una larga discusión cuando se instauró el actual impuesto. En ese minuto se habló de precios en el largo plazo en torno a 2 dólares la libra de cobre y se estableció una tasa de 5 por ciento. Y para aquellos con proyectos iniciados o por iniciarse y que voluntariamente se sumaran al pago de este gravamen se fijó, hasta 2017, una de 4 por ciento.

Y hoy estamos efectuando un debate que yo valoro a la luz del tiempo transcurrido, donde se estima que estamos en un ciclo del precio del cobre -cuya duración desconocemos- en que la renta obtenida debe ser compartida.
Por eso, el Ejecutivo propone modificar los porcentajes de 4 y 5 a otros contenidos en una tabla que va del 4 al 9 por ciento, para aquellos que en forma voluntaria deseen acogerse al nuevo sistema, y del 5 al 14 por ciento, para los proyectos que ingresen a partir de hoy.

En verdad, votaré con el mayor de los agrados a favor de un acuerdo de esta envergadura, porque muestra la capacidad de un país de cambiar en la medida en que lo hacen los tiempos y de captar mayores recursos desde un sector muy importante. Porque digamos las cosas como son: este mundo está lleno de gente muerta de hambre bajo gobiernos progresistas que viven encima de grandes riquezas naturales. Las mayores reservas de cobre del planeta se encuentran en África, con leyes del 5 por ciento, pero finalmente, por inestabilidades políticas o distintas causas, terminan no explotándose. Y es donde existe más miseria.

Otro caso es el de Bolivia. Hoy es un país importador de gas, en circunstancias de que posee las mayores reservas mundiales de este combustible.

Entonces, creo que la clase política chilena, y el Senado y el Gobierno en particular, están dando hoy un gran paso.

Y yo estoy muy lejos de dar una sensación como de explicación, porque pareciera que algunos se las dan a los más progresistas.

Nosotros tenemos que darles explicaciones a los que no querían hacer cambios. Porque en nuestro propio sector nos decían: “¡Cómo un Gobierno de Derecha va a plantear un aumento! ¡Para qué tocamos esto!”.

Pero todos, de alguna forma, tenemos que liderar a nuestros mundos. Y lo que ha ocurrido en nuestro país es un proceso de liderazgo extraordinario, que está concluyendo en un gran acuerdo nacional que nos va a permitir destinar recursos para las Regiones y para las zonas mineras.

Hay que reconocer, por otro lado, que este buen ciclo económico del cobre está trayendo problemas a las zonas agrícolas, fruto del tipo de cambio. Por lo tanto, también debiéramos contemplar algún sistema para que, cuando se produzcan estos ciclos, los sectores productivos que dependen del tipo de cambio y que en la actualidad se hallan muy afectados puedan enfrentar sus dificultades.

Pero este es un gran acuerdo político, y así lo quiero destacar, sumándome a las felicitaciones a todos quienes han sido parte de esta larga historia, que comenzó con otro proyecto de ley que finalmente no se aprobó.
Me alegra -y también quiero dejarlo establecido- que el Gobierno haya insistido en plantear de nuevo el tema
, porque gracias a ello hoy se habla de 40 mil a 50 mil millones de dólares en proyectos mineros, los cuales, del porcentaje fijo de 5 por ciento que existe hoy, pasarán a tener una tasa cuyo piso estará constituido por dicho porcentaje, lo que permitirá recaudar, como aquí se ha señalado, relevantes sumas para enfrentar el problema de la pobreza.

Por consiguiente, creo que se trata de un acuerdo, usando un lenguaje que no es propio de nuestro mundo, “muy progresista”. ¡Así de simple!

A lo mejor esto motiva a algunos a modificar su voto -ojalá-, pues la verdad es que muchos progresistas, en aras de su visión, tienen condenados a sus pueblos al hambre, pese a encontrarse sentados arriba de importantes recursos naturales.

Con la tabla propuesta, esta tarde llegamos a un 41 por ciento de tributación para la gran minería. Aquí todos hablan de las cuantiosas utilidades que se llevan las empresas. Yo digo: ¡Fantástico que así sea, para que dejen el 41 por ciento de ellas! Porque cuando obtengan más ganancias -que no son tan altas como algunos dicen, aunque, por mí, que fueran mayores todavía- nos estarán dejando una proporción significativa de dinero para programas sociales.

Por lo tanto, señor Presidente , quiero destacar el acuerdo a que se ha llegado porque, gracias a la defensa que hizo el Gobierno de algo que no le es propio -no estaba en nuestro programa ni en el de nadie el tener que recurrir a esta nueva forma de recaudación-, hemos logrado modernizar el impuesto específico a la minería, aprovechando y captando estos ciclos positivos que, por fortuna, existen y que esperamos duren el mayor tiempo posible.
También deseo destacar el concurso de Senadores y dirigentes de la Concertación que permitieron perfeccionar el proyecto.

Creo que hoy podemos afirmar, con auténtico orgullo, que estamos alcanzando un gran acuerdo para Chile, pensando en el bien común y en cómo aprovechar este recurso que Dios nos dio. Porque no es que lo tengamos ahí, a la espera.
Por eso, seré partidario de cobrarles mucho más royalty a las mineras cuando podamos decirles: “Ahí está el cobre, ahí está la mina, y les regalo esto”. Resulta que para descubrir yacimientos se deben realizar enormes inversiones -estoy hablando de cifras muy significativas-, y para que ello sea posible hay que entregar estabilidad.
Por lo tanto, señor Presidente, creo que desde todo punto de vista este es un gran acuerdo.

Y, al terminar mis palabras, quiero volver a felicitar a quienes se atrevieron, porque he sabido -basta escuchar a algunos- que estuvieron hablándole a la gente más difícil de cambiar: la que se halla más cerca de los líderes políticos.

En general, lo que cuesta es lograr acuerdos, ceder y tener que dar explicaciones en el propio mundo. A lo mejor todos hemos debido darlas: algunos de ustedes, en el mundo de la Concertación, y nosotros, en el nuestro, donde hay personas que prefieren no aumentar impuestos y no aprovechar estos ciclos económicos positivos.
Por cierto, voy a votar a favor del proyecto con el mayor de los agrados, pues considero que este es uno de los grandes acuerdos que se han logrado en esta Corporación, y felicito por ello también al Gobierno.
He dicho”.

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