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Poder

11 de Marzo de 2016

Oscar Guillermo Garretón advierte problema ético y moral a nivel país y en el diario vivir

"Para que seamos sinceros, la sociedad chilena completa adolece de una pérdida de niveles de moralidad en su vida cotidiana, que la pillería, el no pago de la micro, la ratería, el llevarse cosas a veces de las reparticiones públicas o de las empresas se ha extendido, por lo menos la legitimidad de eso, y esa cuestión termina haciendo daño a todos, y cada uno justifica la suya diciendo 'y por qué yo no, si los otros también lo hacen' y también afecta eso la impunidad para el delito, sea el de cuello y corbata o el de los portonazos", opina el empresario, militante del PS y ex MAPU.

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óscar guillermo garretón YT

A propósito de la situación que enfrenta el exministro Pablo Longueira, comprometido en el caso SQM por los correos intercambiados con el exgerente de la minera, Patricio Contesse, el empresario y militante del PS, Oscar Guillermo Garretón, advierte que hay a nivel país un problema con la moral, con la legitimación de la pillería como modo de vida.

“Tenemos un problema ético y moral como sociedad, que es muy grave que abarque también los que están en el poder o tienen algún grado de poder como puede ser los empresarios o políticos”, afirma, según publica emol.

A raíz de la situación particular de Pablo Longueira, sostiene que ” yo no sé si es inocente o no (Pablo Longueira), no me corresponde juzgarlo, pero que haya la imagen de corrupción o financiamiento irregular de la política en el mundo de la empresa, es una cuestión que socava su autoridad en el país y a mí me importa eso más que el tema legal que tiene que enfrentar Longueira”.

En su opinión, “el país no puede estar resistiendo más que continúe todos los días apareciendo una nueva una persona con algún problema”.

Para el empresario, más allá de los casos relacionados con el mundo político, “la sociedad chilena completa adolece de una pérdida de niveles de moralidad en su vida cotidiana, que la pillería, el no pago de la micro, la ratería, el llevarse cosas a veces de las reparticiones públicas o de las empresas se ha extendido, por lo menos la legitimidad de eso, y esa cuestión termina haciendo daño a todos, y cada uno justifica la suya diciendo ‘y por qué yo no, si los otros también lo hacen’ y también afecta eso la impunidad para el delito, sea el de cuello y corbata o el de los portonazos”.

En esa lógica, propone que el problema a resolver es de fondo, como sociedad. “Un día fue Longueira, ayer fue Orpis o Marco Enriquez-Ominami, mañana será otro. Yo prefiero que se limpie y se aclare todo de una vez y que tengamos un país con niveles de exigencia ética para todos, desde el gallo que va a la micro y no paga y por supuesto y mucho más para la gente que tiene niveles de responsabilidad mucho mayor”.

Para cerrar, advierte que de todos modos “hay que tener cuidado en otra cosa, ni todos los políticos son ladrones en Chile, ni todos los empresarios son unos desalmados chupasangre, aquí por suerte tenemos una política en la cual también hay gente honesta que está preocupada y viendo cómo cambiar las cosas, y salen leyes nuevas de regulación de eso, y hay empresarios serios que también condenan y están tomando una serie de medidas para elevar los estándares y exigencias éticas en las empresas”.

 

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