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Planeta

12 de Mayo de 2016

Expertos aseguran que episodio de marea roja de Chiloé es el más extenso en la historia de Sudamérica

"Este episodio de marea roja es el más extenso que se ha registrado en Sudamérica", dijo hoy a Efe el doctor en biología marina y experto en toxinas marinas de la Universidad Católica del Norte, Gonzalo Álvarez.

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El episodio de marea roja que afecta al archipiélago de Chiloé es, según los expertos, el fenómeno de floración de algas nocivas más grande de la historia de Sudamérica y el segundo a nivel mundial después del que se registró en la costa oeste de Estados Unidos en 2015.

“Este episodio de marea roja es el más extenso que se ha registrado en Sudamérica”, dijo hoy a Efe el doctor en biología marina y experto en toxinas marinas de la Universidad Católica del Norte, Gonzalo Álvarez.

Hasta el momento, el fenómeno conocido como marea roja, causado por el florecimiento de una excesiva proliferación de microalgas con elevadas concentraciones de toxinas, no se había registrado en las costas del Pacífico de Chile.

“Habitualmente los episodios de marea roja estaban contenidos en el mar interior del archipiélago de Chiloé o en los canales y fiordos de las sureñas regiones de Aysén y Magallanes. Lo de ahora es inédito”, agregó el científico.

Este miércoles, la contaminación del agua por marea roja que desde hace un mes sacude el archipiélago de la región de Los Lagos se amplió hacia la región de Los Ríos, a 400 kilómetros al norte de donde se registró por primera vez.

El fenómeno actual de marea roja es “el segundo en extensión a nivel mundial después del que se observó el año pasado entre las costas de California y Alaska”, afirmó Álvarez.

Asimismo, los expertos aseguran que es “probable” que el fenómeno vuelva a ocurrir, aunque que se desconoce la intensidad y la extensión con la que lo haría.

“Cuando ha habido episodios de marea roja muy fuertes es altamente probable que ese evento ocurra de nuevo”, dijo hoy a Efe el investigador acuícola de la Universidad de Concepción, Renato Quiñones.

A su parecer, la Alexandrium catenella -el dinoflagelado que produce la marea roja- forma quistes que pueden permanecer ‘dormidos’ durante años en el fondo del borde costero a la espera de nuevas condiciones climáticas favorables a su activación.

“Tenemos que empezar a pensar que este va a ser un tema recurrente en un archipiélago que depende principalmente de la acuicultura, la pesca y el turismo”, advirtió Quiñones.

De ahí que, según el experto, se requiera una mirada “profunda” por parte de los gobernantes quienes “deberían estudiar cómo se va a organizar el desarrollo sustentable de la zona en un futuro”.

“Deberíamos empezar a preguntarnos qué pasará con Chiloé en el futuro y en las políticas necesarias para paliar los efectos que puedan tener otros episodios de marea roja. Desgraciadamente, no veo que nadie esté pensando mucho en eso”, criticó.

La prohibición de extraer marisco, la principal actividad económica del archipiélago, por las altas concentraciones de toxinas paralizantes detectadas en los invertebrados ha puesto en pie de guerra a los habitantes de la zona.

Lo que empezó como una protesta de pescadores artesanales se ha convertido en un movimiento social que abarca otras áreas que ya no tienen que ver con la catástrofe ambiental que hace meses que sacude el archipiélago.

El presidente del Movimiento Defendamos Chiloé, Juan Carlos Viveros, dijo hoy a Efe que la catástrofe ambiental se transformó en una “crisis social y económica” a la que se han adherido muchos habitantes que “reivindican demandas históricas relacionadas con la sanidad, la educación y la conectividad”.

“Ningún Gobierno nos ha comprendido nunca, somos un archipiélago de más de 45 islas y nos siguen llamando ‘la isla de Chiloé’, nos sentimos abandonados”, afirmó Viveros.

Es por ese motivo que asociaciones de vecinos y movimientos sociales del archipiélago están constituyendo una mesa social para abordar todas estas cuestiones desde la ciudad de Castro.

“Los movimientos sociales queremos seguir en el paro, queremos seguir tomando el canal de Chacao (que une la isla principal con el continente) aunque los pescadores dejen la protesta”, aseveró.

Para Viveros, lo que ha ocurrido es un “terremoto ambiental” que atenta contra la milenaria cultura chilote cuya subsistencia e identidad están íntimamente vinculadas a la naturaleza.

Un modelo “incompatible”, dijo, con un Chile “excesivamente capitalista que sólo favorece a las grandes empresas”.

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