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Nacional

27 de Mayo de 2016

Las agresiones contra las mujeres en la familia de Nabila Rifo

La madrugada del sábado 14 de mayo, Nabila Rifo (28) fue brutalmente agredida en Coyhaique. Fue encontrada en plena calle, semidesnuda, con hipotermia y sin sus globos oculares. Hasta el momento, el principal sospechoso de la agresión es su expareja, el mecánico Mauricio Ortega, a quien ya había denunciado por amenazarla con una hacha un año antes. Pero su historial de violencia no comenzó ahí. El femicidio frustrado y mutilamiento de Nabila, agudizó los temores que por años vivió su familia. Noelia Ruiz, su madre, acumuló por años denuncias por violencia intrafamiliar en contra de su expareja, José Luis Miranda. Esta es la historia de una madre y una hija marcadas por los mismos episodios de violencia. Un círculo vicioso con un agresor común: sus parejas.

Por

Nabila Rifo

Eran las ocho de la noche del 9 de septiembre del 2006, cuando un llamado telefónico alertó a los carabineros de la Primera Comisaría de Coyhaique. Elvis Rifo, hijo de Noelia Ruiz y hermano de Nabila, exigía la presencia de policías en su casa ubicada en calle Errázuriz, en la población Pedro Aguirre Cerda. “Un hombre está golpeando a mi mamá”, exclamó por teléfono.

El agresor era José Luis Miranda, expareja de su madre y padre de su hermanastra menor, de solo tres meses de edad. Tras varios episodios de violencia, Noelia y José Luis se habían separado hacía siete meses, pero esa noche, José llegó borracho exigiendo que lo dejaran entrar. Por temor, Noelia se negó. Estaba acompañada de sus tres hijos y cinco nietos.

Pero José Luis insistió y a punta de golpes abrió la puerta. Empujó a Noelia y empezó a buscar a su hija de tres meses para llevársela. Noelia corrió a buscarla y la apretó entre sus brazos para que José no se la quitara. No pudo evitarlo. El hombre le pegó varios combos en la cara que la dejaron en el piso.

Mientras los nietos gritaban y Nabila con sus hermanos asistían a su madre, José se llevó a la niña de la casa. Noelia lo siguió, llorando y gritando por la calle, pidió ayuda a sus vecinos. Uno de ellos persiguió a José. Ambos empezaron a golpearse y José tiró a la niña al piso, lo que permitió que el vecino pudiera tomarla en sus brazos y se la entregara a Noelia.

En medio del caos, llegó Carabineros. Detuvieron a José Luis, quien evidentemente ebrio, maldecía a la madre de su hija. Todos fueron llevados al Hospital de Coyhaique para constatar lesiones.

Cuando Carabineros empezó a tomar declaraciones, Noelia se quebró. “No es primera vez, yo tengo denuncias en la Fiscalía y en el Juzgado de Familia por violencia intrafamiliar, hagan algo”, le rogó a los uniformados. No podía entender cómo, a pesar de las múltiples denuncias, José Luis seguía libre.

Tras meses de investigación, José Luis fue condenado solo a 61 días de cárcel.

LOS ANTECEDENTES

La relación que Nabila Rifo tuvo con la pareja de su madre nunca fue buena. Desde un principio, como describen brevemente los hijos de Noelia en distintas denuncias, José Luis Miranda siempre fue violento con ella y el resto de la familia.

Pero Nabila no era fácil de callar y siempre salía en defensa de su madre. Exactamente un año antes del episodio del 2006, declaró como testigo en otra agresión de José Luis. En esa oportunidad, también había ingresado a la fuerza a la casa de Noelia, rompiéndole dos ventanales. “¡Te voy a matar! ¡Te voy a matar delante de tu hija!” le gritaba ese día. Nabila no se dejó intimidar y llamó a Carabineros. Noelia interpuso una denuncia, como consta en la investigación, pero la Fiscalía decidió no “perseverar en el procedimiento”.

Es por eso que los 61 días de presidio a los que José Luis fue condenado el 2006 por golpear a Noelia e intentar secuestrar a su hija, parecían insuficientes. El 4 de abril del 2007 salió en libertad. El Tribunal de Garantía de Coyhaique decretó “prohibición total a José Luis Miranda de cualquier de interacción violenta en contra de Noelia”.

Pero el miedo de la familia se materializó el 28 de agosto de ese año, solo cuatro meses después que saliera en libertad. Ese día José fue a la casa de Nabila exigiendo hablar con su madre. Noelia accedió, pero rápidamente la conversación se convirtió en pelea. Nabila, una vez más, salió en defensa de su madre y echó a José Luis. Pero el agresor estaba dispuesto a todo. Sacó un cuchillo y le gritó: “¡Te voy a matar porque siempre te metes a defender a tu madre! ¡Por tu culpa me echaron de la casa!”.

Como consta en la investigación, las mujeres lograron llamar a Carabineros a pesar de las amenazas. Era tercera vez que denunciaban por violencia al ex de su madre.

A pesar de eso, la respuesta del Tribunal fue más débil que en los casos anteriores. Por amenazar de muerte a Nabila, José Luis quedó con una multa de 1 UTM mensual por un año por “violación de morada” (unos 33 mil pesos de la época) y prohibición de acercamiento a ella, a su madre y a cualquier miembro de su familia. Hoy, sigue siendo una amenaza latente.

CÍRCULO VICIOSO

La historia de violencia que ha protagonizado la familia de Nabila Rifo es solo una muestra de la brutal realidad de la región. Según cifras del Ministerio Público, Aysén concentra la mayor cantidad de casos del país por violencia intrafamiliar, con un total de 252 casos en lo que va del año. El 2015 la situación fue igual de alarmante, porque se registraron 1.011 casos, superando en al menos 330 el promedio nacional.

Según el Boletín Anual 2015 del Ministerio Público, en el 76,19% de las causas por violencia intrafamiliar en la región, las víctimas son mujeres. Las denuncias más comunes corresponden a maltrato habitual, amenazas reiteradas y lesiones.

Hoy la agresión en contra de Nabila Rifo tiene como presunto autor a su expareja Mauricio Ortega Ruiz, quien se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de Cochrane. Su defensa asegura que es inocente y alega irreprochable conducta.

Pero su historia no está exenta de violencia. En enero del 2007, fue encontrado en horas de la madrugada por Carabineros con múltiples lesiones y en estado de ebriedad, deambulando por Coyhaique. Denunció haber sido golpeado. El único miembro de su familia que lo acompañó en esa oportunidad fue su cuñado, el ex concejal UDI, Franklin Hernández. El mismo que lo acogió en su casa mientras estaba prófugo por el crimen de Nabila.

En marzo del 2009, Ortega se vio involucrado en una situación similar. Se agarró a golpes con otro hombre de siglas M.I.Q, terminando con una lesión en la cabeza producto de un piedrazo. En ninguno de los dos casos quiso seguir procedimiento penal.

Varios años después, tendría su primera denuncia por violencia intrafamiliar. El 5 de junio del 2015, Mauricio Ortega ingresó a la casa de Nabila Rifo con una hacha, gritándole que la iba a matar. Tras dos meses de investigación, el Tribunal decidió suspender el procedimiento porque “se sometería a un tratamiento terapéutico, cuyo objetivo es impedir nuevos sucesos de violencia”. El lapso de tratamiento fue de seis meses. Menos de un año después, figuraría como principal sospechoso de la agresión a Nabila.

*Al cierre de esta edición, Nabila Rifo aún se encontraba inconsciente en la UCI de la ex Posta Central tras ser sometida a diversas cirugías de reconstrucción de su rostro.

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