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Opinión

9 de Junio de 2016

Columna: La milagrosa participación constituyente

Son tantas las trabas que se colocan a la participación que observar un genuino interés por informarse, participar y debatir sobre la Constitución debiese llamarnos la atención. Se trata de una activación que a todas luces es sencillamente milagrosa.

Claudio Fuentes S.
Claudio Fuentes S.
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Asamblea Constituyente A1
A menos de un mes del cierre de los encuentros locales del proceso constituyente se estima que la participación en Encuentros Locales será baja. Si a la fecha se han materializado solo mil encuentros (aunque se han inscrito 8 mil), la cifra de participación efectiva podría no superar las 30 mil personas. Si a eso sumamos quienes participarán en los cabildos provinciales y regionales, las cifras podrían elevarse todavía un poco más. Si lo comparamos con el total de la población mayor de 14 años en Chile, o respecto a quienes regularmente asisten a votar, la cifra es extremadamente baja.

Sin embargo, si constatamos la complejidad del proceso (sentarse a conversar sobre la Constitución no es lo mismo que marcar una papeleta!) y todas las barreras que han existido, en realidad la conclusión debe ser diametralmente diferente. Demos cuenta de estas barreras a la participación:

1. La etapa inicial de “educación cívica” no funcionó. Se trató de una campaña de escasa cobertura y bajísimo impacto.

2. La propuesta descansa enteramente en internet, lo que automáticamente excluye a todos quienes no tienen acceso o que no están alfabetizados digitalmente.

3. El Consejo Nacional de Televisión no aceptó publicitar en Televisión avisos para estimular la participación. Tampoco se abrió a modificar la campaña, para permitir la difusión de este proceso de otro modo.

4. El diseño original de Encuentros locales de 15-30 personas fue equivocado, lo que inmediatamente generó críticas de instituciones como el Hogar de Cristo. Se rebajó entonces a un mínimo de 10 personas por encuentro.

5. Durante el primer mes, la ciudadanía no tenía forma de enterarse de la realización de encuentros salvo que organizara uno o conociera a un organizador. Es decir, quien quería participar sin organizar un Encuentro no tenía forma de canalizar su interés. Se resolvió en la marcha.

6. Cuando se estableció un sistema de información pública de Encuentros Locales, este sistema se hizo solo a través del sitio web, sesgando nuevamente la participación.

7. El o la organizadora del Encuentro local requiere, además de registrarse, disponer de tiempo para estudiar la metodología, conseguirse un moderador(a) y sistematizador(a), y contar con las condiciones materiales para realizarlo (un espacio para más de 10 personas, papelógrafo, plumones, etc.). Aunque ud. no lo crea, esto no es un asunto simple de resolver.

8. Luego, también se requiere contar con las habilidades tecnológicas y tiempo para realizar fotografías digitales, convertir documentos a pdf, y subir los materiales al sistema diseñado. Esto que a muchos nos parecen habilidades básicas, no lo son para un importante número de personas.

9. Una vez finalizado el Encuentro, los organizadores disponen de 5 días para subir la información al sistema—sistema que, además, es sensible a errores mínimos como no colocar un punto aparte al final de la frase (¡!).

10. El proceso no incorporó políticas de acción afirmativa que explícitamente favorecieran la participación de personas con discapacidades.

11. Tampoco se incorporaron medidas de acción afirmativa para incentivar la participación de mujeres.

12. El proceso de diálogo constituyente indígena partió después y, a la fecha, aún no se conocen los aspectos básicos de éste, generando confusión.

13. El proceso comenzó en abril de 2016, justo cuando los partidos políticos estaban centrados en sus propios procesos internos (primarias, elecciones internas), y en medio de su trabajo de adecuar sus estructuras a la nueva ley de partidos, lo que redujo su atención sobre esta temática.

14. Los funcionarios de gobierno tampoco pudieron salir a informar sobre el proceso y sus características.

15. Los partidos de derecha han criticado sistemáticamente el proceso, aunque finalmente se dividieron sobre el tema.

16. Pero, supongamos que todas aquellas barreras informativas, de tiempo, tecnológicas, políticas y de inclusión son sobrellevadas por un participante. Una vez en la discusión de los Principios, Derechos, Deberes e instituciones, se les solicita establecer 7 prioridades en cada uno de ellos y una fundamentación del mismo. Allí nuevamente es esperable observar importantes brechas pues se trata de temas que no siempre son de simple resolución.

17. Obviamente, a todo lo anterior se suma la disposición de contar con al menos mediodía para participar de un encuentro local y poco más de un día para aquellos que son organizadores.

18. Al evidenciarse el creciente interés de participar, las autoridades no han tomado una decisión de permitir extender la fecha para la realización de más encuentros.

Así, no podemos sino concluir que la participación bajo estas condiciones constituye un verdadero milagro. Son tantas las trabas que se colocan a la participación que observar un genuino interés por informarse, participar y debatir sobre la Constitución debiese llamarnos la atención. Se trata de una activación que a todas luces es sencillamente milagrosa.

* Director Escuela Ciencia Política Universidad Diego Portales.

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