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Nacional

13 de Junio de 2016

El llamado de Villouta por la masacre de Orlando: “Hoy más que nunca hay que subir el volumen de quienes somos”

"La mejor manera de responder al mensaje de que nosotros “somos el blanco de esos disparos” es volver a reunirnos para tomarnos de las manos. Volver al barrio gay. Hablar entre nosotros y para nosotros de lo que nos sucede. Gastar dinero en locales y tiendas cuyos dueños sean gays. Visitar regularmente medios gays. Hacer nacer y fortalecer nuestra comunidad, nuestra economía. ¿Dónde vamos a discutir entre nosotros, por ejemplo, si después de esto nuestras vidas van a cambiar? ¿En medios donde deberemos comentar entremedio de troles que no saben el peso que significa caminar en estos zapatos? (...) Hoy, quienes somos LGBT, no debemos callar. Hoy no hay que dejar de reunirse".

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En una columna que publica El Dínamo, a modo de manifiesto, el periodista José Miguel Villouta, se refirió a la masacre acontecida la madrugada del domingo en el club Pulse de Orlando, Estados Unidos, donde murieron 49 personas.

En 20 puntos, el comunicador exclama por no dejar de reunirse, y afirma que “no nos callarán”.

“Para los LGBT alrededor del mundo fue un golpe tan duro que nadie ha sabido muy bien cómo articularlo. En lo personal, estaba muy cansado por el trabajo acumulado y necesitaba el domingo para adelantar la semana y seguir avanzando. La única manera de tener energías fue bloquear la información. Fue una estrategia de supervivencia”, se lee en uno de sus planteamientos.

Según Villouta, “amigos y familiares llamaban para saber cómo estábamos. Sentían que nosotros éramos también víctimas. Lo somos. Lo digo con la frente en alto. Lo sigo sabiendo que somos resilientes”.

“Acá hay una diferencia fundamental en cómo están viviendo esta experiencia los heterosexuales. Para nosotros fue un mensaje: “Sí, tenemos que asumirlo, gays, lesbianas, bisexuales y transexuales somos el objetivo, el blanco de los disparos que vendrán””, afirma.

Junto con resumir lo que padecen los LGTB en el mundo, Villouta cita que en Chile, “los gays sabemos que la iglesia ha hecho lo posible para que no tengamos derechos y nuestros amigos trabajan sin problemas para sus canales de televisión (33% dueños del holding de Canal 13), radios, teatros, universidades, etcétera. ¿Trabajarían ahí si esa iglesia considerara que se apartan del plan de Dios los palestinos? ¿Si usaran todas las oportunidades posibles para decir que los que amenazan la base de la sociedad son los palestinos? La respuesta es no. Pero lo hacen ahora, porque se puede pasar encima de los LGBT, porque “algo habremos hecho”, nosotros no los hemos desafiado con la vehemencia que se merecen”.

“Todo lo anterior nace de la misma semilla: nosotros somos un otro peligroso. Somos anormales. Debemos escondernos porque hacemos daño (…) esa es la excusa para apretar el gatillo”, sostiene.

“La mejor manera de responder al mensaje de que nosotros “somos el blanco de esos disparos” es volver a reunirnos para tomarnos de las manos. Volver al barrio gay. Hablar entre nosotros y para nosotros de lo que nos sucede. Gastar dinero en locales y tiendas cuyos dueños sean gays. Visitar regularmente medios gays. Hacer nacer y fortalecer nuestra comunidad, nuestra economía. ¿Dónde vamos a discutir entre nosotros, por ejemplo, si después de esto nuestras vidas van a cambiar? ¿En medios donde deberemos comentar entremedio de troles que no saben el peso que significa caminar en estos zapatos? (…) Hoy, quienes somos LGBT, no debemos callar. Hoy no hay que dejar de reunirse. Hoy más que nunca hay que subir el volumen de quienes somos, (putos, tortas, fletos, camionas, femmes, ratas de gimnasio) y en honor a quienes murieron ser 50 veces más gay”.

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