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Opinión

16 de Junio de 2016

Columna: Pingüinos rompen la mesa de mercado

Como estudiantes secundarios creemos que las transformaciones al sistema educativo no pueden detenerse. Para ello es que alzamos la voz y nos movilizamos. Queremos cambiar las estructuras que rigen el sistema educativo, pero no sólo eso, apostamos a que se cambien las formas de financiamiento, los recursos, la cultura y las formas de relación en nuestras escuelas y liceos. Queremos un nuevo trato, y le pedimos al Estado que se haga cargo.

Marcelo Correa
Marcelo Correa
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Banderazo las afueras de las oficinas del Banco

Los estudiantes secundarios vamos a la ofensiva y con convicción decimos que vamos a terminar con uno de los principales problemas del sistema escolar chileno: su injusto modelo de financiamiento, conocido como “voucher”.
No nos contentamos con ser espectadores y hemos decidido pasar a ser protagonistas de lo que está ocurriendo en el Chile de hoy. Nos sentimos con el deber de hacerlo en un momento donde hay demasiadas cosas en juego y en el que desconfiamos de la capacidad de la clase política para estar a la altura de lo que el movimiento social ha demandado por años. Creemos que todavía los políticos enfrentan las reformas de cara a los empresarios y de espalda al movimiento estudiantil.

Creemos también que es inaceptable no enfrentar en serio los problemas de calidad y desigualdad que persisten en nuestro sistema educativo. Sin duda nuestro país ha avanzado en las condiciones para mejorar el proceso educativo (como la infraestructura o los recursos educativos). También creemos que los cambios estructurales ya aprobados en el congreso son una buena oportunidad para mejorar la calidad y la inclusión, pero los consideramos absolutamente insuficientes. El gobierno ha ido sucumbiendo frente a las fuerzas conservadoras y esta reforma comienza a transformarse cada vez más en un cambio en la medida de lo posible.

A esta reforma le falta desmunicipalizar cuanto antes la educación pública creando una nueva institucionalidad que se financie de manera constante y suficiente en todos sus niveles y modalidades (vemos con preocupación la visión privatizadora de la educación pública que ya ha hecho pública en un par de ocasiones). Le falta también profesionalizar, dignificar y capacitar fuertemente a los asistentes de la educación. Le falta fortalecer la participación de la comunidad educativa en la toma decisiones de cada escuela y garantizar la autonomía de los centros de estudiantes en cuanto a su conformación y funcionamiento. Por sólo mencionar algunas de las deudas históricas más importantes.

Como estudiantes secundarios creemos que las transformaciones al sistema educativo no pueden detenerse. Para ello es que alzamos la voz y nos movilizamos. Queremos cambiar las estructuras que rigen el sistema educativo, pero no sólo eso, apostamos a que se cambien las formas de financiamiento, los recursos, la cultura y las formas de relación en nuestras escuelas y liceos. Queremos un nuevo trato, y le pedimos al Estado que se haga cargo.

Tómese el tema del financiamiento de la educación escolar como ejemplo. La actual Reforma Educacional no se hace cargo del asunto a fondo y se mantiene la estructura de financiamiento a la demanda basada en un pago por estudiante atendido y asistiendo a clases, la que ha demostrado ser no solo insuficiente sino también injusta con la educación pública. El problema es de fondo, no nos podemos quedar sin educación pública que financiar, es por ello que nos levantamos en unidad CoNES- ACES y Confech unidos por quitar el mercado en la educación. Queremos ser parte de este cambio histórico en la educación chilena juntos.

El sistema de financiamiento a la educación escolar chileno presenta múltiples problemas. Primero, al asignar recursos por estudiante establece un mecanismo de competencia entre los establecimientos, que ya sabemos no afecta positivamente la calidad. Segundo, al financiar escuelas según su número de alumnos se han generado e incluso profundizado las desigualdades de recursos y capacidades territoriales. Tercero, dado que el financiamiento es variable – pagándose por asistencia media y no por matrícula u otro criterio más estable- no garantiza el adecuado funcionamiento operacional y de inversiones de los sostenedores, especialmente de la educación pública, en sectores urbanos de alta vulnerabilidad y/o en áreas rurales.

Frente a ello, los estudiantes secundarios no podemos mantenernos al margen. No queremos ser espectadores de la crónica de una muerte anunciada de la educación pública a nivel escolar, y no confiamos en que los políticos ahora sí harán su trabajo para financiarla adecuadamente. Por eso volvemos a salir a la calle, y volvemos alzar la voz, para evitar que en nombre de Chile se nos siga negando un mejor futuro para nuestras escuelas y liceos. El sistema perverso de financiamiento será sacado de raíz con quien sea que esté en frente.

*Marcelo Correa es Coordinador Nacional de la CoNES (Coordinadora Nacional Estudiantes Secundarios) y Presidente del Centro de Estudiantes del Liceo Salesianos Alameda.

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