Debate ciudadano: Qué diferencia hay entre quienes destruyen iglesias y esos que prenden chimeneas en el barrio alto

Ya está dicho, manoseado hasta el hartazgo y más allá, pero qué verdad más incuestionable es que este modelo fomenta el individualismo al punto tal de que sólo se ve lo que otros hacen, el daño que generan los demás, no el “mío”.

En ese sentido es que un ciudadano, nada conocido ni de ningún círculo de poder aparente puso un tema sobre la mesa, a propósito de la batahola que se armó por el Cristo de yeso destrozado en la plena Alameda la semana pasada, y los daños que dejó la toma del INBA hace pocos días atrás.

En carta al diario La Segunda, la persona -que firma como Luis León Cárdenas- pregunta “¿qué diferencia cultural significativa hay entre los destructores de reliquias religiosas, los destructores de escuelas y esos que encienden chimeneas a leña, transformándose en los principales contaminadores de la capital, transgrediendo la ley hasta el punto de gatillar preemergencias ambientales y destruyendo la salud del resto de la población?”

La misma persona, implícitamente aludiendo a que los últimos habitan en los lugares acomodados de la capital, responde que parte de las diferencias son precisamente el estrato socioeconómico.

“Cuestión que tanto distancia a personas y lugares en ciertas circunstancias, mientras que tan poco en otras como ésta”, sintetiza.

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