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Opinión

27 de Junio de 2016

Columna: Becas Chile, Una política pública elitista y poco inclusiva

CONICYT, la institución dependiente del Ministerio de Educación, encargada precisamente de la promoción de la ciencia y tecnología en nuestro país y de administrar las Becas Nacionales e Internacionales para estudios de posgrados, se ha visto debilitada y colapsada por los problemas internos que ha vivido en los últimos años y por la eliminación de la Secretaría Ejecutiva de Becas Chile, que tenía entre sus funciones fiscalizar y coordinar a las entidades ejecutoras y asegurar la transparencia en la entrega de los recursos.

Francisco Winter
Francisco Winter
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Becas Chile A1

Ya desde la época de la marcha de los pingüinos que la educación en nuestro país ha tomado relevancia en la discusión de la agenda pública. La gratuidad universal y la calidad parecen ser la médula de las exigencias.

El asunto es que, al igual que con los otros estudios, los de posgrado necesitan también de preocupación por parte de las autoridades de nuestro país. Y las cifras son preocupantes, ya que el porcentaje de Magíster y Doctorado en Chile es bajísimo en comparación a otros países desarrollados y esto nos va dejando poco a poco atrás en competitividad y productividad. Actualmente nuestro país tiene un 1% de personas que cuenta con el grado académico de Magíster frente al 10% del promedio de países de la OCDE y un 0,5% frente al 1% de Doctorados.

En un informe de Becas Chile titulado “CHILE Prioridades de Políticas para un Crecimiento más Fuerte y Equitativo” ha señalado que “el capital humano parece constituir otro obstáculo para conseguir mejoras de la productividad en las empresas chilenas. Las actividades de innovación e I+D dependen en gran medida de los trabajadores debidamente capacitados, especialmente aquellos con calificaciones de posgrado.”

Desde la creación de las Becas Presidente de la República en el año 1981 -las ahora Becas Bicentenario-, no se han visto mayores propuestas en la línea de mejorar un sistema que requiere, desde hace años, reformas profundas. No existe hoy en día ningún proyecto de ley en el Congreso, salvo la moción de la Cámara de Diputados que le pide a la Presidenta modificar el Decreto 664 de Becas Chile.

Tampoco hay alguna política pública del Ejecutivo en proceso de implementación, que permita primero, aumentar el acceso a financiamiento para este tipo de estudios y, segundo, que faciliten la integración de los posgraduados a los sectores productivos del país (les aviso que estamos en el Año de la Productividad chiquillos).

CONICYT, la institución dependiente del Ministerio de Educación, encargada precisamente de la promoción de la ciencia y tecnología en nuestro país y de administrar las Becas Nacionales e Internacionales para estudios de posgrados, se ha visto debilitada y colapsada por los problemas internos que ha vivido en los últimos años y por la eliminación de la Secretaría Ejecutiva de Becas Chile, que tenía entre sus funciones fiscalizar y coordinar a las entidades ejecutoras y asegurar la transparencia en la entrega de los recursos.

Otro dato preocupante y que debiera generar alarma, que se puede desprender de los Formularios de Acreditación Socioeconómica (FAS) de los becarios, es que Becas Chile es una política pública elitista y poco inclusiva en Chile; que aumenta la segregación socioeconómica y no resuelve las brechas culturales, de información e idiomáticas que persisten en el país. Si bien, originalmente en el año 2008 se creó como un programa dirigido a los egresados con excelencia académica, sabemos que en Chile la excelencia académica en su mayoría, proviene de los colegios particulares pagados, donde además sus alumnos pueden aprender otros idiomas.

Pese a lo anterior, no han habido esfuerzos por incluir a personas con menos oportunidades o a la clase media, que son los que terminan pagando más por perfeccionarse y endeudándose en el sistema financiero (por suerte existe el crédito CORFO que da alternativas de financiamiento).

Es por esto que la Fundación Posgrados para Chile ha ido generado soluciones a esta problemática y actualmente disponemos de un Buscador con más de 600 Becas, de 35 países; que incluyen todo tipo de perfeccionamientos, desde voluntariados, pasantías, magíster, doctorados, postdoctorados, especialidades y concursos.

Además se están generando convenios con más de 10 instituciones extranjeras que pueden implicar más de 80 nuevas becas para nuestros compatriotas.

Hace dos días, desde la Fundación lanzamos una campaña de “financiamiento colectivo” que se puede encontrar en nuestra página web; en donde invitamos a sumarse a la ciudadanía y aportar, para fortalecer el trabajo de nuestra organización y poder llegar a más personas y democratizar las becas de posgrado y cursos de idioma.

*Francisco Winter es presidente de la Fundación Posgrados para Chile

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