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Opinión

29 de Junio de 2016

Columna de Cristóbal Joannon: Encuentros locales

Esa idea de que la política “es cosa de políticos” estaría fuera de foco; vi el manifiesto deseo de ocupar un lugar en el diálogo sobre la sociedad en que queremos vivir. A esto podríamos llamarle un despertar a la vida política genuina.

Cristóbal Joannon
Cristóbal Joannon
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Marcha por Asamblea Constitutente 2 A1
Participé en tres encuentros locales: primero como integrante de un grupo de discusión y dos veces como moderador. En total estuve con unas cincuenta personas (de Vitacura, Las Condes y Providencia), de todas las edades y colores políticos, y en su mayoría con estudios universitarios. En los tres casos la experiencia fue considerada excelente, diría que casi como un fin en sí mismo: la simple deliberación sobre las reglas del juego generales que determinarán las reglas del juego de nuestra convivencia a todos los miembros les pareció clave. La interrogante sobre en qué terminará este proceso, ya que su resultado no será vinculante, no hizo que careciera de sentido. Vi más dudas que desesperanza. El llamado de algunos a no sumarse a este proceso a casi todos les pareció poco razonable.

A este primer patrón de respuestas cabe agregar tres más. Entre los participantes llamó la atención que no hubiera un espacio para pronunciarse sobre qué vamos a entender por Constitución y cómo queremos que ésta sea en términos amplios. ¿Debería pensarse para los próximos cincuenta años? ¿Queremos que sea breve y general, a la manera de la Constitución norteamericana? ¿Que sea lo suficientemente neutra y abierta como para permitir gobiernos socialdemócratas o bien de corte neoliberal? ¿Es deseable –y realista– incluir derechos económicos y sociales? Ninguna de estas respuestas es obvia y, ya que son determinantes para el ejercicio reflexivo, era un primer paso que debió necesariamente contemplarse.

Las consideraciones sobre el bien común y el medioambiente fueron una constante –mucho menos presentes estuvieron la libertad y la propiedad privada, quizás porque se dan por descontadas. Observé un cierto cansancio ante el individualismo que se ha instaurado, ante una cierta ceguera irrespetuosa que ha impactado profundamente nuestra forma de vernos. Pregunta frecuente y de fondo: ¿podría un cambio constitucional o una nueva Constitución cambiar esto?

El tercer patrón tiene que ver con el deseo de participación en todos los niveles: personal, local, nacional. Esa idea de que la política “es cosa de políticos” estaría fuera de foco; vi el manifiesto deseo de ocupar un lugar en el diálogo sobre la sociedad en que queremos vivir. A esto podríamos llamarle un despertar a la vida política genuina.

Hay algo que no puede no decirse. La guía contiene errores que fueron detectados por la totalidad de los participantes; según entiendo, fueron en su momento advertidos por el Consejo Ciudadano de Observadores. Tratándose de un documento tan breve y elemental, una desprolijidad de este tipo resulta inadmisible. (i) La segunda pregunta está compuesta por dos preguntas, de modo que la tercera debería ser la cuarta; (ii) La tercera pregunta (tal como aparece en la guía) es ambigua: puede interpretarse de al menos dos formas, de manera incluso opuestas; (iii) En esta pregunta se habla de “instituciones” en circunstancias de que no todos los elementos por los que se pregunta lo son, por ejemplo “Estado de excepción” y “Forma de Estado”.

Para el anecdotario nacional. El momento de la foto siempre fue significativo. Hasta hubo aplausos. Estas fuerzas vivas –creo que así les llaman– tal vez sean sintomáticas de los tiempos que se nos vienen, de discusión argumentada y propositiva.
*Profesor de Teoría de la Argumentación de la UAI

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