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LA CARNE

5 de Julio de 2016

Las fomes orgías de Hugh Hefner, relatadas por sus conejitas Playboy

A Hefner le gustaba mostrar que en su mansión disfrutaba de placenteros momentos hot con las mujeres más hermosas que existían. De hecho una de sus conejitas cuenta que un requisito para estar en la mansión era someterse a orgías donde cerca de 7 mujeres se acostaban con Hef. Estos actos sexuales debían ser conocidos por la gente, por lo que a menudo salían a discos a carretear para luego dar a entender que la noche acabaría en un ritual sexual de aquellos. La vida del dueño de Playboy ha cambiado radicalmente, de hecho a sus 90 años mantiene un matrimonio con Crystal Harris Hefner, de sólo 30 primaveras. Actualmente no hay pedazos de carretes en casa ni se ven distintas celebridades disfrutando de los placeres carnales. Ahora sólo hay dos enfermeras y un tanque de oxígeno.

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La por muchos envidiada vida del dueño de Playboy, Hugh Hefner -siempre acompañado por bellas mujeres y pedazos de carretes non stop- al parecer no fue lo esperado por las conejitas que lo han acompañado durante toda su vida.

Así al menos queda de manifiesto en una nota del medio Soho.com, en la que distintas mujeres que vivieron a diario con el empresario relataron que la vida en la mansión playboy no era color de rosa. Mucho menos las orgías que debían realizar para satisfacer a Hefner.

La imagen de Hefner con su bata de seda roja y su clásica pipa en la boca proyectaban un estilo de vida que a su empresa le sirvió para convertirse en la revolución sexual del siglo pasado.

A Hefner le gustaba mostrar que en su mansión disfrutaba de placenteros momentos hot con las mujeres más hermosas que existían. De hecho una de sus conejitas cuenta que un requisito para estar en la mansión era someterse a orgías donde cerca de 7 mujeres se acostaban con Hef. Estos actos sexuales debían ser conocidos por la gente, por lo que a menudo salían a discos a carretear para luego dar a entender que la noche acabaría en un ritual sexual de aquellos.

La retribución por aceptar las fantasías del magnate se materializaban en 4 mil dólares mensuales, además de poder hacerse cualquier cirugía plástica totalmente gratis.

En ese sentido, la bella conejita Playboy, Kendra Wikinson, relató lo que vivió al interior de la afamada mansión: “Yo tenía apenas 19 años y como allá todo parecía normal, me sometí a las reglas del juego. Al fin y al cabo vivir con uno de los hombres más famosos del mundo, en una casa de ensueño, y recibir 4000 dólares al mes era mejor que ser mesera”.

A renglón seguido detalló que “a ‘Hef’ le gustaba la pornografía y el lesbianismo, por lo tanto había dos pantallas de televisión enormes que pasaban películas sexuales. A nosotras nos tocaba imitar lo que aparecía en pantalla aunque no fuéramos lesbianas”.

Añadió que “primero, éramos siete chicas desnudas. Dada su edad, el Viagra no era suficiente y teníamos que excitarlo oralmente. Luego todas teníamos que pasar por turnos a la acción. Una por una, teníamos que estar no más de dos minutos encima o debajo de él, antes de cederle el turno a la siguiente. Era como meter y sacar una tarjeta de crédito: cero sensación, cero placer”.

Por su parte, Holly Madison no tuvo pelos en la lengua para afirmar que “creo que no solo nosotras no sentíamos nada, sino que él tampoco. Para mí, lo único que le interesaba era alimentar su leyenda más que su propio placer”.

“Sabía que iba a pasar a la historia como el creador de una revolución sexual y sus orgías tenían que ser parte del libreto”, lanzó.

Otro gustito que se daba Hefner era practicar el sexo anal, lo que para Holly era algo repugnante.

Pese a ello, Kendra no pudo guardar silencio ante los dichos de Holly y disparó por Twitter lo siguiente: “Ahora le parece repugnante, pero mientras recibía los 1000 dólares semanales se veía bastante cómoda”.

A juicio de Kendra, la furia de Holly apunta a que Hefner nunca quiso casarse con ella.
De acuerdo a las conejitas, Hefner en su momento tenía mucho miedo de dejar embarazada a una de las chicas, por lo que siempre solía terminar de forma manual y afuera.

De acuerdo a Soho.com, la vida de Hefner ha cambiado radicalmente, de hecho a sus 90 años está casado hace 30 con Crystal Harris Hefner. Actualmente no hay pedazos de carretes en su mansión ni distintas celebridades disfrutando de los placeres carnales. Ahora sólo hay dos enfermeras y un tanque de oxígeno.

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