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Nacional

17 de Julio de 2016

Manifiesto del Compadre Moncho: “Me drogué en alguna época de mi vida”

"Mi mujer me tiñe el pelo. No lo hago por vanidad, sino porque aquí en Chile uno pasa los 60 años y ya es un tipo que hay que ir a ver al cementerio. Yo no estoy para eso", dijo el actor Adriano Castillo sobre su característico estilo.

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JESUS-COMPADRE-MONCHO

El actor Adriando Castillo, más conocido como el compadre Moncho por su clásico y querido personaje en la serie Los Venegas, participó en la sección Manifiesto del cuerpo de Reportajes de La Tercera, donde desclasificó que es un fanático de la hípica y que apuesta todas las semanas, entre otras varias revelaciones. Acá, un extracto de sus frases más destacadas.

“No creo haberme enamorado nunca. He visto a mis amigos enamorados y yo nunca me he encontrado en ese estado de estupidez máxima y que si llamó o no, o me mandó una carta o no. Jamás. He querido mucho a mis parejas y he sido muy bien tratado por ellas y de eso estoy muy agradecido, porque soy un agradecido del sexo femenino. Yo no me he portado bien con las mujeres en algunas oportunidades, porque he sido un poco déspota, un poco duro. He sido poco flexible algunas veces”.

“Algunos creen que tengo el sentido de la ubicuidad: estoy dando una entrevista en Providencia y al mismo tiempo estoy en Escuela Militar y en el terminal de buses. Es porque no tuve, no tengo ni tendré auto. El auto es mucha preocupación y muy complicado. Si sé manejar es porque tuve que aprender, porque mis personajes en dos teleseries manejaban”.

Sobre su incursión en la política contó: “Cuando me postulé a Core fue porque me convenció la causa. Desde siempre me han ofrecido candidaturas y a todas había dicho que no, hasta ese momento. Siempre participé en campañas de la Concertación y me limité a eso. Hace cuatro años me ofrecieron un cupo en San Miguel. Lo encontré interesante, pero no lo acepté. Luego, a una semana del cierre de cupos, me dijeron que me podían postular a Core por el sector oriente. Yo sabía que era imposible, pero lo intenté porque quería pasar por esa experiencia más que nada por el contacto con la gente. En la elección saqué casi 34 mil votos, el doble de lo que sacó Jocelyn-Holt, así es que no estuve tan mal tampoco”.

“Disfruto con la hípica. Mi padre tenía como diez caballos de carrera, porque su familia vivía muy cerca del Hipódromo Chile. Eran todos carreristas. Después que murió mi hermano, nunca más jugaron. En la universidad, empecé a apostar yo. Desde entonces juego todas las semanas. En esto, el que dice que gana siempre, miente asquerosamente. En esto más se pierde que se gana. Pero la raya para la suma es lo bien que se pasa”.

“El tema del aborto para mí es muy sensible. Mi primera mujer, con la que me casé, siempre perdía a los niños los primeros meses. Eran embarazos inviables. Recuerdo que después de nuestro primer hijo, Javier, hubo un segundo embarazo que parecía ser exitoso pese a que ella usaba métodos anticonceptivos. Ella lo perdió a los 5 meses. Ya era un hombrecito. Recuerdo haber sentido dolor por ese hecho. Pasamos cosas muy dolorosas con esos episodios, sobre todo ella. Por lo mismo, me interesa que la gente discuta sobre el aborto. La pérdida fue un dolor muy profundo, porque ese niño estaba formado”.

“Me drogué en alguna época de mi vida, pero muy poco. Fumaba marihuana porque estaba ahí y probé muchas otras cosas. Tomaba mucho también, pero nunca a niveles problemáticos. Hubo una época en que con amigos nos podíamos reventar tres días seguidos y no nos pasaba nada. Eso duró hasta los 50 y tantos, una edad razonable”.

“Mi mujer me tiñe el pelo. No lo hago por vanidad, sino porque aquí en Chile uno pasa los 60 años y ya es un tipo que hay que ir a ver al cementerio. Yo no estoy para eso. Tengo más de 70 años y de ondero que soy me dejo unas canas locas porque marcan mi estilo”

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