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Nacional

24 de Julio de 2016

Cheyre se defiende: “jamás he violado los derechos humanos”

Después de haber sido sometido a proceso en el caso "Caravana de la muerte" como cómplice de asesinato de 15 personas en 1973, hecho por el que estuvo detenido en un recinto militar por algunos días, el ex Jefe del Ejército habla a través de La Tercera y El Mercurio para sostener su inocencia. “Estoy viviendo uno de los momentos más difíciles de mi vida”, dijo.

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cheyrejuanemilio

El ex Comandante en Jefe de Ejército, Juan Emilio Cheyre, fue sometido a proceso por el caso Caravana de la muerte el pasado jueves 7 de julio. Esa tarde, el juez de la causa, Mario Carroza, ordenó su detención, razón por la que el oficial (r) fue trasladado a un recinto militar en la comuna de Peñalolén. A la semana siguiente, Cheyre quedó en libertad tras el pago de una fianza de un millón de pesos. Cuando ya transcurrieron 17 días del hecho, el aún consejero del Servel se defiende y lo hace a través de los diarios El Mercurio y La Tercera.

“Estoy viviendo uno de los momentos más difíciles de mi vida”, “estoy golpeado”, pues “jamás he violado los derechos humanos”, sostiene Cheyre en entrevista con el diario de Copesa.

El general que asumió el mando de la institución castrense durante el gobierno de Ricardo Lagos insiste que no tuvo nada que ver en la causa que está procesado como cómplice del asesinato de 15 personas. “Yo no tuve participación alguna, no supe ni escuché antes, durante ni después que habría consejos de guerra, fusilamientos ni ejecuciones, jamás”, afirma.

Respecto de su detención, cuenta que “la instrucción del ministro Carroza era presentarme antes de las cuatro de la tarde en la Brigada de Derechos Humanos de la PDI, sin darme mayores antecedentes. La recibí alrededor de las 13.30 horas y en 10 minutos la cumplí. No pasó más de media hora cuando ya estaba detenido”.

Dice que el hecho lo tiene golpeado, pero que trata de darle vuelta. “Siempre he enfrentado mi vida con la verdad por delante. Creo que lo demostré en situaciones críticas que me tocaron vivir, como lo fue Antuco, o cuando reconocí la responsabilidad del Ejército. Por eso, el sentido con que he tomado todo esto que estoy pasando es demostrar mi compromiso por el tema de los derechos humanos”.

“He sido investigado por 20 años a nivel judicial y extrajudicial. Mi nombramiento como comandante en jefe fue producto de una acuciosa investigación. No me hubieran nombrado si es que hubiese surgido algún antecedente, y puedo asegurar, desde lo más profundo de mi corazón, que yo no hubiera aceptado el nombramiento de comandante en jefe del Ejército si es que hubiera tenido una reserva moral respecto de haber violado o haber estado comprometido en violaciones a los derechos humanos”, agrega al respecto.

Maquinación

Tal como el mismo diario adelantó ayer por la tarde, Cheyre apunta a una suerte de conspiración en su contra, motivo por el que cree haber sido procesado.

“Atribuyo todo esto que me está pasando a una confluencia perversa entre dos extremos. Aquí confluyeron dos sectores opuestos. En mi caso, cuando hablan desde el mundo de los derechos humanos lo hacen desde el dolor. Pero también circula en ese ambiente mucha información falsa, basada en invenciones de la gente de Manuel Contreras, de gente vinculada a la Dina. Hay algunos que cuestionan derechamente la transición militar y, por otra parte, hay gente que quiere simbolizar en mí la enorme tragedia que se inició ese 11 de septiembre. Yo comprendo de verdad el dolor de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos, lo digo de corazón, lo siento desde que fui consciente de que la profundidad de la fractura era inmensa para las víctimas de los derechos humanos y de que había una ceguera hacia esas familias, especialmente desde el mundo castrense. Por eso, creo que equivocan el flanco y ese es el drama interno que yo y otros estamos sufriendo”, “para los efectos de las imputaciones que se me hacen, como ayudante yo no tenía ningún soldado a mi cargo”, dice.

“Yo no tenía cómo saber las atrocidades que se cometieron ese día. Cada vez que he sido citado he relatado la secuencia en que ocurrieron los hechos. Yo no he sido cómplice, ni participé en violaciones a los derechos humanos, mi único pecado es haber estado allí. Yo soy inocente”, reitera durante la entrevista.

Al ser consultado por las versiones de ex presos políticos que sostiene que participó en la patrulla que fue a la cárcel… responde que “yo no tenía personal a cargo, ni vehículos a mi disposición. No tuve mando de tropas, ni labores operativas, ni de inteligencia. Es una falsedad absoluta, tremenda, lo que han dicho algunas personas y quedó demostrado en la reconstitución de escena que ordenó el ministro Carroza y en la que quedó en claro que yo no estuve en ese lugar. No es la única falsedad que anda circulando. En el último tiempo han salido muchos antecedentes en los que se cambian personas o hechos para inculparme. El programa de Derechos Humanos dice que yo sabía lo que iba a ocurrir. Vuelvo al contexto histórico, no tenía cómo saber. El bando militar es otro tema que plantea en mi contra el Programa de Derechos Humanos. Sobre eso, lo que ocurrió fue lo siguiente: cuando Lapostol se entera de que hay muertos, consternado le ordena al fiscal Cazanga que lo redacte. Lo revisa Lapostol y a mí me ordena, en mi condición de ayudante, que lo lleve al diario”.

Sobre su reacción luego de enterarse de los fusilamientos, dice “fue algo totalmente inesperado. Sentí impotencia, un dolor muy fuerte… Lapostol me decía “la verdad, la verdad, hay que comunicarle a esta gente”. Es un momento trágico de mi vida. ¿Qué le puedo decir? Muchas decisiones de las que hoy me critican a mí, yo las tomé por el recuerdo de ese momento. El “nunca más”, usted sabe la profundidad del efecto de esa frase. A mí ese momento me quedó marcado a fuego, y cuando llegué a los niveles que llegué, tomé el compromiso de usar mi espacio de mando. Uno no puede reparar el daño causado en tragedias que vivió Chile… pero… de hecho, el “nunca más” yo lo pronuncio en Calama, ¿y por qué lo hago ahí?, porque de todo lo que yo había leído a esa fecha, el relato de lo ocurrido en Calama con la Caravana de la Muerte es trágico, y estaba la consternación que sentía desde los 26 años, por el fusilamiento en La Serena, aunque no lo vi, ni vi después a los muertos. Y el segundo hecho que me consternó, el lanzamiento de personas al mar. Por eso asumí la responsabilidad institucional del Ejército. Ahí dije: “El Ejército de Chile tomó la dura pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades que como institución le cabían en los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado”. Eso lo pude decir en ese momento, como comandante en jefe”.

“Mi paradoja”

En El Mercurio, Cheyre ocupa un espacio llamado tribuna donde se defiende y afirma que está procesado por algo que siempre defendió, como son los derechos humanos.

“Hoy todo Chile conoce lo sucedido, pero quienes estábamos ahí a esa fecha no teníamos información alguna sobre las actividades de esa misma comitiva en otras ciudades (…) la experiencia traumática de esos días y la carencia de espacios para realizar actos de denuncia me han acompañado de por vida”, afirma Cheyre insistiendo en su inocencia.

 

 

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