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Nacional

27 de Julio de 2016

Afectada por desborde del Mapocho acusa a Sacyr de querer comprar su silencio por 10 años a cambio de 250 lucas

A través de una carta enviada a El Mercurio, la periodista María Teresa Nielsen detalló que la propuesta de la empresa en cuestión para cubrir los gastos a su vehículo que el seguro personal no atendió apuntaba al pago de $250.000 a cambio de comprar su silencio, prohibiéndole "dar entrevistas y hacer declaraciones complementarias a cualquier medio de prensa, sea este escrito, radial, electrónico o televisivo. Así también quedaba prohibido realizar declaraciones en portales de noticias y hacer difusión del tema a través de redes sociales. Como si lo anterior fuera poco, se establecía que tampoco podía realizar declaraciones en contra de Sociedad Concesionaria Costanera Norte S.A., ni de Sacyr Chile S.A., ni del Ministerio de Obras Públicas, ni del fisco de Chile".

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Desborde

La periodista María Teresa Nielsen calificó como “absolutamente abusivo”, la condición que le puso Sacyr para cubrir el saldo que su seguro no cubrió para pagar los daños que sufrió su Mazda 2 producto de la inundación provocada por el desborde del Río Mapocho en abril pasado con motivo del nuevo cauce que Costanera Norte y Sacyr Chile construyeron.

Ese día, su auto estaba estacionado en el nivel 5 de un edificio de Santa Magdalena con Costanera Andrés Bello. Fue tanto el material acumulado en el estacionamiento que poco menos de un mes después del hecho se pudo retirar el automóvil del subterráneo.

A través de una carta enviada a El Mercurio, Nielsen detalló que la propuesta de la empresa en cuestión apuntaba al pago de $250.000 a cambio de comprar su silencio, prohibiéndole “dar entrevistas y hacer declaraciones complementarias a cualquier medio de prensa, sea este escrito, radial, electrónico o televisivo. Así también quedaba prohibido realizar declaraciones en portales de noticias y hacer difusión del tema a través de redes sociales. Como si lo anterior fuera poco, se establecía que tampoco podía realizar declaraciones en contra de Sociedad Concesionaria Costanera Norte S.A., ni de Sacyr Chile S.A., ni del Ministerio de Obras Públicas, ni del fisco de Chile”.

A renglón seguido añadió que “no siendo suficiente, las obligaciones de confidencialidad tenían una duración mínima de 10 años. Por último, se establecía que la infracción de la misma daría derecho a Sacyr Chile S.A. a solicitar la devolución de toda suma pagada, más reajustes e intereses”.

La periodista avisó eso sí que “no firmé dicho contrato y se me notificó el cierre del caso. Al respecto, me quedan algunas reflexiones: Soy periodista y no firmé por el carácter abusivo del documento, que coarta tanto la libertad de expresión como el ejercicio de mi profesión, la cual tiene un deber cívico y social basado en informar con objetividad y responsabilidad, a lo que no estoy dispuesta ni debo renunciar”.

“!Lo que aún no se logra entender es que ni a Costanera Norte ni a Sacyr Chile le baste con haber dañado a cientos de personas con cifras millonarias, sino que además pretendan ser dueños de mi silencio por más de una década, a un precio de $25.000 anuales”, recalcó, al mismo tiempo que enfatizó que “no acepto ese ni ningún otro monto, y me quedo con una enorme sensación de desamparo frente a los eternos poderosos, pero con mi verdad y libertad”.

En conversación con La Segunda, el abogado especialista en derecho administrativo, Luis Cordero, puntualizó que en los acuerdos privados “suelen existir cláusulas de confidencialidad. Como son privados, también pueden hacer alusión a un tercero, como en este caso el MOP”.

A su vez el jurista dijo que “igual llama la atención que sea por $250.000, probablemente porque debe tratarse de un acuerdo tipo que le están pasando a todos los que acceden a un monto por los daños sufridos”.

De acuerdo al vespertino, desde Obras Públicas señalaron que “jamás aceptará, ni forma parte de acciones extrajudiciales que insinúen o exijan suscribir un acuerdo que limite el principio de libertad de expresión ni cláusulas de confidencialidad como señala la lectora de El mercurio”.

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