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Opinión

4 de Agosto de 2016

Delfina Guzmán, actriz: “Hacer ese comercial de las AFP fue un acto de inconsciencia e irresponsabilidad”

A sus 88 años, Delfina Guzmán lidia con los achaques típicos de la edad, pero dice que no dejará la actuación aunque su cuerpo le esté pasando la cuenta. Confía en tener cuerda para rato. Una vez a la semana es panelista de un programa en Vía X con Gustavo Hasbún –“siempre le digo: qué pena que seas UDI, porque eres tan exquisito”– donde opina de actualidad, de maternidad, de lo que sea. Delfina nos recibió en su casa un día antes de que muriera su amigo de toda la vida Jaime Celedón, noticia que la tiene muy afectada y sobre la cual todavía no quiere hablar mucho. Antes de eso, nos habló de su cruzada antimascotas, de lo mala que es para ahorrar y del famoso comercial para las AFP que algunos le recordaron tras la marcha del 24 de julio. Dice que lee los diarios todos los días, para romperlos cuando le da rabia: “Este país se convirtió en una serie de viejas chismosas que hablan de política”, reclama.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
Por

DELFINA GUZMAN

En mayo estuviste en el teatro con “Las alas de Delfina”. ¿Ese fue tu retiro definitivo de la actuación, como se dijo en los medios?
-No. Los periodistas me tiraron el ataúd por la cabeza. Nunca dije que dejaría el teatro. Pero pasa que justo apareció este problema que tengo al oído medio y he tenido que estar un ratito sin trabajo porque podría caerme en el escenario. Ahora tengo que andar abrazada de alguien que me ayude con un bastón.

Te deben complicar esos achaques.
-No me hables de eso, porque si vamos a hablar de eso, no paramos más. Es duro. Me carga la vejez. No la soporto. Pero hay que ser muy humilde, sobre todo una persona como yo, que ha tenido tanta actividad, que ha sido tan movediza, tan de allá y pa acá, cubriendo muchos frentes: hijos, política, teatro, televisión, comerciales.

Cuando te separaste, ¿no pensaste en volver a tener pareja?
-¿Pero tú estás enferma? Qué pareja, mijita, por favor. Que me venga a molestar un gallo, yo me muero. Además yo soy muy odiosa, nadie me va a aguantar. Soy muy metida en mí misma, en mis cosas.

No tienes pinta de ser odiosa.
-Soy odiosa, mañosa, una mona.

¿Qué es lo peor de ser vieja?
-Lo más difícil de asumir son las carencias en la salud. Yo alego mucho, no tanto por los apoyos económicos para la tercera edad, sino por los gastos en remedios y exámenes. La salud es carísima y hay gente que no tiene acceso a eso. Es un desastre.

Dicen que los viejos son sabios y hay que saber escucharlos. Pero cuando los viejos quieren ser escuchados, la gente sale con un “para qué, si están viejos”.
-¿Hay tanta gente tonta en este país, no? Hay tanta gente que habla por hablar, por mover la lengua, por gastar saliva. A la gente que opina así, al lote, no la escucho.

Eso dicen, por ejemplo, de Ricardo Lagos, que quiere volver a la política.
-Es gente tonta. Tengo una estupenda impresión de Lagos. Es un gran candidato si se presenta. Fue un excelente presidente, independiente de que tenga 25 años, 49 o 34. Mira, a mí los números me aburren.

¿Pero qué te pasa cuando dicen que los viejos deberían dejar la política?
-No vale la pena tomarlos en cuenta. Porque mira las cosas que hacen los niñitos en las iglesias, rompen los crucifijos… Si los estudiantes hubieran sacado el Cristo, lo hubiesen hecho marchar con ellos, habrían provocado un acto muy inteligente, poético, religioso y político. Romper un Cristo, tirándolo al suelo, como si fuera una basura, es de tontitos. Esos tontitos no tienen derecho a decir que son los jóvenes los que tienen que gobernar. Hay mucho niñito inculto por culpa de los papás también, porque la mamá pasa en el mall, comprando ropa, y el papá en la oficina haciendo plata. Entonces, los cabros no tienen acceso a la cultura, a la política, a la sociedad, a las cosas importantes. Y pasan estas cosas: creer que es política andar destruyendo cristos. Pero esos son algunos, no todos.

Te debe haber molestado considerando que también eres medio beata para tus cosas.
-Beata no soy, pero soy religiosa y creo en Dios.

Eres comunista y católica. Me imagino que te habrán cuestionado por eso, desde ambos lados.
-No tengo ni un problema con los comunistas ni con los católicos. Los dos me han aceptado y de una forma estupenda. Yo encuentro que Cristo y Marx son los dos gallos más fascinantes de la vida. Aprendí antes de la vida con Marx y vi al espíritu de los otros con Cristo, y esas dos cosas juntas, me han hecho lo que ves.

¿Qué te parece la bancada juvenil?
-Al Jackson lo encuentro una maravilla. Igual que a la Camila y Boric. Los encuentro grandes líderes, con mucha convicción, con mucha fe, una gran honestidad, incluso muchas emociones.

Hace un tiempo peleaste con Camila Vallejo en la tele.
-Ella se enojó porque dije que la función más importante de la mujer era la maternidad porque permitía la perpetuidad de la especie. Y ella me dijo, entonces, las que no tienen guagua no sirven… y yo le dije: cállate, cabra tonta. Pero la quiero mucho.

¿Cómo te caen los jóvenes? Algunos viejos dicen que están muy preocupados del sexo.
-Que se preocupen del sexo, si es la edad para preocuparse, pues. Están recién descubriendo cómo continuar la especie. Yo no me preocupo de eso, tampoco de si fuman marihuana o no.

¿Probaste marihuana alguna vez?
-Fíjate que no. No tengo nada de ganas, porque yo tengo tantos estímulos que ojalá tuviera menos. No me importa que los niños fumen, o que fumen acá en mi casa. De hecho, hace un tiempo tuve una plantita que me regalaron en mi casa. Hubieras visto cómo mis nietos me venían a visitar. Volaban los cogollos, pero yo no quiero perder la conciencia porque es lo único bueno que tengo. Si hay algún cambio que hacer, lo voy a hacer yo misma, por dentro.

ANTI MASCOTAS
Hace rato estás pegada con el tema de la maternidad. Te he visto en todos lados opinando del tema.
-Para mí es la misión más importante de la mujer. Y por eso me peleé con la Camila. Porque tú puedes tirar espermatozoides por toda la costa chilena, y qué vas a sacar si no hay útero que los acoja. Para mí, la continuidad de la especie es lo que más dignifica a la mujer. Yo me justifico a mí misma, en mi condición de mujer, por saber que tengo esa misión increíble frente a la especie humana.

¿Y qué pasa cuando hay mujeres que deciden no tener hijos?
-¿Qué va a pasar? Nada.

¿Qué piensas del aborto?
-Me carga que los hombres opinen de eso. Lo que tienes en tu útero, es algo tan especial, que tratar de llevarlo a lo masivo, sobre todo a los hombres, noooo. A los que opinan sobre eso, agarraría un pañal, lo enrollaría y se los metería en la boca.

¿Pero eres de la idea de despenalizarlo?
-No quiero opinar sobre eso. Es un tema que concierne a cada persona, cada uno por su cuenta.

¿Pero tú te habrías hecho un aborto?
-No, porque siempre tuve solución. No lo habría hecho, ni lo recomendaría a nadie. Pero tampoco voy a matar a una persona, o castigarla, porque se lo hizo. Por suerte, soy muy abierta de mente.

¿Qué piensas de las mujeres que postergan su maternidad en pos de otras cosas?
-Mira, que se compren perros y que le hagan fiestas con globos y toda la cosa. Porque yo veo mujeres con mascotas, comprándoles ropa, como si fueran personas. Yo las mataría a todas.

¿Pero por qué?
-Hay niñitos sin dónde dormir, que no tienen qué comer, y estas tontas con los perritos, haciéndoles fiestas, y pa allá y pa acá la mascota, ah, Dios mío.

O sea, tú nunca has tenido mascota.
-No, estás loca.

Como vives sola, podrías estar llena de gatos.
-¡No, por Dios! Los perros me encantan, pero en el campo. Y los gatos los encuentro muy desechables. Por qué mejor no compran patos o gallinas. Las mujeres, en vez de tener hijos, se ponen a tener mascotas. Y piensa tú que con este horror del tráfico, hay señoras que salen a dar vueltas con el perro en el auto. ¿Te das cuenta? Mira, esta historia de las mascotas, me va a sacar de quicio.

¿Por qué tanto?
-Hay tanta niñita joven, cabros fíjate, con el perro. Y es una moda muy hollywoodense, porque hay mucho perro con las actrices de Hollywood, y eso es: un negocio.

Pero que te saque de quicio es demasiado…
-Es que tú ves a nanas todas vestidas de blanco, sacando a pasear el perrito de las señoras por la cuadra. A esas señoras que mandan a pasear a los perros con sus nanas, las mataría. ¡Yeguas absolutas, yeguas de mierda!

Tienes una obsesión con las mascotas.
-Es que la gente cree que le da estatus andar con un perro. Y además desplazan la afectividad hacia un animal.

Pero se puede querer a ambos.
-No, nah que ver. El cariño que tú entregas no es intercambiable por cualquier cosa. Así yo me podría enamorar de una ardilla.

Hace unos días, la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, nominó a las mascotas como seres sintientes.
-No he estado con la Josefa, la quiero mucho y la considero muy inteligente, pero no me explico como una mujer tan inteligente, tan buenamoza y tan chora, pueda decir una huevada semejante. Porque esas son unas huevadas.

Pero es una normativa para darle un trato digno a las mascotas, sobre todo a las que son maltratadas por sus dueños.
-¿Pero tú te das cuenta lo que es comprar una mascota para pegarle? ¿Tú te das cuenta de la inconsecuencia de esa conducta? Para qué darle espacio. Por eso, fuera las mascotas.

LAS AFP

Hace un tiempo protagonizaste un comercial promocionando las AFP…
-No me recordís eso porque me recuerda un mal momento.

¿Por qué?
-Es que no te voy a decir lo que me dijeron mis compañeros, mis amigos. Pa qué te digo mis hijos, me criticaron mucho… Recibía llamados telefónicos de gente anónima y trabajadora que me decían que me las daba de comunista, pero que no me importaba la jubilación de la gente vieja. Yo creo que no me di cuenta. Lo hice de arrebatada.

Pero te deben haber pagado harto por ese comercial.
-Me deben haber pagado unos 5 millones, no me acuerdo bien, pero me sirvieron para comprarme algunas cosas. Pero no fue un acto consciente. A lo mejor necesitaba plata, pero hacer ese comercial de las AFP fue un acto de inconsciencia e irresponsabilidad.

¿Te arrepientes ahora?
-¡Sí, poh! Porque, efectivamente, ahora he podido leer cómo funciona ese asunto. Y es una situación que no tiene nombre. No puedo entender que haya gente obligada a trabajar hasta que se muere, porque la pensión de 70 lucas no le alcanza. Eso es atroz. Pero antes no sabía del tema. Entonces, me pidieron que hiciera un comercial de las AFP, y lo hice de pelotuda.

Pero las AFP ya estaban en entredicho.
-Seguramente, pero no era un tema que yo tuviera encima. Yo ya daba por descontado que no iba a tener jubilación, porque los actores no tienen jubilación, entonces no era mi tema. Todo el mundo cree que ganamos sueldos estratosféricos, cosa que no es cierta.

Entiendo que no ahorraste nada para tu jubilación.
– Yo me gasto mi sueldo en cuanto me lo pagan. No guardo nada. La palabra ahorrar la odio.

¿Eres de ir al Costanera Center?
-Voy, pero no me entretiene para nada. Es muy grande, me pierdo ahí. Ahora, ¿comprarme ropa para mí? ¿Probármela, sacarme la que tengo puesta? Lo encuentro siniestro.

¿En qué gastas tu plata?
-En puras tonteras. En cosas para mis niños, para mis nietos, mis amistades, gente que yo quiero… Soy buena para regalar cosas.

Te gusta disfrutar la plata…
-Sí, gastarla para disfrutarla. Porque no conozco hasta el momento un ataúd que tenga caja fuerte. Pero soy una persona muy desorganizada. Tanto así, que mis hijos me quitaron todas las tarjetas de crédito, la libreta de cheques, para saber en qué me estoy gastando la plata.

¿No te da lata que tus hijos se metan en tus cosas?
-No, al contrario, da cuenta de su preocupación.

VIEJAS CHISMOSAS

¿Lees los diarios o te da lata?
-Yo leo el diario todos los días pa romperlos cuando me da rabia. Los discursos de los políticos los hago a un lado.

¿Qué es lo que te da rabia?
-Los políticos. No puede ser que se esté hablando de arreglar el país con ciertas teorías por un lado y otro, ¿por qué no puede haber un lenguaje de diálogo? ¿Por qué tiene que haber esta rencilla permanente entre los políticos? Yo creo que este país se convirtió en una serie de viejas chismosas que hablan de política.

¿Tú hijo incluido?
-Yo peleo mucho con Nicolás. Peleo mucho porque le pido más atención, le digo “preocúpate menos de la política y más de tu madre”. Es muy buen hijo, excelente, pero pasa metido en la política… Mi hijo también toca la guitarra, toca el piano…

¿Debió ser músico y no dedicarse a la política?
-Sí, me carga la política. Me da lata que esté metido en esta política de chismorreo.

El segundo gobierno de Bachelet ha estado en cuestionamiento constante.
-Ha bajado, sí. Pero son números que no dicen mucho. No voy a valorar más a la Michelle porque subió o bajó el apoyo. Yo la encuentro un lujo para Chile.

¿Y qué te parece su hijo Dávalos?
-Es un tontón. Un irresponsable.

¿Cómo ves el país?
-Este país tiene una mirada de sí, muy aterrante. Pero es atroz de maravilloso. Este país tiene cosas fantásticas –no te voy a hablar del paisaje porque voy a parecer una agencia de turismo– como su gente increíble y la comida chilena… Por otro lado, tiene toda esta historia equivocada del mercado donde todo es número, una laaata. Cuando los políticos empiezan a dar números, los dejo de leer. El lenguaje que usan es de abogados, de gente experta en leyes, que nadie entiende. La mirada profunda, a largo plazo, no está. Todo es cifras y encuestas. Mira, te estoy hablando de todas las cosas que me cargan…

¿Qué es lo peor de Chile?
-No hay nada peor que la desigualdad y los terremotos. Es el colmo que en pleno siglo XXI tengamos gente que se muere de hambre. Esas son cosas espantosas. Pero tienes el Hogar de Cristo, tienes un montón de cabros jóvenes –una maravilla, universitarios– que en lugar de andar fumando pitos en la calle pateando piedras, andan ayudando en las poblaciones.

¿Y a nivel cultural?
-Se ha hecho bastante. El problema es la televisión. Hay programas que no deberían sacarlos al aire.

¿Qué programas?
-No, no, no. Mira, todo el farandulismo no me gusta. Programas que se preocupan de tonteras, que están mal hechos… Pero también hay programas culturales estupendos, teleseries buenas. La televisión y la programación cultural son la copia exacta de este país: lo mejor y lo peor, pegado.

¿Qué te parece que estén triunfando las teleseries turcas por sobre las chilenas?
-Eso del rating, mijita, es otro cuento para niños chicos. Qué quiere decir que mucha gente vea algo. Nada. Mucha gente come pan, pero eso no es indicativo de nada. A mí el rating me da lo mismo.

¿Pero has visto teleseries turcas?
-Nada. De Turquía lo que más ubico son las alfombras. Dicen que los actores son buenos mozos y que hay unas actrices preciosas, bueno, pero en cualquier lado puede haber preciosas.

¿Tienes algún proyecto en carpeta?
-No, fuera de mejorarme, nada. En Sin Dios ni Late, de Vía X, participo todos los lunes en una sección que se llama Los Francotiradores. Ahí soy panelista.

¿De qué hablas ahí?
-De todo: actualidad, maternidad, hijos. En el programa estoy con Gustavo Hasbún.

¿Cómo te llevas con él?
-Muy bien. Siempre le digo a Hasbún: qué pena que seas UDI, porque eres tan exquisito. Y se ríe. También estoy con otro periodista llamado Sebastián Esnaola. Y ellos, como son hombres, se cargan mucho más al fútbol.

¿Y a ti te gusta el fútbol?
-No sé nada. No sé quién ganó o quién perdió. Pero lo miro. Lo encuentro un juego muy lindo, pero corto el audio inmediatamente cuando empiezan a hablar los locutores que transforman todo el juego en una pelea de quién pega más patadas, de quién grita más desesperado… así que corto el audio, si no me corto las venas. Pero el mundo de los futbolistas y sus peinados, que son tan feos, es llamativo… Yo digo el Arturo Vidal, cómo no va a tener una mamá que le diga, mijito, no se corte el pelo así. Es que cómo se puede peinar así ese pájaro.

***

La mañana siguiente a la realización de esta entrevista, Delfina Guzmán recibió un llamado telefónico con una muy mala noticia: la muerte de su gran amigo Jaime Celedón, con el que fundó, junto a Nissim Sharim y Jaime Vadell, el Teatro Ictus. La llamamos de vuelta, pero su ánimo, como era de suponer, no era el mismo.

“Son 50 y tantos años de trabajar juntos, de ser amigos, de ser prácticamente familiares. Cuando pierdes a un amigo, pierdes una parte de ti misma. Yo, de Jaime, recibí puro cariño. Y peleamos. Y nos pusimos bien. Y nos quisimos mucho, mucho, mucho. Es una amistad de la que me enorgullezco y doy gracias a Dios por haber tenido la oportunidad de conocerlo. Mira, qué me ha pasado. Supe una hora después de que había muerto Jaime. Y desde ese momento en adelante, son tantas las llamadas que he recibido de periodistas para que yo les diera datos. Todo este asedio, que lo entiendo, me ha impedido meterme para dentro la noticia y entender lo que significa la muerte de un amigo. No me dieron tiempo para llorar la muerte de Jaime, para llorar tirada encima de mi cama, y eso me tiene muy mal”.

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