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Nacional

10 de Septiembre de 2016

Viuda de Bonvallet: “Me arrepiento de no haberme dado cuenta cuán mal estaba él”

"Me ha costado mucho hacerme la idea de que Eduardo no va a estar nunca más. Sé que está muerto, pero tengo la sensación de que en algún momento va a aparecer. Me dicen que es parte del duelo, pero a veces me pillo mirando su número de celular. Su ausencia se nota tanto. Estábamos separados, pero teníamos una relación de dependencia el uno del otro muy fuerte", reveló María Victoria Laymus.

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A un año de la muerte del comentarista deportivo Eduardo Bonvallet, su viuda María Victoria Laymus conversó con la revista El Sábado y aseguró que se arrepiente de no haberse dado cuenta de los mal que estaba su expareja.

Laymuns, que estaba separada hace un año de Bonvallet, se enteró de la fatal noticia tras recibir un llamado de un periodista de la radio La Clave en que le dijo “Eduardo se suicidó”. Según reveló, no pudo creerlo hasta que su hermana le confirmó la información, en ese instante “me derrumbé. Me senté en el comedor de mi casa y no me paré más. Solo lloré y lloré”.

Ambos se conocieron el año 2005 en un bar de Vitacura “A mí me cargó”, cuenta Leymuns. Sin embargo, el comentarista no desistió y comenzaron a pololear siete meses después.

“La gente tenía la idea de un Bonvallet como el gallo que habla fuerte, y en la intimidad no era así”. La viuda del comentarista también contó que “yo respetaba su espacio. Él siempre me pedía que no me metiera en su trabajo (…) Él era súper celoso de su trabajo y no le gustaba que gente, aunque fuera su mujer, se metiera”.

En enero del 2011 a Bonvallet le detectaron un cáncer en la vía biliar, por lo que tuvo que someterse a quimioterapias durante tres meses. “El las aguantó todas (…) Es que a él poco se le podía decir, hacía lo que quería”, comentó Leymuns.

A fines del mismo año,la relación entre ambos empezó a desgastarse. Según Leymus, “los dos estábamos muy cansados, muy poco tolerantes, nunca fuimos a una terapia juntos, no hicimos muchos esfuerzos por sacar la relación adelante, por aceptarnos. Había llegado a un punto en que la convivencia estaba crítica”.

La mujer reveló que, tras recuperarse del cáncer, Bonvallet volvió a trabajar “pero se sentía cansado y decidió dejar de tomar valcote, un remedio para tratar su trastorno bipolar”.

“Ella reconoció que no se dio cuenta de inmediato de sus cambios de comportamiento, que todo pasó lento y que las peleas se hicieron cada vez más intensas, ya no era tan fácil reconciliarse. Cada día él le gritaba más. Hasta que en junio del 2014, él se fue de la casa. Ella lo recuerda como un mes duro, en que lo extrañaba mucho. Le pidió que volviera. Decidieron intentarlo de nuevo. Pero en septiembre, Bonvallet abandonó el hogar definitivamente”, relata Emol sobre el quiebre matrimonial.

“Yo creo que él estaba muy mal y uno siempre comete errores y ese fue el mío, no ver más allá, cerrarme en la discusión y no hacer una reflexión un poco más profunda de la situación, de lo que estaba pasando”, explicó.

“Me arrepiento de no haberme dado cuenta de cuán mal estaba él. Pero yo estaba muy enojada. Teníamos una relación muy de cabros chicos, era muy intenso”, indicó la mujer.

Laymuns dice que, luego que se especuló con que la razón del suicidio fue que no podía ver a sus hijos, comenzaron a mandarle mensajes amenazantes por redes sociales.

“Decían que me iban a matar. Dentro de la pena que sentía por su pérdida, también sentía que había una injusticia tremenda, porque nunca en la vida él no pudo ver a sus hijos. Que un día viernes él no haya podido entrar porque estaba enojado y porque mi mamá consideró que no estaba en condiciones, no tiene nada que ver. Bajo ese punto de vista, no puedes decir que a él se le prohibió ver a sus hijos”.

“Me ha costado mucho hacerme la idea de que Eduardo no va a estar nunca más. Sé que está muerto, pero tengo la sensación de que en algún momento va a aparecer. Me dicen que es parte del duelo, pero a veces me pillo mirando su número de celular. Su ausencia se nota tanto. Estábamos separados, pero teníamos una relación de dependencia el uno del otro muy fuerte”, confesó.

“Él era mi contención: si yo tenía una duda, le tenía que preguntar a él y eso ha sido lo más difícil para mí. Además, pena de no haber podido decirle a él todo lo que lo quería. Es heavy la sensación de desamparo que me dejó”, finalizó.

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