La nueva vida de Zalaquett: ya no milita en la UDI y vende alpargatas

“No, no estoy militando. Había que renovar la ficha y no la renové.

Esas fueron parte de las confesiones del exalcalde Pablo Zalaquett, quien reveló a LUN que ya no pertenece a las filas de la UDI y que ahora vive lejos de la política… vendiendo alpargatas.

Todo partió, cuenta Zalaquett- por una de esas casualidades de la vida.

Resulta que en marzo pidió permiso para salir del país. Viajó a España y en el estadio del Real Madrid conoció a Cesar y Jesús Aedo, dueños de la marca de zapatos “Aedo”. Desde entonces representa a la marca en el país.

“Me voy a España en octubre y la idea es que tendré la representación para Chile, Argentina, Perú y Bolivia. Jamás imaginé estar en el mundo de la moda, pero yo creo en las casualidades de la vida”, dice.

El exalcalde de las comunas de La Florida y Santiago afirma que el mundo de la moda “es apasionante, te obliga a estar update permanentemente, estar pendiente de las tendencias. Esto le ha dado a mi vida algo distinto. (…) Yo era anti mall, anti shopping. Sufría. Ahora me encanta. Si antes era ciento por ciento clásico y fome, ahora soy un poquito menos clásico y fome. Sí, estoy más fashion, más relajado”.

Consultado si en medio de esta nueva vida se ve de vuelta en la política, responde que “es un tema que lo voy a conversar conmigo mismo en cuatro años más. Solo volvería si sintiera que mi aporte tiene sentido. No soy un drogado de la política”.

“Hoy no estoy en la política, no tengo que ser parte de algo, estoy dedicado a los negocios. Esta empresa (Triangular, la empresa de comunicaciones que tiene con su hermana, la ex diputada Mónica Zalaquett) también se dedica a asuntos públicos y creo que es mejor no militar. Además, si algún día vuelvo a la política ahí tendré que ver qué quiero hacer. Qué se yo lo que va a pasar, quiero estar libre de todo”, sostiene.

Al cerrar, se refiere al caso Penta, donde fue formalizado.

 

“El mundo cambió. En la clase política de este país, de capitán a paje, faltó decir la verdad. La verdad es que aquí había una forma en que se financiaba la política desde siempre y nunca más se va a hacer así. Pero en vez de esconderse, como todo el mundo lo hizo, correspondía decir que el sistema siempre fue así. Me hubiera gustado que se hubiera reconocido y que no hubiera aparecido como que aquí había cuatro o cinco gatos que se portaron mal y que todo el resto eran santos”.