Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Nacional

25 de Septiembre de 2016

Los hitos que marcaron el vuelco en el caso Rafael Garay

En los últimos cuatro días, una serie de hechos transformaron al economista (ahora se sabe que es ingeniero comercial) en personaje con una enfermedad terminal desaparecida, a otras prófuga de la justicia.

Por

garaya1

Hasta el miércoles de la semana, Rafael Garay era un economista, aquejado de un cáncer terminal, que había partido a Francia para seguir peleándole al destino, para intentar detener el tumor incrustado en su cabeza. En adelante todo cambió. Aquí los hitos que lo transformaron de desaparecido a prófugo de la justicia.

“Rafael manifestó que iba a estar desconectado hasta el 14 de septiembre, que no iba ser posible ubicarle, y que iba a estar en el extranjero por un tratamiento relacionado con su salud (…) Pasada esa fecha, no hemos tenido contacto con él”, decía el 21 de septiembre su entonces abogado Angel Valencia a ADN Radio.

Hasta ese día, el mismo Valencia ponía paños fríos, pedía no hablar de desaparición, afirmaba que seguramente la enfermedad le había impedido comunicarse.

Pero de súbito, el jueves todo dio un vuelco, comenzaron a germinarse las dudas.

Primero se supo que Garay sólo había pasado por Francia, pues su destino final había sido Tailandia, en el sudeste asiático.

Aun cuando el hecho causaba extrañeza, a más de alguien no le parecía descabellado que una persona con una enfermedad terminal pasase sus últimos días como le pareciera. Sin embargo, ese análisis se vino al suelo cuando afloraron dos decidores antecedentes: en la clínica Gustavo Roussy de París donde decía tratarse, no lo conocían, jamás había ingresado como paciente; y como si fuera poco, un informe de la PDI daba cuenta que había pasado por Francia, Tailandia, Holanda y Rumania.

La información era corroborada además por Cancillería, desde donde comunicaban que había estado en el consulado por un documento, un papel que acreditara su soltería.

A esas alturas comenzaban a aparecer los primeros comentarios poniendo en duda su enfermedad.

En entrevista con The Clinic Online, el fundador de “Felices y Forrados”, Gino Lorenzini, opinaba que en una de esas “Think es una estafa piramidal y el cáncer una cortina de humo”.

Por muy duras que sonaran sus palabras, de alguna manera, la renuncia de su abogado, Angel Valencia se leían casi como a una constatación.

Ya llegado el viernes, el ambiente se enrarecía aún más, pues un exsocio lo acusaba de ofrecer rentabilidad del 18% y de mentir sobre su doctorado en España. Para más remate, esa misma jornada el periodista Iván Núñez, examigo de Garay, revelaba los hechos más categóricos conocidos hasta ahora: en su cara le había dicho que lo iba a defraudar, y además su pareja, estaba acá en Chile, esperándolo, embarazada.

Fue así que en la tarde del viernes la figura legal cambió, y el fiscal José Morales solicitó una orden de captura internacional. El mismo persecutor, también hablaría de que la enfermedad parecía poco creíble.

Así las cosas, lo último que se supo de este particular caso es que la pareja de Garay declaró en la PDI de manera voluntaria, diligencia en la que habría dicho que nunca pudo corroborar el cáncer, y de que al parecer sabía de la existencia de una rumana que él había conocido por internet.

Como para cavilar más sobre el sabroso caso, un antecedentes revelado por El Mercurio indicó que en su momento, a razón de un testamento que pretendía elaborar para su hijo, Garay se negó a un examen donde se le pudiera comprobar que sus facultades mentales no estaban perturbadas.

 

 

Notas relacionadas