La historia de los pacos que actuaban sin Dios ni ley en La Pintana: “Son peores que los propios cogoteros”

Una serie de escuchas telefónicas, testimonios de víctimas, campañas para funar y los seguimientos de inteligencia de la policía provocaron la caída de un grupo de 10 pacos acusados de colusión con narcotraficantes para robar drogas y dinero a otros narcos.

La historia califica para ser vista derechamente como un culebrón de película que mezcla romance, acción, líos con la justicia y el mundo del narcotráfico

Según consigna una publicación del diario La Tercera, todo comenzó cuando el 30 de mayo pasado el sargento C.M.P.M de la Tenencia El Castillo fue alertado por su pareja, una narcotraficante, de lo que estaba ocurriendo en La Pintana: “Oh… amorcito, sabes que hay la media… Mira, te voy a mandar todo lo que dicen de ustedes por Facebook (…). Que cuando se metan a una casa saquen una foto y denúncienlos, porque son los ladrones más grandes de La Pintana”.

En palabras simples, el carabinero en cuestión recibió la primera clara señal de lo que estaban urdiendo los vecinos de dicho lugar, todo esto luego de sufrir, según acusaron, robos y apremios por parte de 10 carabineros. Aburridos de los constantes allanamientos, los habitantes se unieron en masa para repartir folletos nombrando a los efectivos de la polícia, al mismo tiempo que convocaron a una masiva marcha bajo el lema: “La Pintana marcha no+corrupción”.

En los carteles que difundieron acusaron lo siguiente: “Se encargan de entrar a las casas a robar sin orden, ni fiscal que los respalde, realizan controles de identidad sin sospecha, sólo para quitar dinero y especies de valor. Si los ve, denuncie, póngale fin al abuso de poder”.

pues bien, el trabajo de la policía, la fiscalía y las interminables protestas de los vecinos hicieron que la bomba estallara: Los pacos fueron formalizados y quedaron en prisión preventiva. Por si esto fuera poco, también fueron dados de baja rapidamente.

El modus operandi de estos carabineros era ingresar a los domicilios para sustraer lucas y droga, disfrazando todo el procedimiento con falsos partes. En el fondo todo estaba planeado y había un previo acuerdo con otros narcotraficantes.

Otro dato clave que generó la caída de los pacos fue el testimonio reservado de un colega que advirtió de los posibles nexos de este grupo de policías con el mundo del narcotráfico: “Uno de los efectivos se estaría dedicando al tráfico de drogas en pequeñas cantidades. (Una de las cónyuges) habría manifestado que tenía malas juntas, amistades que se relacionarían con traficantes de drogas (…). Un día de marzo, revisando el colchón de la cama en la pieza matrimonial, habría encontrado dos bolsas pequeñas con sustancias de color blanco en su interior (…); también lo habría sorprendido portando grandes cantidades de dinero que no era habitual a la condición de carabinero, le dijo (a ella) que mientras menos supiera sería mejor”.

Por su parte, uno de los testigos que sufrieron los procedimientos truchos relató ante el Ministerio Público que “como a eso de las 8.30 estaba en mi casa durmiendo y me levanté a prepararle un remedio a mi hijo, cuando sentí que empujaban la puerta (…), cuando veo que entraron carabineros, como ocho, me tiraron al suelo, me esposaron y me decían que querían las armas (…). Luego, se pusieron a registrar y encontraron droga, 15 kilos de pasta base. La encontraron y se la llevaron. Me sacaron 150 mil pesos de la billetera, un computador y mi anillo de compromiso”, indica uno de los testigos.

Agregó sorprendida que tras su control de detención “me entero por el fiscal que se trataba de menos droga de la que yo tenía y que habían dicho que me pillaron en la calle con un arma (…); todas esas cosas que sacaron de la casa se las llevaron junto con tres kilos de droga que no pusieron en el parte”.

Otra habitante de la zona reveló que mientras iba en su vehículo la pararon estos pacos: “Nos tiraron al suelo y esposaron, no habían ni siquiera revisado el auto. Nos subieron a un furgón. Mi hermana estaba sentada adelante y le pegaban con un palo en la cara y en el cuerpo, combos, patadas, por lo cual le quedó toda la cara marcada”.

“Los carabineros de la Tenencia El Castillo tienen su propia ley, ellos roban a todo el mundo, en paraderos, en los almacenes (…); les dicen en la población ‘Los motochorros’, son peores que los propios cogoteros”, cerró.