“La Beca Pinochet”: El beneficio del tirano que permitió a jóvenes antidictadura entrar a la U

El escritor y columnista, Tito Matamala, presenta este sábado en la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa) su libro titulado “La Beca Pinochet”, material en el que relata como fueron esos años de juventud en que recibió el beneficio económico por parte del dictador para ingresar a la universidad.

En conversación con La Tercera, Matamala profundizó en que dicho apoyo consistía en una ayuda para egresados de media que destacaban en sus notas y que poseían escasos recursos.

En ese sentido, el escritor de 53 años recordó que llegó a la Universidad de Concepción en 1982 para estudiar Ingeniería Civil Electrónica, y se alojó en el hogar universitario Maipú 301. El hombre compartió con otros jóvenes la habitación 502, la cual fue denominada como “la Mazmorra”.

Aquel recinto estudiantil, afirmó, representaba el “emblema de la resistencia juvenil ante el Régimen Militar”.

La inspiración para escribir su libro, contó, fue que allí se convirtió en un fiel combatiente contra la dictadura del tirano: “Participé en cuanto paro, marcha, toma, reyerta con la policía y manifestación contra el régimen hubiera en la ciudad. Pasé de ser Tito Matamala a Judas Matamala”, manifestó Matamala, echando la talla.

“Hasta antes de eso me creía la isla de paz y tranquilidad del régimen militar”, advirtió.

Cabe decir que Tito nunca se acomplejó por recibir la Beca Pinochet, a diferencia de sus amigos, que preferían esconder el hecho. “Era un estudiante pobre que necesitaba de esa plata para solventar mis gastos en la ciudad”, argumentó.

Añadió que “desde 1983 no paramos de protestar. Aunque siempre nos tenían amenazados con que si nos pillaban en las marchas nos quitarían la beca”.

Entre las historias más crueles que marcaron esa época para Tito, resalta la de aquel día en que “me tocó ver morir al estudiante Caupolicán Inostroza, quien en 1984 recibió un impacto de bala en medio de una protesta estudiantil en las dependencias de la Universidad de Concepción”.

Pues bien, el fondo de su libro, sostiene, apunta a que “no perdamos la memoria. Respecto a cómo es visto por muchos por esta suerte de contradicción por la beca, soltó que a menudo los lectores de sus columnas lo tildan de “derechista o izquierdista, aunque lo peor que hubiese ocurrido es que alguien me acusase de demócrata cristiano. Lo que nunca ocurrió”.

“Espero que mi libro rescate la memoria. Sobre todo para la generación de hoy. Esos jóvenes que caminan con pancartas, por las calles de Concepción, que dicen ‘estudiantes y obreros unidos en la lucha’ repitiendo consignas de los 70’ que ni siquiera entienden y con intentos de reformar el país de manera totalmente irresponsable”, mencionó.

Por su lado, Matamala recordó todos los problemas que vivieron los jóvenes de esa época: “La mentira, la negación, y lo peor, la mentira sarcástica con la que Pinochet, Lucía Hiriart y el Mamo Contreras se reían de los muertos y de los desaparecidos por la televisión. Yo quedé con un trauma cuando entendí todo lo que estaba pasando, veía a los militares y cruzaba a la calle”.

En tanto, su libro pretende contar “la intimidad y pequeñez de una generación marcada por el instante feroz en que descubrió que estábamos rodeados de muertos”.

“Contaré el detalle que te indicaba de que el sistema estaba envenenado por dentro: el toque de queda, el silencio en la fila, el silencio en la calle, el silencio en la clase. El silencio en general”, adelantó.