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Poder

23 de Octubre de 2016

Los escollos en la ruta presidencial de Guillier

Alejandro Guillier es un personaje multifacético. Ha sido lector de noticias, el hombre más creíble de Chile, rostro de las Isapres, figura de una ONG, senador, y aunque no ha confirmado oficialmente su candidatura presidencial, no hay encuesta en que su apellido no encabece la lista de los políticos con más futuro del país. Su figura le ha dado aire a una agónica Nueva Mayoría, especialmente al Partido Radical que lo apoya, pero aún no está claro si llegará a la papeleta. No la tiene fácil. No cuenta con grandes espaldas políticas y tampoco con experiencia sobre la cual cimentar una campaña. En su región, además, reclaman sentirse abandonados: “Él hace política de salón y se alejó de los movimientos sociales que decía abrazar acá en el norte”, se lamenta el alcalde de Calama Esteban Velásquez.

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Aunque le molestaban las palabras del ministro del interior Mario Fernández -sobre que la disputa presidencial sería entre Lagos y Piñera-, Guillier no se veía enojado. Quienes lo conocen, aseguran que nunca se irrita, que no grita, y que cuando está taimado, incluso, su voz es siempre la misma. Suave, pausada, risueña, y a veces enfática.

-Cualquier senador sueña en las mañanas, cuando se levanta y se mira al espejo en su casa, y se ve con la banda presidencial –dijo frente a las cámaras, cuando le consultaron por sus opciones electorales.

A casi 1.400 kilómetros de allí, José Miguel Latorre, su exasesor en la región de Antofagasta, lo escuchaba en la radio. Aquella tarde, no era la primera vez que lo oía repetir esa frase. Desde que salió electo, hasta mediados del año pasado, Latorre había sido un asesor que mantenía al senador al tanto de lo que ocurría en las comunas de su circunscripción, y que también lo acompañaba a las actividades en terreno. Estaba contratado por el Senado y en una reunión que tuvieron en Sierra Gorda, en abril de 2015, escuchó a Guillier hablar de la banda presidencial por primera vez, cuando se enteró que una encuesta lo ubicaba en cuarto lugar de las preferencias presidenciales, detrás de Piñera, MEO, e Isabel Allende.

-No hay senador que no se mire al espejo y se sienta con la banda –recuerda Latorre que le habría dicho el periodista cuando regresaban a Antofagasta.

En ese tiempo, marcaba sólo un 10%.

EL ROSTRO MÁS CREÍBLE

José Miguel Latorre era administrador de la municipalidad de Mejillones cuando conoció a Alejandro Guillier a fines del año 2011, cuando éste se había cambiado a La Red para leer noticias con Beatriz Sánchez. El periodista era un invitado frecuente de la comuna. Lo llamaban casi siempre para que presentara libros o diera el inicio al concurso anual de cuentos. Un rostro al que Latorre vinculaba con la lectura desde que en Chilevisión recomendaba textos al final de cada noticiero.

-En una visita llegó a sondear su candidatura: ¿Qué piensas que diría la gente si me presento a senador? -recuerda que le preguntó.

Latorre se ofreció a hacerle un sondeo. Uno bastante precario y sin metodología, pero que según él medía sensaciones. El administrador municipal juntó a todos sus amigos, de las más variadas tendencias políticas, y los invitó a un asado. Allí, entre copas y carnes, les preguntó qué pensaban de Guillier. A la semana siguiente le escribió a Juan Carlos Soto, el asesor que el periodista tenía desde hace más de 20 años: “Los números dan”, le dijo.

-Fue súper humilde en plantear su candidatura. Mi primera impresión fue la de un tipo clever, que escucha a la gente, que es muy de piel. A la gente le gustaba conversar con él –agrega.

Latorre le dijo a Soto que su jefe saldría con un 35%, una cifra lanzada al voleo sin ningún sustento estadístico. Las encuestas no eran nuevas para Guillier. Desde comienzos de la década del 90 que su nombre aparecía vinculado a distintos sondeos, pero fue a comienzos de los 2000 que aquellas consultas lo posicionaron como el lector de noticias más creíble de la televisión. Números que Chilevisión convirtió en utilidades y que él quiso capitalizar con un comercial donde alababa las virtudes de las Isapres, y que hoy se ha convertido en uno de sus principales puntos flacos.

Un exrostro de noticias del canal recuerda que el exlector de noticias no le pidió permiso a nadie para hacer el spot y que tampoco avisó que saldría. Pero las aseguradoras de salud no fueron las únicas que aprovecharon la bonanza de su imagen. En el año 2005, la ONG World Visión lo reclutó como presentador de infomerciales para captar socios.

-Guillier fue el rostro del primer programa. Se transmitió por Chilevisión en la última franja y fue impresionante cómo al otro día comenzamos a recibir llamadas. Habíamos contratado un call center y no fueron capaces de responder a la demanda. Era muy creíble –recuerda una exejecutiva de la ONG.

Al poco tiempo, Guillier se fue involucrando en el proyecto. Además de rostro de la campaña, se transformó en patrocinador de dos hermanas de Lota que pertenecían a la organización: Dominic y Estrella, a quienes visitaba cada vez que estaba de paso por la comuna. El periodista donaba todos los meses 12 mil pesos y además les llevaba regalos y mercadería cuando las visitaba. También aportó para que al lado de la mediagua en la que vivían, les construyeran una pieza para ellas.

-Cuando no podía ir, les escribía o las llamaba por teléfono. La señora de Alejandro era muy preocupada de ellas. Siempre nos llamaba cuando el padre de las niñas quedaba sin trabajo, para ver de qué forma podían ayudar –recuerda Lina Rodríguez, sicóloga que trabajo en Lota para la ONG.

Con World Visión, Guillier recorrió Chile. Podría decirse que fue la primera vez que viajó por el país haciendo una campaña. Luego se sumaron otros rostros como Anita Reeves y Malucha Pinto. Quienes estuvieron a su lado en esa época, recuerdan que la gente lo quería mucho, que cada vez que salían a grabar lo abrazaban. Se convirtió en invitado estelar cada vez que la ONG se hacía presente con alguna donación o lanzaba un programa nuevo en alguna comuna del país. En junio de 2011, por ejemplo, mientras sondeaba apoyos para una candidatura y leía noticias, entregó cientos de parkas que la organización había donado para que los niños más vulnerables de Tocopilla pudieran soportar el invierno pampino. Guillier se llevaba todos los aplausos.

World Vision fue un buen ejercicio para lo que vino después: dejar el ya reducido espacio que tenía en la televisión e iniciar su candidatura al Senado por Antofagasta como independiente. Era la segunda vez que lo intentaba. En el 2005, cuando era jefe de prensa de CHV, habría logrado un buen acuerdo con el PS para competir también por Antofagasta, pero su proceso judicial por la grabación con cámara oculta, de la que fue víctima el juez Daniel Calvo en un sauna, mientras se investigaba el caso Spiniak, no le permitió llegar a la papeleta. A comienzos de 2013, sin embargo, la postulación de José Antonio Gómez a la presidencia dejó la cancha despejada para que Guillier llenara el cupo que los radicales estaban dejando.

Aunque en la región había molestia por la forma en que anteriormente se habían repartido las postulaciones al parlamento, casi como si la zona fuera un botín para políticos santiaguinos, el encanto de Guillier pudo revertir aquello. Su inexperiencia política, el punto débil de su campaña según la oposición, era también su virtud más reluciente. El periodista no venía manchado con ninguna de las malas prácticas de la política. Argumento que le sirvió para imponerse con el 37% de los votos, que sumados a los que obtuvo el candidato Pedro Araya, le permitieron a la Nueva Mayoría doblar y conseguir los dos representantes.

Guillier gastó poco más de 120 millones para convertirse en senador: 50 de ellos vinieron de aportes reservados, 18 del Partido Socialista –que lo había sondeado antes de que aparecieran los radicales-, y cerca de 60 que el mismo puso de su bolsillo. Guillier sacó dos puntos más de lo que le había pronosticado el exadministrador municipal de Mejillones, José Miguel Latorre, a quien luego nombró como su asesor.

-Yo siempre lo he apoyado y siempre lo voy a apoyar. Me identifico con lo que representa él y su grupo chico –explica.

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José Miguel Latorre y Alejandro Guillier en un programa de radio en Antofagasta.

SU POLÉMICO ASESOR

Cuando Latorre habla del grupo chico más bien está pensando en un dueto. Allí está Alejandro Guillier y su jefe de gabinete Juan Carlos Soto, el mismo que lo asesoraba cuando leía noticias. Dos mitades que cierran el círculo íntimo.

-El jefe bueno y el jefe malo. Guillier es el amable y Soto es el que se pone pesado… Todo pasa por él, es su hombre de confianza hace más de 20 años. Es el que le ve todo, confía ciegamente en él –agrega Latorre, quien se considera amigos de ambos.

No está claro cómo Guillier y Soto se conocieron, pero sí que llevan muchos años de amistad y trabajo. Según cuenta una persona que conoce la relación, el vínculo entre ellos vendría a través de la exsuegra de Soto, que habría sido empleada doméstica en la casa del senador. Otros aseguran que ambos trabajan juntos desde la época en que Guillier estaba en TVN.

-Recuerdo que tenía un ayudante cuando llegó al canal, una persona que le veía la agenda. En ese tiempo era un poco extraño eso, pero después todos los rostros comenzaron a tenerlo –cuenta un excompañero de trabajo de Chilevisión.

Guillier demostraba una preocupación especial por Soto. Lo recomenzó en World Vision para que los ayudara como asesor de prensa en Temuco y luego hizo gestiones con Sergio Bitar para incluirlo en su equipo de comunicaciones, cuando el militante del PPD era ministro de Obras Públicas. Fue en el desempeño de ese cargo que a Soto le tocó viajar a Temuco, al Servicio Regional Ministerial, donde conoció a una funcionaria con la que comenzó una relación amorosa a fines de 2008. Un par de meses después, en mayo del año siguiente, le pidió matrimonio.

La historia de ambos la cuenta una amiga que los conoció en ese tiempo.

-Después de eso se transformó en una persona totalmente distinta. Mostró ese lado oscuro. Le prohibió tener amigas, que conversara con sus compañeros de trabajo, o que saliera. La tenía amenazada. Era un mafioso –recuerda ella.

Luego del compromiso, la relación duró un año antes de que acabara en tribunales, cuando la funcionaria de la seremi lo denunció por amenazas en marzo de 2010. Casi un mes después, una periodista del Diario Austral se presentó en su puerta para contarle una mala noticia. Hasta la redacción del periódico habían llegado unas fotos donde ella aparecía con ropa interior, en una página de avisos de internet. El escándalo terminó con Juan Carlos Soto querellado.

-El único que las tenía era él, nadie más las podría haber subido –agrega la amiga.

El tema fue noticia en los diarios regionales. Allí, la funcionaria contó su versión.

-Fui a la PDI y entregué todas las pruebas, porque ya no puedo más. El tipo me sigue en su auto, me manda CD con música y ya no puedo más. Este tipo me dijo que me destruiría, sobre todo con el tema de las fotos –dijo ella en su momento.

Doce días después, Juan Carlos Soto se querelló por amenazas. En su denuncia, patrocinada por el abogado Alex Matute, contó una versión totalmente distinta. Dijo que le había prestado 10 millones de pesos y que ella le había devuelto sólo 4, y que esto habría ocurrido porque él estaba seducido por la relación que estaba llevando. Luego la trató con dureza. En octubre de 2009 –contó en la querella- la descubrió enviándose fotos y videos sexuales con un sujeto italiano.

-De aquí en adelante, mi vida se ha transformado en un infierno, toda vez que he recibido todo tipo de amenazas, incluso de muerte. Incluso en una oportunidad, en forma descontrolada, ella me puso un cuchillo en el cuello, diciéndome que me iba a matar… así mismo, con fecha 13 de marzo de 2010 me envió un mail en el cual me amenazó diciendo lo siguiente: “Eres un maricón quiero verte muerto a ti y arruinar a tu familia” –dice la denuncia.

Según quedó registro en la fiscalía, la funcionaria habría asegurado que ese correo no lo había enviado ella y que Juan Carlos Soto le había robado las claves. Pidió que un experto revisara el IP desde donde había salido el mensaje, pero nadie lo averiguó. Siete meses después, el fiscal que llevaba la investigación se desistió de ella, al considerar que los antecedentes de la filtración de las fotos no eran constitutivos de un delito.

Aquella, no ha sido la única polémica del jefe de gabinete de Guillier.

ALCALDES CONTRA GUILLIER

Jaime Araya, concejal y candidato independiente a alcalde por Antofagasta, recuerda una frase que Juan Carlos Soto le mandó a decir en junio del año pasado, cuando desde el ministerio de Justicia se comenzó a tramitar la renuncia de la seremi de Antofagasta Alejandra Pozo, leal a Alejandro Guillier.

-Esto es como en las películas, uno mío y uno tuyo –le habría dicho.

Aunque la versión oficial decía que la seremi había sido irresponsable en el envío de un oficio en el que imprudentemente criticaba un acuerdo entre el Poder Judicial y el Ejecutivo, sobre el destino de algunos jueces en la región, en el círculo cercano de Guillier leyeron esto como una operación orquestada desde el entorno del senador Pedro Araya, el mismo con el que había doblado en las elecciones anteriores. Aquel episodio fue el inició de la enemistad entre ambos.

Quienes conocen la historia, recuerdan que Guillier llegó bien arriba moviendo los hilos para evitar que la seremi saliera y denunciar la operación de los hermanos Araya, a quienes acusaba de haberse aprovechado de sus influencias para instalar personas cercanas a ellos en el gobierno regional. No han sido pocos los episodios en que el senador los ha enfrentado por la prensa regional. El último round lo tuvo con Jaime, luego que éste lo acusara de influir para que su nombre no apareciera en el listado de las primarias en Antofagasta. Guillier replicó diciendo que no le parecía que candidatos con conflictos judiciales pendientes –Jaime Araya tiene boletas por 12 millones con SQM- fuesen candidatos a alcaldes.

-Guillier tiene una forma rara de actuar: yo pensaba que era más frontal, pero actúa por debajo. Su especialidad es no dar la cara. Muestra un lado amable, pero se la pasa presionando y pidiendo pegas –agrega Jaime.

No ha sido el único que le ha enrostrado eso al senador. Todo empezó cuando Jorge Burgos, exministro del Interior, recordó en una entrevista que para lo único que se comunicaba con él era para solicitarle nombramientos. Burgos, entre líneas, intentaba decir que Guillier no era muy distinto a todos. En la región son varias las autoridades que piensan que usó el escaño parlamentario sólo para lanzarse a una contienda presidencial.

-Alejandro participaba de todo, vetaba y subía nombres. Él no dejó participar a algunos candidatos en primarias. Eso corrobora que se transformó en un operador político y buscó una plataforma para su candidatura. Él hace política de salón y se alejó de los movimientos sociales que decía abrazar acá en el norte –explica Esteban Velásquez, alcalde de Calama.

Mismo sentimiento que tiene el alcalde de Tocopilla, Fernando San Román.

-No sé si Guillier es querido. Se le ve como una figura importante porque viene de la televisión, pero no es popular. Dada la crisis de legitimidad que hay, esta es una estrategia de la elite política para presentar un rostro que aparenta ser más amable, pero no confío en él para Presidente de Chile.

José Miguel Latorre conoce cada una de aquellas acusaciones en contra de su exjefe. Las ha escuchado porque desde que se fue de su lado, se ha transformado en un influyente locutor del único programa radial de corte político que hay en Antofagasta. Frente a sus micrófonos, varias autoridades regionales le han pasado la cuenta al senador, pero Latorre lo defiende. Cree que se ha formado una falsa imagen de él y que no es verdad que los ha abandonado, como dicen los alcaldes de Tocopilla y Calama. Enumera varios encuentros en que el senador se ha reunido con la ciudadanía, entre ellos los operativos médicos y legales que en abril de este año realizó en el sector Norte de Antofagasta, y toda la ayuda que desplegó durante los aluviones de marzo del año pasado.

-Para el aluvión fuimos de los primeros en llegar a Taltal y él empezó a despachar para los medios por teléfono, porque no había llegado ni la prensa –recuerda Latorre.

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Alejandro Guillier repartiendo ayuda luego de los aluviones.

En aquella ocasión, el senador recorrió las calles arriba de la pala de una retroexcavadora. La gente lo saludaba y él empatizaba con la tragedia. A la semana siguiente regresó a dejar la ayuda que había prometido. Llegó con víveres y equipamiento para la emergencia que venían empaquetados en cajas de World Vision Korea, y que él mismo entregó al pie de una camioneta, sin autoridades presentes.

Esa lejanía del poder regional, y también de algunas esferas nacionales, se ha transformado en un arma de doble filo. Si bien cuenta con el apoyo de una parte importante del Partido Radical, si llega a lanzar su candidatura presidencial y los alcaldes de Tocopilla y Calama son reelectos, Guillier tendrá una dura oposición desde la propia región que lo eligió senador.

-Es un gran comunicador, pero todavía no es su hora. Hay que prepararlo para más adelante, pero hay que formarle un buen equipo. Si tú lo ves en la cancha, le faltan los fundamentos, ideas de fondo. Lleva casi tres años de senador y no ha presentado ningún proyecto de ley relevante –explica un histórico militante radical.

Latorre cree que la única forma de contrarrestar eso, es confiando en la misma fórmula que hasta ahora lo ha encumbrado en las encuestas: escuchar a la gente.

-A Guillier le gusta estar en la caleta de pescadores, con el club deportivo, o con la dirigenta en la población. Le encanta recorrer las calles y almorzar en picadas. Él viene de vuelta de los egos y las luces de la televisión: foto que le pidan se la saca. Imagínate la pega que significa caminar al lado de él durante una cuadra. Como dice siempre, “su prioridad es la gallá”.

*Hasta el cierre de esta edición, intentamos hablar con Alejandro Guillier, Juan Carlos Soto y la funcionaria que denuncia a este último, pero no fue posible obtener sus testimonios.

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