Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Nacional

25 de Octubre de 2016

La columna donde Axel Kaiser despedaza sin asco a Bachelet, la NM, y los “próceres de la igualdad”

"Lo ocurrido en las municipales, entonces, no es solo el derrumbe de Bachelet y del gobierno irresponsable que ha conducido, sino de una ideología probadamente fracasada que intoxicó a todo un sector político e intelectual del país a través de consignas y eslóganes irreflexivos. Nada de esto, por cierto, significa que el virus populista ha sido extirpado y que nos salvamos de lo peor".

Por

Axel Kaiser 01

Hasta que apareció. Dos días demoró el abogado Axel Kaiser en salir, con el lápiz afilado, a despedazar a Bachelet y la Nueva Mayoría tras los resultados de la elección municipal del último domingo.

“El derrumbe del “otro modelo”” se titula la columna que escribe en El Mercurio, texto en que no deja títere con cabeza, como reza el proverbio.

“Hace apenas tres años, un grupo selecto de intelectuales de izquierda, entusiasmados con la ya entonces clara victoria por venir de Michelle Bachelet en las presidenciales, proclamaba en un famoso libro, presentado por la mismísima Bachelet, que el modelo de desarrollo de Chile, falazmente llamado “neoliberal”, estaba agotado. Celebraban que se había asentado una “nueva hegemonía”, es decir, un nuevo conjunto de ideas y creencias que exigían un profundo cambio al sistema económico e institucional imperante por décadas para abandonar lo que denunciaban como una inmoral mercantilización de ámbitos sensibles de la vida de las personas”, parte diciendo Kaiser, a modo de introducción.

Luego, profundiza que “lo que debía hacerse, dijeron, era un verdadero “régimen de lo público” en que el Estado, es decir, políticos y burócratas, con su moralidad y conocimientos superiores a los del mercado, o sea a la de los individuos actuando libremente, asumiría el rol central en el progreso ético y social del país. Se trataba, en términos simples, de reinstaurar en Chile un añejo modelo socialista en que el Estado recuperaba espacios centrales para la vida de las personas, de modo de igualarlas en todo aquello considerado un “derecho social””.

“Pues bien, a dos años y fracción de aplicación de esa “visión normativa” igualitarista, el “otro modelo” fundado en ella no solo ha fracasado colosalmente en sus resultados prácticos, sino en su credibilidad popular. Lo primero, todos los que no nos dejamos llevar por el ideologismo populista del momento lo advertimos desde un principio. El socialismo es la filosofía del fracaso y siempre lo será, y, por tanto, era evidente que el gobierno de Bachelet fracasaría. Incluso, antes de la elección de Bachelet algunos advertimos en medios nacionales y extranjeros que su programa, si podía llamársele así, iba a poner a Chile en un camino ruinoso y de alto costo en términos de prestigio internacional. También anticipamos que en algún momento la gente se daría cuenta de que la izquierda no tiene superioridad moral alguna sobre el resto y de que su sistema era el responsable del deterioro de la calidad de vida por venir”, argumenta.

Agrega que “lo que no pudimos imaginarnos es que la hipocresía de muchos próceres de la igualdad, que se llenaban los bolsillos mientras alegaban contra el mercado y eran financiados ni más ni menos que por empresarios, entre los que se encontraba el yerno de Pinochet, llegaría a niveles tan delirantes. Tampoco pensamos que la ineptitud, corrupción e incapacidad de ejecutar sus malas ideas llegaría al punto circense al que llegó, ni que su ideologismo mostrara ser tan agresivo e impermeable al diálogo racional. La combinación de prepotencia ideológica, hipocresía, incapacidad, corrupción y malos resultados llevó, por ahora, a que la mayor parte de la ciudadanía no quiera ser más gobernada por la izquierda”.

Para Kaier, “no hay que equivocarse: esto no es esencialmente mérito de la derecha, la que hizo mucho menos de lo esperado para capitalizar el desastre del actual gobierno. Este es fundamentalmente un castigo para quienes se erigieron en profetas indiscutibles de un nuevo Chile, que intentaron imponer de espaldas a la ciudadanía”.

Según sostiene, “lo ocurrido en las municipales, entonces, no es solo el derrumbe de Bachelet y del gobierno irresponsable que ha conducido, sino de una ideología probadamente fracasada que intoxicó a todo un sector político e intelectual del país a través de consignas y eslóganes irreflexivos. Nada de esto, por cierto, significa que el virus populista ha sido extirpado y que nos salvamos de lo peor. Sin duda, ciertos grupos radicalizarán aun más su propuesta y líderes carismáticos aparecerán con opciones serias de concretarlas”.

 

Notas relacionadas