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Mundo

18 de Noviembre de 2016

El desgarrador testimonio del exfutbolista inglés que era abusado por su entrenador

“Yo quería desesperadamente ser futbolista. Es todo lo que viví. Sin embargo, había tanta ira y el dolor dentro de mí que en realidad el fútbol, ​​este juego que me gustaba, se llevó mi vida de niño. Se sentía como si estuviera en dos mundos”, cuenta.

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Fútbol 01

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“A los 11 años mi entrenador abusaba de mí, me arruinó la vida”.

Así fue parte de la confesión que hizo en entrevista con The Guardian el exjugador inglés, Andy Woodward, quien contó detalles de las vejaciones que sufrió siendo sólo un niño.

Woodward fue abusado por el formador de juveniles Barry Bennell, hombre que en 1998 fue condenado a nueve años de presidio por 23 casos de abusos a menores entre nueve y 15 años.

La desgraciada historia parte a fines de la década del ’90 en la English Football League (antigua liga inglesa antes de ser la Premier League), cuando al niño se le ofreció jugar por la escuela del Manchester City.

“Yo solo quería jugar al fútbol”, dice Woodward.

Los abusos tenían lugar en la casa del entrenador, donde el adulto manipulaba al menor a través de la violencia física y sicológica.

“Él tenía completo poder sobre mí en esa etapa. Era como un doble golpe y él trataría de abusar de mí a veces incluso con mi hermana en la misma casa. Más tarde, cuando su relación se hizo pública, vendría a la cena del domingo todos los fines de semana, sentado con mi madre y mi papá y mi familia, riendo y bromeando. Estaba tan asustado de él que tuve que sufrir en silencio”, cuenta al recordar que su abusador se emparejó con su hermana.

La niña, al cumplir la mayoría de edad, se casó con el hombre en cuestión. “Tuve que asistir a esa boda cuando en realidad yo quería desgarrar su garganta”.

“Yo quería desesperadamente ser futbolista. Es todo lo que viví. Sin embargo, había tanta ira y el dolor dentro de mí que en realidad el fútbol, ​​este juego que me gustaba, se llevó mi vida de niño. Se sentía como si estuviera en dos mundos”, lamenta.

A los 29 años, abatido por la gran carga, decidió abandonar el fútbol. “Sólo ahora, a la edad de 43 años, siento que realmente puedo vivir sin ese secreto y esa carga enorme y horrible”, sostiene.

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