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21 de Noviembre de 2016

Crónica: El biógrafo real, un chileno dentro de la monarquía de Camboya

En un país en el que la realeza lleva el mismo antetítulo que los dioses ("preah"), la relación de Jeldres con el rey Sihanouk surgió de la forma más casual, cuando el chileno, movido por la curiosidad, escribió una carta en 1967 a la misión permanente de Camboya en las Naciones Unidas.

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Julio Jeldres A1

El chileno Julio Jeldres, biógrafo oficial del carismático y controvertido rey Norodom Sihanouk de Camboya, conoce de cerca las intimidades y dificultades de una dinastía que asegura puede estar viviendo “su último reinado”.

En un país en el que la realeza lleva el mismo antetítulo que los dioses (“preah”), la relación de Jeldres con el rey Sihanouk surgió de la forma más casual, cuando el chileno, movido por la curiosidad, escribió una carta en 1967 a la misión permanente de Camboya en las Naciones Unidas.

“No me contestaron hasta cuatro meses después, cuando recibí una carta del rey que decía que estaba muy contento de que un chileno se interesara por su país y que me iba a enviar información”, dice a Efe el académico, entonces un adolescente que vivía en Santiago.

“A las pocas semanas llegó una biblioteca completa sobre Camboya, y así surgió nuestra amistad”, añade con una carcajada.

La correspondencia entre el Jeldres y el rey, fallecido en 2012, continuó, sin que se llegasen a conocer en persona, durante un tiempo y solo fue interrumpida durante los tres años y medio que duró el régimen genocida del Jemer Rojo (1975-1979).

Catorce años después de la primera misiva, el chileno fue invitado por el monarca a la inaccesible Pyongyang de Kim Il-sung, donde residía en el exilio, y al poco tiempo integró el gabinete real.

En aquellos años, China y Corea del Norte eran los principales aliados de Sihanouk, desde que el general Lon Nol terminase con su política exterior neutral y le forzase a abdicar en un golpe de Estado en 1970, que Estados Unidos apoyó.

Presionado por Pekín y motivado por su ambición de recuperar la Jefatura del Estado, el rey Sihanouk se alió con la guerrilla comunista de los jemeres rojos, impulsando un movimiento que había reprimido con violencia durante su reinado.

“La mayoría (de las críticas) que se le hacen al rey, que había sido comunista y que había tomado parte junto a los comunistas durante la guerra fría, yo creo que no son válidas, lo que el rey estaba intentando era mantener la independencia y la integridad territorial de Camboya”, argumenta Jeldres.

Con el Jemer Rojo en el poder, el rey Sihanouk tardó un año en dimitir como jefe de Estado, ante el horror de un régimen que provocó la muerte de cerca de un cuarto de la población (1,7 millones de personas), incluidos varios de sus hijos y familiares, en busca de una utopía agraria comunista.

Tras la caída del Jemer Rojo en 1979 a manos de Vietnam, vendría el Gobierno socialista elegido a dedo por Hanoi y finalmente la transición democrática supervisada por las Naciones Unidas (UNTAC) en 1993, que instauró una monarquía constitucional.

Todo ese tiempo el poder ha seguido en manos de los líderes del Ejecutivo que Vietnam eligió a dedo en 1979, entre ellos el primer ministro Hun Sen, comandante desertor del Jemer Rojo que lleva al frente del Gobierno desde hace más de treinta años.

Según el autor del libro “Hun Sen’s Cambodia”, Sebastian Strangio, la influencia del rey Sihanouk se redujo desde 1997, cuando Hun Sen destituyó al entonces co-primer ministro, el príncipe Ranariddth, con el que compartía la jefatura de Gobierno desde 1993.

“Había informaciones de que Hun Sen iba a terminar con la monarquía”, recuerda Jeldres.

Sin embargo, la monarquía continuó bajo un papel simbólico, y según el académico ha seguido perdiendo relevancia durante los últimos años, tras la abdicación del rey Sihanouk en 2004 y su fallecimiento en 2012.

“El rey (Norodom Sihamoni) es diferente porque nunca quiso ser rey, no estaba preparado para ser rey”, indica el chileno sobre el el actual monarca que antes de asumir el trono fue embajador cultural de Camboya e instructor de danza clásica en París durante más de veinte años.

“Yo pienso que si le pasara algo a la reina, el rey quizás va a dejar su cargo y retirarse a Francia, y después de eso dudo mucho de que haya alguien que asuma el papel”, opina Jeldres.

El rey Sihamoni no tiene hijos, pero el proceso de sucesión de la corona se rige por el Real Consejo del Trono, compuesto por el primer ministro y líderes del Senado, el Parlamento y ordenes budistas, que eligen al heredero entre miembros de la familia real.

El legado del rey Sihanouk, adorado por la mayoría del pueblo camboyano y discutido por su turbulenta vida política, ha sido documentado en parte gracias al trabajo del chileno, que aún no ha publicado la biografía por respeto a la reina madre Norodom Monineath.

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