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Nacional

24 de Noviembre de 2016

El costoso remate de Fra Fra Errázuriz

Hasta el jueves de la semana pasada, Francisco Javier Errázuriz estaba más fondeado que Rafael Garay en Rumania. Su imprevista salida a una subasta, acompañado de su esposa, la “Toyita”, despertó las suspicacias respecto a su real estado de salud luego de ser sobreseído temporalmente por tráfico y trata de personas, tras ser declarado incapaz de enfrentar un juicio por enajenación mental. La Fiscalía de Rancagua tomó cartas en el asunto y solicitó una audiencia al Juzgado de Garantía de Pichilemu con el objeto de evaluar nuevamente la salud del imputado. El tribunal acaba de acoger la solicitud y estableció la fecha para la audiencia: el 10 de enero del próximo año. El sorpresivo paseo de Fra Fra podría, eventualmente, transformarse en la más costosa subasta a la que ha asistido.

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Fue el día anterior a la subasta en la casa del fallecido ministro de Agricultura del gobierno de Patricio Aylwin, Juan Agustín Figueroa, en una antigua casona ubicada en Pedro de Valdivia Norte, entre Padre Letelier y La Marquesa: Francisco Javier Errázuriz ingresó caminando lento, con un vistozo cabestrillo en su brazo izquierdo, apoyando su otra extremidad en su esposa, María Victoria Ovalle, la “Toyita”.

Noticias de Fra Fra no se tenían desde hace bastante tiempo, de ahí que la irrupción en víspera del exclusivo remate de obras de arte, libros y muebles, generara el “cuchicheo” inmediato de los presentes y el acertado interés del fotógrafo de un vespertino que lo retrató junto a su esposa.

El hombre que tres años atrás había sido sobreseído temporalmente por tráfico y trata de personas, luego de la internación ilegal de más de un centenar de ciudadanos paraguayos que llegaron engañados al país para trabajar en un fundo de su propiedad en Rancagua, se paseó por el remate hasta detenerse por varios minutos en un cuadro impresionista de parajes bucólicos de comienzos del siglo XX.

Nadie podía entender que el empresario que observaa con detención la obra “Las Melipillanas”del pintor Juan Francisco González, avaluado en tres millones de pesos, era el mismo personaje que el día de su formalización sufrió una inesperada descompensación camino al aeropuerto y que luego sería declarado incapaz de enfrentar un juico por enajenación mental tras un infarto cerebral. Cuestión que generó dudas no sólo en la defensa de los temporeros, sino en todos quienes estaban al tanto de la biografía del excandidato presidencial, acusado en otros juicios por usurpacion de aguas, retención de sueldo de sus trabajadores después de una huelga, venta de carne molida en mal estado y uso de información privilegiada en el retail, entre otros casos.

Errázuriz incluso, al ser consultado sobre su estado de salud durante el evento, habría respondido que el uso del cabestrillo respondía a una caída, según consignó La Segunda. Una afirmación que contrasta con una serie de peritajes elaborados por el Servicio Médico Legal donde se establece que el imputado presentaba desorientación de tiempo y espacio, afasia expresiva o incapacidad de denominar objetos e imposibilidad de entablar un diálogo lógico. Antecedentes que determinaron que algunos peritos forenses, como el doctor Ricardo Duarte, concluyera en su informe de abril del año 2012 que el afectado estaba evolucionando de un daño cognitivo y cerebral cuyo tiempo de “evolución es superior a 285 días, con igual tiempo de incapacidad, y que posiblemente dejarán secuelas neurológicas irreversibles”.

Esta vulgar visita a un remate podría, eventualmente, transformarse en la más costosa subasta a la que ha asistido Fra Fra. La fiscalía de Rancagua, al enterarse de los paseos del ex líder de la Unión de Centro-Centro, decidió solicitar al Juzgado de Garantía de Pichilemu una audiencia para “determinar la situación del imputado Francisco Javier Errázuriz Talavera”.

-Las pericias neurológicas y siquiátricas, que se practicaron el año 2012 y el 2013, determinaron que había que evaluar la evolución del derrame cerebral en un lapso de dos a cinco años . Nosotros siempre estuvimos atentos para ver si aparecía en algo. Ahora que se presentó en este remate, nos hace pensar que estamos en la época adecuada para renovar las pruebas del Servicio Médico Legal, para ver si se sigue con el sobreseimiento temporal o si está en condiciones de enfrentar un juicio- explica el Fiscal Sergio Moya.

El tribunal acaba de acoger la solicitud y estableció la fecha para la audiencia: el 10 de enero del próximo año. Si se logra revertir el sobresimiento temporal y acreditar en el juicio los delitos de trata de personas y tráfico ilícito de migrantes, Francisco Javier Errázuriz arriesgaría hasta 20 años de cárcel.

HISTRIONISMO

Para el abogado del empresario, Mauricio Daza, no existe nada de cuestionable en la salida de Fra Fra. “El puede ir a un remate, un mall o a un café, porque tiene movilidad, pero eso no significa que pueda comprender y argumentar con la complejidad que se requiere”, manifestó en los medios.

El fiscal Sergio Moya, en tanto, explica que una de las maneras de comprobar si efectivamente el empresario está con sus facultades intactas es revisar si realizó algún acto jurídico o comercial durante todo este periodo. “Para esto debemos hacer una revisión de todas las fuentes abiertas, como el Conservador de Bienes Raíces, la Superintendencia y otras plataformas. Si efectivamente realizó acciones que requieren plena voluntad, según nuestra posición, estaría en condiciones de enfrentar un juicio”, aclara.

Las presunciones sobre el estado mental del exsenador, sin embargo, no son tan recientes como se presume. Su ex abogado por 16 años, Gonzalo Baeza, asegura que en todos los litigios en que se enfrentó con Errázuriz por deudas de honorarios, éste hizo gala de un histrionismo a toda prueba.

-Francisco Javier es un personaje cautivante, súper simpático y tiene un atractivo personal indiscutible. Es muy inteligente, aunque a veces se sobrestima. Tiene una gran capacidad histriónica y puede convencer a cualquiera sobre lo que él plantea- describe Baeza.

A tal punto llevó sus excesos, asegura su exabogado, que entabló un juicio de interdicción en su contra, a fines de los noventa, debido a que cada vez que era citado a declarar manifestaba no tener una conciencia clara de lo que había hecho: “Un niño sabe lo que está bien o está mal, pero él daba a entender que no sabía distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre la verdad o la mentira. Por eso pedimos la interdicción. El siquiatra fue a entrevistarlo a su oficina y la conclusión del informe era que no estaba demente, o sea, que podía discriminar entre el bien y el mal sin ningún inconveniente”.

Baeza asegura que cuando se enteró que Errázuriz se había caído, le comentaron que se estaba alimentando por suero y que no podía valerse por sí mismo. “Por eso no puedo estar más sorprendido que este señor haya querido participar en un remate, porque en esas supuestas condiciones sería incapaz de hacer posturas. Le está tomando el pelo a todo el mundo”, concluye.

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