Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

28 de Noviembre de 2016

El último viaje de Castro conmemora el trayecto que lo convirtió en líder

Las cenizas de Fidel Castro serán transportadas en una caravana que saldrá de La Habana el miércoles y durante cuatro días recorrerá el histórico trayecto que en 1959 emprendió con sus compañeros revolucionarios tras la deposición de Fulgencio Batista para hacerse con el poder en Cuba.

EFE / The Clinic Online
EFE / The Clinic Online
Por

Fidel Castro EFE

Fidel Castro emprenderá el 30 de noviembre su último viaje, de La Habana a Santiago de Cuba, el recorrido inverso al que en 1959 le transformó de un barbudo revolucionario desconocido a una de las figuras más transcendentales del siglo XX.

Las cenizas de Castro, que murió el 25 de noviembre a los 90 años, serán transportadas en una caravana que saldrá de La Habana el miércoles y durante cuatro días recorrerá el histórico trayecto que en 1959 emprendió con sus compañeros revolucionarios tras la deposición de Fulgencio Batista para hacerse con el poder en Cuba.

Las cenizas de Castro serán finalmente depositada el domingo 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago, donde también se encuentran los restos de José Martí.

En una época sin internet, Twitter o medios de comunicación sociales, el viaje de los “barbudos” de Castro por la columna vertebral de Cuba en 1959 sirvió para difundir su mensaje, afianzar su revolución así como la imagen del futuro líder entre la población de toda la isla.

Pero la llamada “Caravana de la Libertad”, como se conoce, también sirvió para catapultar su imagen internacional: además de los rebeldes, en la caravana viajaron numerosos periodistas, entre ellos el corresponsal de The New York Times, Herbert Matthews, quien narró el recorrido triunfal al público estadounidense.

Cuando Fidel Castro llegó a La Habana el 8 de enero, los rebeldes fueron recibidos por centenares de periodistas y fotógrafos de todo el mundo que inmortalizaron el triunfo de la revolución castrista.

Castro salió de Santiago de Cuba el 2 de enero de 1959 encabezando unos 1.000 guerrilleros que viajaban en tanques, camiones y otros vehículos, y tardó siete días en recorrer más de 1.000 kilómetros que separan la ciudad de la capital cubana en lo que se llamó la “Caravana de la Libertad”.

Durante el recorrido de la caravana, Castro y sus acompañantes pararon en las principales ciudades en el camino, localidades como Camagüey, Santa Clara, Sancti Spiritus o Matanzas, donde Castro fue recibido por sus habitantes en lo que él mismo posteriormente calificó como “un baño de multitudes, un baño de pueblo”.

En las cercanías de Bayamo, por primera vez en su recorrido, la caravana se encontró con una guarnición de soldados leales al Gobierno provisional impuesto por el general Eulogio Cantillo.

Y allí, Castro se dirigió a los soldados y tras hablar con ellos, les convenció de que depusieran las armas sin disparar un solo tiro.

El 3 de enero, la “Caravana de la Libertad” llegó a Holguín y un día después, los rebeldes con Castro al frente estaban en Camagüey.

En la plaza de la Caridad de la localidad, y ante miles de camagüeyanos, Fidel pronunció otro discurso, en lo que se convirtió en la característica del trayecto: durante el día, la columna de rebeldes viajaba, y al atardecer, Castro se dirigía a los habitantes de la población en la que descansaba.

“Se siente uno intimidado cuando se tiene que parar delante de una muchedumbre tan gigantesca como la de esta noche”, empezó declarando Castro en Camagüey.

El 5 de enero, los rebeldes pasaron por Florida, Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, localidad en la que por la noche, como ya era tradicional, Castro pronunció otro de sus discursos.

Castro siguió camino hacia La Habana, donde ya se encontraban Che Guevara y Camilo Cienfuegos al frente de sus columnas de rebeldes: Guayos, Cabiaguán, Santa Clara, donde el líder rebelde pronuncia otro discurso, y la ciudad de Cienfuegos.

En la noche del 7 de enero, la “Caravana de la Libertad” llega a Matanzas, en las cercanías de La Habana.

Y, finalmente tras una parada en Cárdenas, el 8 de enero, emprende el último tramo del trayecto: a la comitiva se unen primero su hijo Fidelito, quien es subido al tanque de Castro, y posteriormente Camilo Cienfuegos.

Con los habaneros en las calles, la caravana recorrió los principales puntos de la capital cubana, reforzando la imagen de Castro entre la población de la ciudad.

Castro terminó la jornada a su estilo: con otro discurso ante miles de habaneros y centenares de periodistas.

A mitad de su discurso, Castro se dirigió a Cienfuegos y pronunció una frase que ya ha pasado a la historia: “¿Voy bien, Camilo?”, le espetó Fidel al líder rebelde entre los gritos de la multitud de “¡Viva Camilo!”.

El recorrido de las cenizas de Castro a Santiago bien pudiera terminar con las palabras que el exmandatario cubano pronunció el 1 de enero de 1959 en el Parqué Céspedes de la ciudad pocas horas antes de iniciar la “Caravana de la Libertad”.

“Al fin hemos llegado a Santiago. Duro y largo ha sido el camino, pero hemos llegado”, dijo.

Notas relacionadas