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Poder

6 de Diciembre de 2016

Abbott y el vacío de poder en la Fiscalía Nacional: El mal de la Reina Isabel

Lo que partió entre los fiscales regionales como una crítica a una política específica -la del perfil de los profesionales a contratar para las Unidades Regionales de Atención a Víctimas y Testigos-, terminó en un cuestionamiento generalizado a la forma en que ejerce el mando Abbott, a quien se le atribuye ser una especie de “Reina Isabel”: una figura sin poder real, que está en el Ministerio Público para cumplir con los actos republicanos asociados al puesto. Fiscales aseguran que no se sienten respaldados por Abbott y que éste, en vez de defenderlos, avala las críticas en su contra.

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abbott
“Es tal el desastre en la Fiscalía Nacional que en los últimos días incluso han estado de acuerdo en temas clave Pablo Gomez y Emiliano Arias, así de impresionante”, cuenta un fiscal regional al relatar la rebelión que se vive en la institución en contra de su máxima autoridad, Jorge Abbott.

Lo que partió como una crítica a una política específica -la del perfil de los profesionales a contratar para las Unidades Regionales de Atención a Víctimas y Testigos-, terminó en un cuestionamiento generalizado a la forma en que ejerce el mando Abbott, a quien se le atribuye ser una especie de “Reina Isabel”: una figura sin poder real, que está en el Ministerio Público para cumplir con los actos republicanos asociados al puesto.

En contraste, la Directora Ejecutiva Nacional Francisca Werth, sería una especie de Ángela Merkel. A ella le reconocen capacidad e inteligencia, pero aseguran que tiene una gran debilidad: es una “afuerina” que desconoce cómo opera la Fiscalía “en el mundo real”.

Desde el entorno de Abbott sostienen que los resquemores forman parte del resentimiento que existen entre los “amigos” del ex mandamás Sabas Chahuán por la decisión de profesionalizar el organismo.

EL PLAN ABBOTT

El 4 de octubre, en el hotel Diego de Aleida de Copiapó se realizó el cuarto consejo de fiscales regionales. El foco de tensión era el sumario que instruyó Abbott contra Arias por una entrevista concedida por éste al diario La Tercera y que provocó una dura confrontación entre ambos.

Entre otras cosas, en la cita se profundizó en el avance del análisis de las unidades criminales foco y en el plan estratégico de la institución para la administración Abbott que se proyecta hasta el año 2022.

Este programa fue elaborado por la consultora Clio Dinámica y, aseguran fiscales que estuvieron presentes en la instancia, fue tal la distancia de lo propuesto con la visión de los persecutores, que se acordó realizar una nueva reunión para profundizar en las críticas.

Ésta se realizó el 24 y 25 de noviembre en el Hotel Best Western y lo dirigió Werth. El 25, Abbott interrumpió sus actividades para intervenir en el evento y hablar sobre la política de persecución.

“Estuvieron en contra de lo planteado desde Marta Herrera hasta Manuel Guerra”, relata uno de los asistentes.

Días después, llegó un mail desde el nivel central donde se definía el perfil de los profesionales para las Unidades Regionales de Atención a Víctimas y Testigos. Y se originó otro foco de conflicto.

UN PROBLEMA TÉCNICO

Raúl Guzmán, jefe de la zona sur, envió un correo electrónico pidiendo que se revisaran los criterios a aplicar. La primera respuesta fue que la decisión ya estaba tomada. Posteriormente, la suma de reclamos por parte de los fiscales regionales provocó que se revirtiera la decisión y el tema quedara pendiente de discusión en el plenario del 15 de diciembre.

Iván Fuenzalida, director ejecutivo del Área Sur aclara que el mail de su repartición fue muy puntual: “Nosotros compartimos el eje estratégico de la Fiscalía y sólo planteamos que respecto de los profesionales destinados a unidades de víctimas a testigos se pudiera destinar al menos uno de los profesionales a atención de usuarios, nada más”.

Sin embargo, este caso abrió otras conversaciones privadas entre los fiscales focalizadas en el “estilo Abbott”.

“Abbott es como la reina Isabel. Tiene un sentido republicano del cargo, le gusta, pero no ejerce el poder, no manda, porque además es poco claro en sus instrucciones. Su principal problema es la lealtad. Con Sabas Chahuán uno sabía que, más allá de las diferencias, estabas respaldado. Acá cualquiera realiza una crítica y Abbott la avala. Dejó caer a su jefe de comunicaciones, sumarió a Pablo Gomez, uno de sus más cercanos. Ese es el parámetro con el que actúa. Es impresentable que, por ahorrarse problemas, no diga nada sobre la sistemática negación de información del Servicio de Impuestos Internos cuando es requerido”, recalca un fiscal consultado por The Clinic Online.

Otro agrega que “el mando en los hechos lo tomó Francisca Werth y, aunque tiene un trato cordial con los fiscales y es inteligente, no conoce la pega real, no tiene legitimidad”.

Una tercera fuente consultada agrega que “ambigüedades como eso de investigar hasta el final pero con prudencia y rápido lo distancia de quienes están haciendo el trabajo real. Qué certeza pueden tener, por ejemplo, quienes forman parte de Alta Complejidad sobre si su trabajo será apoyado cuando corresponda. Sabas, con todos sus peros y sus negociaciones, pagó un costo personal por apoyar el trabajo sobre las platas políticas, por eso hoy no tiene ningún cargo, que habría sido lo más cómodo”.

Fuentes de la Fiscalía Nacional, en tanto, plantean que efectivamente hay un cambio de estilo de la conducción y que Abbott es un dirigente al que le gusta el diálogo y que escucha distintas posiciones antes de zanjar, “pero sí corta, lo que pasa es que a muchos no les gusta lo que él decide, porque no promueve cierto amiguismo que existía como cultura en la institución”.

“Él es sumamente recto, hay cosas que no permite y eso genera una corriente que lo critica y que quiere instalar la sensación de que él no tiene poder. Eso es falso, es malintencionado”, plantean.

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