Abuso sexual y tortura: La denuncia que hicieron 20 alumnos de Carabineros contra un Teniente

Paolo Lastra es uno de los primeros exestudiantes de la Escuela de Carabineros que manifestó las agresiones vividas por su superior. Según cuenta, el Teniente Aldo Valenzuela Perroni lo castigó con la transcripción de dos copias del artículo 19 y mientras sus compañeros se alistaban para formar, Valenzuela habría aprovechado la oportunidad para llevarlo a una pieza. Ahí lo agarró por el cuello y comenzó a golpearlo para después tocarle los genitales. Esa fue la primera vez.

Mientras Valenzuela le metía las manos al pantalón, Lastra cuenta que el Sargento Juan Amengual lo vio y no dijo nada. “Él me dijo que nadie me iba a creer, que prefería hacerse a un costado”, agregó.

Otro de los exestudiantes se acercó al Teniente para pedirle permiso especial. “Yo quería salir a ver a mi hija, me preguntó ¿Qué me vas a dar a cambio?”, cuenta Sergio Catalán, quien más tarde renunció a la escuela a pesar de tener calificaciones sobresalientes.

“Asco y pena me da conmigo mismo, dentro de todo me siento culpable, porque yo estaba obligado a hacerlo”, dijo, agregando que en una ocasión el instructor le pegó, lo tiró al suelo y se bajó los pantalones. “Yo me acuerdo que intentó violarme y yo quería salir arrancando pero no podía porque él estaba en la puerta y me golpeaba. Ahí él me tiró al suelo y de rodillas, me obligó a que le practicara sexo oral”.

Un exalumno narró que en una oportunidad presenció que Valenzuela “sale del baño sin pantalones y con un bolso deportivo. Fue así que de un jalón brusco, utilizando la fuerza y superioridad física, lo volteó de cara a la pared. Pese a la oposición y obstrucción del aprendiz policial, por la superioridad física y fuerza de Valenzuela, logró bajarle el pantalón al alumno, mientras con su mano derecha lo tenía reducido por el cuello”.  El carabinero fue violado y el peritaje del SML dice que hay señales de abuso concordantes con el relato.

Lastra comentó que en un principio pensaba que era el único y le daba vergüenza hablar con sus compañeros, hasta que el silencio se hizo insostenible y descubrieron que eran otros 20 viviendo los mismos abusos.

Según cuenta el exestudiante, Valenzuela aparecía con hamburguesas y comida rápida para “regalonear” a algunos de sus alumnos.

El Sargento Juan Carlos Puebla, acusado por mantener silencio cómplice, le habría dicho al joven que se lo merecía. “Te lo merecí por perro”, le dijo en las duchas, mientras el teniente Valenzuela se reía y le miraba los genitales.

Cuando las denuncias se hicieron conocidas, los Capitanes Marcos Garcés y Cristián Matus, habrían pedido computadores y celulares en los que existían conversaciones de índole sexual, para producir un sumario con la evidencia, sin embargo, habrían borrado el registro.

Un mes después de las denuncias, la institución habría sacado al abusador de sus funciones, pero el Teniente siguió asistiendo a la escuela durante 8 meses, tiempo en los que seguía percibiendo un sueldo.

El acusado – que negó los actos- habría estado amedrentando a sus víctimas constantemente, amenazándolos y burlándose de ellos. “Lo he visto merodeando mi casa”, cuenta uno de los querellantes.

Lastra cuenta que desde que denunció al Teniente le llegaron sanciones absurdas al interior de la escuela. Incluso después de irse de la institución, fue detenido y acusado de apuntar con un arma a Carabineros de Peñaflor. “En la calle me gritan cosas (…) Me dicen el violado”, agrega.

Ninguno de los jóvenes habría recibido tratamiento sicológico por parte de la institución.