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Opinión

13 de Diciembre de 2016

Paloma Salas, comediante: “Las feministas somos una especie de Frankestein ideológico terrible”

Paloma Salas (31) es de las comediantes más políticamente incorrectas de nuestro país. No tiene filtro ni límites. En sus stand up puede hacer chistes sobre el incesto o las violaciones. Todo es cancha para ella. En este año, en que el humor hecho por mujeres se tomó las pantallas, conversamos con la exconductora de Campo Minado (Vía X) sobre el feminismo estilo Beyoncé, su defensa a ser una gorda con ala peluda, y de lo “charcha” que es el stand up por dentro.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
Por

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¿Cómo ha sido este año para ti?
-Ahora estoy relajada, pero fue un año de ene pega. En un momento estaba yendo a la Rock and Pop en las mañanas, a Campo Minado en las tardes, en las noches piloteando pa hueás en el 13 y haciendo stand up. Hasta que llegó agosto y nos echaron de Campo Minado. Ahora estoy completamente cesante.

¿Te consideraron para el programa de CHV, Minas al Poder?
-No, no creo. Yo creo que tengo el pico demasiado grande pa haber estado en Minas al Poder, ja, ja, ja. Pero es muy raro, lo que considero como comedia simplemente, para la tele es stand up femenino.

No te gusta el concepto de comedia femenina.
-Es una huevá. Imagínate lo ofensivo que sería y la cagá que quedaría si la Clínica de Las Condes se separara en doctores hombres y doctores mujeres. “¿A cuál preferís ir?” Es súper políticamente incorrecto esto, pero me considero igual de buena o mala que los hueones. Para mí tiene que ver con cuánta pega has hecho, cuánto tiempo llevai haciéndolo, cuánto talento tenís.

¿El humor no debería tener género?
-O sea, tiene género. Seguramente voy a hablar de hueás que quizá más mujeres, gays y lesbianas se sentirán identificadas que hueones que ven fútbol y juegan PlayStation. Porque, obviamente, mi vida es más parecida a la de esa otra gente. Pero también conozco hueones pasados a bolas que les gusta lo que yo hago y a mujeres que les cargo. Igual es fome que todos piensen igual que tú.

Algo pasó con Minas al Poder que no prendió, ni siquiera entre las mujeres. ¿Lo veías?
-Nunca lo vi entero. Soy mala para los horarios de la tele. Pero el stand up en la tele no creo que se vea bien. Lo encuentro malo, en general. El Club de la Comedia nunca me gustó. Y eso que son comediantes amigos míos que encuentro la zorra. Bueno, no todos. Y me pasa que encuentro fome el stand up grabado. La gente ve Comedy Central y los especiales de HBO y dice: ¿por qué no lo podemos hacer acá? Y, puta, Chris Rock se demoró cinco años en sacar ese especial. No es llegar y poner una cámara, o subir y bajar el volumen de la risas. Aquí está todo siempre cortado y editado. Lo encuentro horrible. Eso por un lado.

¿Y por otro?
-Minas al Poder se vendió como una hueá súper rebelión y feminista. Y no era así. Cuando vi los primeros cinco minutos del programa casi me voy de espaldas cuando vi a la Alison subirse al escenario y decir: “En Minas al Poder creemos que la mujer tiene derechos sobre su cuerpo”. Yo, conchesumadre, no daba ni un peso por esta hueá e iban a hablar de aborto como altiro, pero después la hueona sale con que “tiene derecho a reír, tiene derecho a llorar, tiene derecho a amamantar en público”. Y fue ¿me estai hueveando? Me estai metiendo la puntita nomás. Se sobrevendieron como un agente de cambio que no era.

Las rutinas eran fomes.
-No podría decirte que lo encuentro fome o chistoso. El humor es más subjetivo que la chucha. A todo el mundo le dicen que es fome.

¿Te lo dicen mucho?
-Obvio, que me lo han dicho. Yo encuentro pa cagarse de la risa a Felo y a otra gente le parece asqueroso. Después ves lo que pasó con la Nata, que fue increíble, nunca había sentido tanto orgullo viendo esa mierda de Festival de Viña. Pero igual el rating más alto lo tuvieron otros, “los saco hueas del humor”.

A veces el humor hecho por mujeres, que se ve en la tele, termina siendo bien básico: ay, riámonos de los hombres que no bajan la tapa del wáter.
-También lo he hecho, no puedo juzgarlo. Lo que no comparto es que no se mojen el poto, o la lógica media happy hour que no me convoca pa ná. Me interesa algo más jugado.

¿Para dónde debería ir el humor hecho por mujeres?
-Para mí el stand up -es súper pasado a caca lo que diré- es una forma de arte. El que lo hace tiene que tener un punto de vista, una subjetividad, que trate de mostrar el mundo….Te lo digo yo, que debo ser la standapera chilena que peor le va en regiones.

¿Por qué?
-No puedo ser más cuica y mis subjetividades son para esta cantidad de gente. O sea, cero. Aún así trato de hacer honesta mi huevá. Y de no ser transversal solo para ganar más plata o ser popular. Creo que hay que darse tiempo pa encontrar la propia voz y ser auténtica. No seguir con eso de “los hombres que no bajan la tapa del wáter”. El feminismo no es pelear por la tapa del wáter, compadre. De hecho, si hay alguna hueá en el mundo que no está diseñada para los hombres, creo, es el wáter. Me gustaría que las mujeres fueran más conscientes de lo que hablan y no buscaran solo risas.

¿De qué se ríen las mujeres?
-De identificarse. Es tan fácil como eso. Por eso hubo este boom de humor de happy hour. Algunos dicen “el humor femenino solamente habla de menstruación y hombres”. Y, puta, en una primera etapa obvio que va a pasar eso. Nunca en la historia de los medios se había hablado de tampax ni que los hombres son unos hueas. La primera vez que vi la serie Girls había una gorda con peto hablando de que se le manchaban los calzones con menstruación y quedé pa dentro. Nunca había visto una hueona gorda plana con los calzones cerdos. Siempre todo es perfecto, todo es Carolina de Moras. A las minas les importa eso. A veces decís una pura hueá, que está totalmente vetada en los medios, y es como guajajá.

¿Consideras que este año ha sido el año de las mujeres en el humor?
-Yo creo. Me contaron que Minas al Poder se pensó para levantar una mina para Viña, lo que me parece absurdo como meta para quien sea. O sea, encuentro la raja lo que hizo la Nata. Pero por qué tiene que ser una meta. Debe ser porque ganai harta plata, supongo. Es un escenario terrible facho con la tía Coty. A mí, personalmente, no me interesa. Yo encuentro que este fue EL AÑO de las cosas de mujer. Ojalá no pasemos de moda tan luego. Ojalá Beyoncé saque otro disco luego y el feminismo perdure.

FEMINISMO BEYONCÉ

¿Te consideras feminista?
-Cien por ciento. Pero entiendo que todas somos feministas de maneras distintas.

¿Y tú cómo serías?
-Qué lata sentarme a filosofar. Tampoco soy Simone de Beauvoir, no soy la Julia Kristeva, no me pueden exigir un Phd que obviamente no tengo. Y sí, soy crítica de un montón de hueás que para otras sí es feminismo. Seré crítica para siempre de la polera que sacó Ripley del Ni Una Menos, como también de los peluches de la selva salvaje que regala la Shell, cuando lo único que hacen es deforestar y romper ecosistemas. Esas poleras seguramente la hicieron niñitas de Bangladesh que están juntando plata para su dote y poder casarse con un señor de 40 sin nunca haber ido al colegio. Entonces, obvio que hay feminismos que no me gustan.

Feminismo de mercado…
-Se le llama feminismo Beyoncé. Y da pena, porque amo a Beyoncé.

Hay unas feministas que ven imposible que una mujer como Beyoncé pueda ser feminista.
-Obvio. O está la sensación de que no podís ser feminista si no tenís el ala peluda, que yo sí la tengo, pero no se lo puedo exigir al resto.

¿No te la depilas por ser feminista?
-O sea, me empecé a dejar crecer el pelo en el ala, porque mi pololo se relajó, caché que no le importaba, y también me relajé. Él, por ejemplo, encuentra mucho más bonita el ala pelúa que el ala pelá. Y, de hecho, las veces que nos hemos peleado me he depilado el ala como pa que se sienta mal, ¿cachai la estupidez? También fue darme cuenta que te depilai el ala y el 80% del tiempo tenís el ala con los pelos creciendo o con granitos o con pelos encarnados. Al final, el ala pelúa es más bonita que mi ala en transición todo el rato que arde y pica y es un horror. Y también me empezó a pasar que hasta amigas, que quiero mucho, me decían cuando veían mi ala: ¡hueona, qué asco! Y ahí sentí esa carga, me sentí pésimo. Bueno, igual nunca en mi vida, con pelos o sin, he usado polera de tiritas, porque encuentro demasiado gordos mis brazos. O sea, cacha el nivel: estoy dispuesta a tener el ala pelúa, pero me dan plancha los brazos gordos. Al final, las feministas somos una especie de Frankestein ideológico terrible. Desechamos el estereotipo y al mismo tiempo como “por favor, un poco”. Es súper difícil ser cien por ciento consecuente. Es una locura. Pero cuando me di cuenta que habían reacciones tipo qué asco tu ala, fue como chucha, igual parece que es importante. Ahí le encontré la pata más política de tener el ala pelúa. Y me parece súper pasado a caca lo que te estoy diciendo también.

Es como la caricaturización de las feministas.
-Claro, pero es un poco verdad, porque es heavy que te digan que las mujeres no tengan pelos en el ala. Es como cuando ves a un bulldog que le cortaron las orejas, y te dicen: es que la raza es así. Y, claramente, la RAZA NO ES ASÍ. Le cortaste la oreja, le cortaste la cola, te depilaste el ala. Las mujeres sí tienen pelos en el ala. Es como que dijeran que las mujeres no cagan o no se tiran peos. Así de idiotas.

Reivindicas también la fealdad.
-Obvio que sí: la mayoría somos feos. O sea, yo no soy fea, soy despampanante, pero la mayoría del mundo no es la Gisele Bundchen. Y la mayoría encuentran el amor. Muchos encuentran satisfacción laboral, no todos, porque vivimos en un mundo súper de mierda. Pero la felicidad no es solo para la gente linda.

También te ríes de la gordura.
-En un show horroroso, en mis principios. Era terrible, porque mi material más preciado era soy gorda, soy gorda, soy gorda. Iba a regiones y me acuerdo de un show en Concepción, que me estaba yendo como el pico, y yo contando mis chistecitos de que me sentía gorda, y miraba la sala y era la más flaca del lugar. Pero también, puta, es cierto, ni cagando hay una mina que se parezca a mí en ninguna portada de revista… No sé, hay muchas tiendas donde no encuentro pantalones.

Es todo un tema tener que mirarse en los espejos de los probadores.
-Horror. Y la niña del probador te dice cuando vai entrando: ¿necesita otra talla? Y tú como necesito una bolsa y cloro para tomar, pero es heavy. Porque a esa niña del probador también le queda todo como el pico. Si todas nos vemos como el orto. Nadie es como la Pin Montaner, somos todas horribles. Entonces, fin, relajémonos.

Cuando llegaste a la tele, ¿te complicaba el peso?
-Para nada. De hecho, me bajó una hueá atroz, en Campo Minado engordé. Encontraba demasiado bacán que estuviéramos en el mismo horario donde antes estuvieron Don Carter y el Profesor Rossa, haciendo que una niña con mini recogiera un lápiz. O sea, en ese mismo horario, donde antes eran puros hueones pajeros diciendo mijita rica, ahora me llegaban a mí unos mensajes de mijita rica y todas esas cosas atroces. Ese mismo ogro cerdo que ojalá desaparezca de la tierra, que antes veía a una mina recogiendo un lápiz, ahora encontraba rica a una gorda con anteojos.

¿Qué te pasa con esos comentarios?
-Me importa un pico que me digan mijita rica. Para mí es lo mismo que me digan guatona culiá.

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HUMOR DE NEGROS

¿Qué te parece el humor hecho por hombres?
-Me gusta toda la gente que haga humor bueno. Es obvio que hay un humor súper de hombre. Lo que encuentro grave es el machismo. Lo que me molesta en el humor en general, y puedo estar en el mismo saco también es la gente que cree que solamente siendo irreverente o políticamente incorrecta está siendo graciosa, como Murdock por ejemplo. Ya, ese es un ejemplo cerdo, pero bueno se ve todo el rato en tuíter. Cuando te dai cuenta que esa persona no piensa eso, no tiene un argumento detrás, significa que es un forro nomás. Y me ha pasado mil veces. Yo también lo he hecho.

Eres bien políticamente incorrecta.
-He tratado. Y es una mierda. Eso funciona solo cuando es algo que de verdad piensas.

¿Te has arrepentido de algunos chistes?
-No me arrepiento. Porque son todos aprendizajes.

Has tirado chistes de incesto con tu papá.
-Sí. Al principio me parecía graciosa la idea de pararme en el escenario y decir: bueno, mi papá siempre ha querido conmigo, nunca me lo he culeado, pero igual siempre ha querido conmigo. Y la gente como ni cagando te vamos a acompañar con eso… Después le fui metiendo más salsa y onda, y funcionó hablando más de mi papá, o de la mierda que tienen algunos hueones de saludar a la mamá de topón en la boca. Y, obvio, que el incesto es un tema horroroso. Y si no tengo un chiste bueno y lo menciono solo para ver si saco una risa, soy una imbécil.

¿Cuáles son tus límites?
-Todo es cancha. No tengo límites.

Hay gente, por ejemplo, que no se reiría de los negros.
-Obvio que sí, pero tenís que ser inteligente nomás. A eso me refiero también con ser honesto. Yo jamás pensaría que los negros son inferiores. A mí me da mucho más risa la xenofobia que los negros. La gente haitiana, fuera de que andan con chalitas y cagados de la risa, no hay nada inherente en ellos que me dé risa. Pero sí me da mucha risa la vieja culiá que le tiene miedo a los inmigrantes, la vieja velocirraptor abrazada a la cartera cuando ve un negro. Habrá gente que pensará que me estoy riendo de los negros, pero me estoy riendo de ella. Y lo mismo que pasó con Oscarito, que se rió de una violación, había gente que decía “no pueden haber chistes de violación, deberían prohibirlos el CNTV”, yo ni cagando creo eso. Eso es censura. Cero posibilidad. A la Sarah Silverman le he visto unos chistes de violación pa cagarse de la risa.

¿Pero tú los harías?
-Obvio que he dicho la palabra violación en el escenario muchas veces.

Pero la gente no está permitiendo reírse de eso…
-Sí, hay una maldita policía en internet. La misma policía de tuíter, como yo amo a los perros, me ha dicho: “le importan los perritos y no los niños en África”. O, todo lo contrario, gente chiflada que sale diciendo “me da lo mismo los femicidios porque igual acuchillan perros todos los días”.

Es una policía de lo políticamente correcto.
-Siempre habrá gente que se ofende. Pero no por eso tienes la razón. “No podís decir eso porque me ofende”. Puta, claramente, puedo decirlo. Lo acabo de decir. Dios no bajó a castigarme, nadie me metió la cárcel, fin. Aunque esto signifique que exista gente diciendo hueás horribles, yo creo que tienen el derecho a decirlas. Espero usar ese derecho para el bien, en lo que mi cabeza es bueno. Hay gente que me escucha hablar a favor del aborto, y obvio que le gustaría censurarme. Yo no estoy ni ahí con abandonar ese derecho para que otro no pueda hablar de violación. Y tengo clarísimo que los comediantes van a decir hueás atroces. Yo misma he dicho hueás terribles de las que no estoy de acuerdo, y no solo porque encuentre políticamente incorrectas, sino porque lisa y llanamente son malos chistes también.

Así como no reniegas de tu cuiquez. ¿Te gusta reírte del mundo cuico?
-Me río de mí misma. Con eso ya es suficiente. Fui al Santiago College, veraneé en Cachagua toda mi vida, me regalaron un auto a los 20, es mi realidad. Tampoco soy la más cuica del mundo. No vivo en La Dehesa. No me casé. No tengo hijos. Pero soy cuica culturalmente, tampoco soy millonaria. Mi mamá no me da mesada. Hay una diferencia.

¿Te ha jugado en contra ser cuica en el stand up?
-No puedo decir eso. Es un privilegio gigantesco ser cuica versus como creció otra gente. O decir que por ser cuica la gente no se ríe tanto de mí. Quizás no se ríen porque soy fome y no por ser cuica.

Odias lo fome.
-La gente fome es una lata. En este país nos desgastamos mucho pelando a la gente equivocada. Diciendo que los inmigrantes son una mierda, que la gente barsa es una mierda, que la gente gritona es una mierda. Y, hueón, la gente fome es una mierda.

En una entrevista decías que el stand up era chulo. ¿Por qué?
-Cuando digo que es chulo, quiero decir que la hueá no es arte. No es como el teatro. Siempre los stand up son en unos bares horribles. Está la fantasía de que el standapero es un súper rockstar. Y nada. Es enfermo de charcha todo.

¿En qué sentido?
-Haces un flyer precioso porque vas a Iquique, Antofagasta, y Arica y suena la zorra. Pero te quedai en un motel cerdo, donde te despierta una señora evangélica… es todo una mierda, una vida charcha. Igual es entretenido porque conoces gente freak a cagar.

Estás haciendo stand up con Felipe Avello.
-Sí. Es la raja. Felipe es el más seco del mundo.

Le va muy bien.
-Le va la zorra, porque actúa todos los días. Tiene una vida brígida. O sea, el hueón tiene show hasta los domingos, pero puta en un restorán de comida china en Quilicura. Una huevá que decís ni cagando por 20 lucas me pierdo Netflix en la cama. Yo soy muy floja. No estoy pa eso. Si trabajara más y fuera más aplicada, quizá podría ser Don Francisco y quitarle su trabajo. Pero prefiero Netflix antes que todo.

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