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Nacional

25 de Diciembre de 2016

A tomar nota: Dueños de restaurantes ponen sobre la mesa los errores más pencas de los garzones

Benjamín Band, dueño del Bar Medanoso en La Dehesa, sostuvo a LUN que todo pasa por los detalles, puesto que "no puedo tener un gallo con las manos sucias atendiendo a un cliente. No hay discriminación, pero deben tener un aspecto limpio y ordenado. Creo que en cualquier lugar es básico que el tipo que te traiga el plato a la mesa no te cause rechazo”.

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Un grupo de dueños de locales y restaurantes reveló cuáles son los peores errores que pueden cometer los garzones que recién comienzan en esta pega. El consejo puede caer como anillo al dedo, considerando que en esta época de verano aumenta la oferta de estos empleos.
Pues bien, en conversación con LUN, las cabezas de dichos recintos entregaron los cagazos cometidos por los meseros inexpertos:

1.-Mala higiene: Benjamín Band, dueño del Bar Medanoso en La Dehesa, sostuvo que todo pasa por los detalles, puesto que “no puedo tener un gallo con las manos sucias atendiendo a un cliente. No hay discriminación, pero deben tener un aspecto limpio y ordenado. Creo que en cualquier lugar es básico que el tipo que te traiga el plato a la mesa no te cause rechazo”.

2.-Currículos creativos: El socio del restorán Dolce & Salato, Luigi Correa, señaló que muchas veces ponen atributos o cualidades en los CV que muchas veces resultan ser chantas o que no se llevan a la práctica: “Eso es recurrente. Se describen como expertos en servicio, profesionales y bilingües. Pero a la hora de una atención -o de un simple cambio de platos- se complican y generan conflictos dentro del mismo restorán. Producen ruido y molestias que se traspasan al cliente”.

3.-Falta de control: Correa expone que “si bien hay clientes complicados, el garzón debe ser capaz de manejar situaciones críticas. No puede caer en el juego de la prepotencia o entregar opiniones sin criterio. Hay que entender que en Chile el servicio en todos los ámbitos es un desastre, no solo en gastronomía, sino en todo lo que se refiere a atención al cliente. Países como México, Perú o Argentina nos llevan años luz de distancia porque tienen una cultura en base al servicio, entienden que es un negocio. Acá ser garzón es mal visto, no se respetan como rubro y sienten vergüenza por atender mesas. Piensan que es un trabajo de baja categoría; no entienden que puede ser una oportunidad de crecimiento personal y que además les entrega oportunidades para el resto de la vida”.

Poco compromiso: Uno de los dueños de la pizzería Domani, Javier Parra, enfatizó que es importante que el garzón se sepa la carta al revés y al derecho, ya que “la carta es la columna vertebral del negocio, entonces un garzón con experiencia puede decirte que algo combina con un vino. Más que un garzón se transforma en un vendedor, porque hay clientes que van a buscar una propuesta”. Añadió que hay que evitar el hecho de que un mesero o garzón vaya a pregunta a la cocina los detalles de dichos platos. “Hay que tratar de evitarlo. Nosotros tenemos un protocolo que se llama ‘la papa caliente’: cuando el garzón no sabe responder algo, se le deriva al jefe de servicio, entonces él lo arregla. Cuando estás empezando como garzón estas son cosas que te pueden suceder; pero si tienes tiempo en el negocio, habla mal de ti”, sostuvo.

Patudez: Por su lado, Benjamín Band apuntó a que se necesitan garzones con personalidad, pero no así que sean pasados para la punta: “Simpático, canchero y a la vez educado. Tiene que ser respetuoso y saber cuándo entrar a la mesa. Manejamos casi un 50% de garzones extranjeros, lo que nos ha dado un buen resultado. Tienen un espíritu más alegre y tienen claro que deben trabajar para ganar plata”.

Tener la carrera bastante corrida: Desde la pizzería Domani señalaron que “hay muchos garzones que postulan al cargo y han trabajado en buenos lugares: esos son los que nosotros buscamos. Cuando alcanzas un nivel no puedes trabajar con gente sin experiencia. Alguien que no tiene experiencia te puede echar a perder la ida a un restaurante. La persona que te atiende tiene que estar a la altura”.

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