Periodistas cuentan su experiencia el día de la fuga

El 30 de diciembre de 1996 alrededor de las 15 horas un helicóptero sobrevolaba la cárcel de alta seguridad de Santiago. Éste sostenía un canasto blindado donde se subirían cuatro miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Ricardo Palma, Pablo Muñoz, Mauricio Hernández y Patricio Ortiz. Tras 58 segundos de operación los cuatro fusileros escaparon rápidamente con destino al Parque Brasil.

Fue portada obligada de los diarios nacionales. En La Tercera publicaron: “¡El gran escape! Terroristas rescatados por helicóptero desde la cárcel”. En la parte de abajo un recuadro de color azul informaba: “Terremoto en el Consejo de Defensa del Estado”. El Mercurio, por su parte, decidió poner lo siguiente: “Huyen asesinos de J. Guzmán” y, abajo, “Consternación en el gobierno”. La nación el mismo día decidió titular con: “Fuga de película”.

Los medios hablaban de un hecho digno de película. Recalcaban la audacia de la operación y el duro golpe que significaba este escape para el gobierno y gendarmería. Cada medio tomó un camino distinto para informar sobre la fuga. El Mercurio recalcaba este hecho como un acto terrorista. Como ejemplo titularon una noticia de la siguiente forma: “Hombres claves en caso Guzmán y Edwards: Amplio historial terrorista tiene cúpula FMR prófuga”. En la bajada tenían información como “participaron en atentados” y “provocó la muerte de”. La Nación relataba sobre los hechos que habían ocurrido y la información que daban las fuentes oficiales cita. Otros como La Tercera, dedicaron solo un día a la noticia.

Soraya Rodríguez, periodista de La Nación ese día fue especial: “Yo creo que había una especie de alegría (el ambiente entre los periodistas) porque es fantástico encontrarte con un hecho periodístico así. Todos quieren averiguar, todos quieren saber algo. Entonces es noticia de verdad, no como esas cosas que se inventan ahora”.

Ella cuenta que enseguida todos los medios se fueron lo más rápido posible a la cárcel, todos querían tener la primicia. El problema es que también existía cierto cuidado con lo que se contaba porque se trataba de una tema delicado donde no se podía basar en rumores, se necesitaba que hablaran fuentes oficiales. Soraya recuerda que ella tenía contactos dentro de la cárcel, por los temas que le había tocado cubrir anteriormente. Ese día, junto a otros periodistas fueron a pararse frente a la cárcel. En el lugar presenciaron helicópteros y policías corriendo de un lado a otro sin ninguna planificación, “ellos no se lo esperaban”, cuenta. Al principio aún no había información oficial, entonces el trabajo que hicieron fue empezar a deducir para luego describir lo que estaba ocurriendo. Luego se conversó con fuentes oficiales y lo que más se preguntaba era: ¿cómo los burlaron de esta manera? Todos los periodistas, no solo ella, se cuestionaban sobre la real eficacia del sistema de gendarmería.

“Los reos fueron castigados, entonces no se les podía hacer entrevistas”

Lo que salvó a los periodistas de la época y los ayudó a recolectar más información fue que la cárcel estaba al lado de la penitenciaria, y la población común siempre tiene comunicación con ésta. Entonces esa era otras de las fuentes a las que ellos podían acceder. “Ellos estaban dichosos, te contaban sobre sus celebraciones, estaban felices”.

Erik López es periodista y trabaja en la radio Bío Bío. En esa época estaba terminando su práctica en la radio Cooperativa. El día de la gran fuga, a Erik lo habían enviado a reportear a la calle Antofagasta porque un trabajador de ferrocarriles del Estado había muerto electrocutado. De repente le avisan que algo ocurre en la Cárcel de Alta Seguridad. Cuenta que había mucha gente corriendo pero que nadie sabía exactamente lo que estaba pasando. Se dirigió a los juzgados del crimen que estaban frente a la cárcel. Y en la esquina vio a un vendedor de dobladitas quien le relató con lujo de detalles todo lo que había ocurrido: se escaparon un presos en un canasto que iba colgando de un helicóptero.

En ese momento López llamó a la radio y sacaron al aire al vendedor, quien relató nuevamente todo con lujo de detalles. Erik López dice que ese fue, tal vez, el primer relato en vivo de lo que minutos antes había pasado en la cárcel. Este periodista también cuenta que antiguamente ellos tenían acceso a la radio de carabineros y que a través de ella escuchaba que decían que un hotel se estaba dando a la fuga. En jerga policial hotel significa helicóptero. Otro primer relato que obtuvo Erik López fue el de los abogados que venían saliendo de la cárcel. Estaban cubiertos de tierra porque habían tenido que tirarse al suelo producto del tiroteo que se generó entre los frentistas y los gendarmes.

El periodista y escritor de Los Fusileros, Juan Cristóbal Peña, también relató cómo vivió ese día: “Yo estaba exactamente bajando por Bellavista, cerca de la Escuela de Derecho de la Chile. Eran las tres de la tarde, y recuerdo haber escuchado una balizas de un carro de policía de investigaciones”

Para el periodista fue una negligencia que la cárcel de Alta Seguridad tuviera esas condiciones, y que se escaparan al final de una manera tan obvia. “Pocos días después cuando no se sabía nada de la suerte de los fugados, se conocen imágenes donde estos cuatro fugados aparecen muy bronceados con la bandera del FPMR, celebrando el éxito de la operación”, señala que es un recuerdo muy vivamente que tiene sobre el hecho y una especie de burla hacía el sistema.