Denunciantes de acoso del vocalista de El Otro Yo relatan duros testimonios

“Mató nuestra posibilidad de creer en el amor. Todas nos quisimos suicidar en algún momento de nuestras vidas”, relata en un video una de las, hasta ahora, 10 denunciantes del vocalista de “El Otro Yo”, Cristian Aldana, detenido el viernes 23 de diciembre por abuso sexual, corrupción de menores y transmisión de enfermedad en reiteradas ocasiones.

El mismo día que lo detuvieron, se conoció el testimonio de su ex novia Carolina Luján, quien denunció haber sido violada, empalada y agredida de diversas maneras por Aldana. También dijo en televisión que el vocalista no actuaba solo, sino que toda la banda argentina conformaba una red de corrupción de menores. Después de ella, aparecieron seis víctimas más. Luego, un grupo en Facebook -que ya no existe o bien es de carácter privado- llamado “Víctimas de Cristian Aldana”.

Este martes 3 de enero, el colectivo feminista La Matria publicó una entrevista a tres de las víctimas del cantante, donde hablan sobre los abusos y acosos supuestamente sufridos. “La primera ocasión que estuve con él, tenía 14 años. Era la segunda vez que lo veía, iba a su casa. Fui después de la escuela y entré a su casa y me dijo: ‘¿Así que sos muy puta?’. Me dio vuelta y me penetró por atrás sin preguntarme”, relata pausadamente una de las jóvenes que decidió entregar públicamente su testimonio.

Otra de las mujeres cuenta que sufrió contagio de una enfermedad sexual a raíz de las acciones de Aldana -Hepatitis B a los 15 años, mientras que quien abre el video revela que participó de una orgía junto al cantante y otras menores de edad.

El abusador de El Otro Yo habría aprovechado su mayoría de edad y, sobre todo, su fama y condición de “rockstar” para lograr que las menores sucumbieran a sus pérfidos deseos sexuales: “No respondía a nada de lo que era yo. Simplemente era una cuestión de aceptación de mi ídolo”, dice una de las víctimas, y otra agrega que creía todo lo que decía, pues era su ídolo y referente -les decía que lo que hacían era correcto, que nadie las entendería afuera y que se trataba de una situación amorosa especial.

“Años creyendo que estaba loca, que era una enferma, que mi cuerpo era una mierda. Eso está ahí cada vez que te desnudás, cada vez que te mirás al espejo, cada vez que te bañás, cada vez que tenés relaciones con otra persona. Y lo peor de todo, es que lo avala todo un sistema. Porque cuando prendés la tele, o salís a la vereda, todo te recuerda que te lo merecés, porque solo servís para eso”. De todo eso las convencía, y más: “La mina tenía la culpa porque fue con una pollera (falda); la mina tenía la culpa porque fue a la casa; la mina tenía la culpa porque es una trola; la mina tenía la culpa porque chupa la pija”.