Amenaza nocturna: la crudeza de una agresión homofóbica en Recoleta

Ese jueves 5 de enero, Nicolás Pérez fue a bailar a la discoteque Iluminati en Bellavista. Sophie, uno de sus compañeros esa noche, realizaría una performance como DragQueen en el evento y Beto, un amigo que había viajado desde Concepción para pasar las fiestas de fin de año con Nicolás, lo acompañó.

Nicolás se había vestido como siempre esa noche. Tenía sombra en los ojos y llevaba puesto los lentes de contacto que utiliza cuando hace sus presentaciones como DragQueen, al igual que Sophie. Fue justamente ese detalle el que descubrieron el grupo de delincuentes que lo asaltó ese día en Dorsal con Recoleta. Iba de regreso a su casa sin sus amigos, cuando los asaltantes le arrebataron la mochila. Ahí se dieron cuenta que tenía los ojos pintados y lo peor vino cuando registraron su bolso y encontraron brillos y maquillajes: “Mira, el maricón viene pintado… es un fleto culiao”, le dijeron mientras le daban rodillazos en el rostro y le quitaban las zapatillas. “Cuando se dieron cuenta de mi orientación sexual, se empezaron a burlar y me pegaron cada vez más fuerte”, recuerda Nicolás en la sala 201 del hospital San José, donde se encuentra internado actualmente.

Lo golpearon en la cara durante largos minutos, provocándole fracturas en su nariz y una dislocación en la mandíbula. Cuando los dos hombres se fueron, se paró como pudo y logró llegar a su casa, donde Mercedes, su mamá se estaba arreglando para irse al trabajo. “Quedó pasmada viéndolo”, recuerda su hermana Camila.

Casi instantáneamente, salieron con Mercedes hacia Recoleta a buscar el hospital más cercano. Nicolás no podía abrir los ojos y tenía la cara ensangrentada. “Ningún taxista les paró. Carabineros dijo que no tenía carros para traslado y cuando llegaron donde los bomberos, uno de ellos les ayudó a parar un taxi. No los querían llevar porque el Nicolás estaba ensangrentado entero y nadie se arriesga”, explica Camila a The Clinic.

Tardaron casi una hora en llegar al hospital San José, pero no sirvió de mucho, pues en el lugar no habían especialistas para tratarlo. Luego fue derivado en ambulancia al Hospital Salvador, donde descartaron un daño neuronal y repercusiones a la vista. “No me duele tanto porque he estado muy dopado desde que llegué. Eso sí, se me mueve demasiado el carril de arriba de la mandíbula”, afirma entre risas mientras espera a ser operado.

“Mucha gente se echa a morir, pero él, con su actitud positiva, está marcando la diferencia dentro del proceso que puede pasar un homosexual agredido. Él da fuerzas para que uno lo ayude a salir adelante”, asegura ‘Sophie Drag’, quien siempre ha sentido un gran orgullo y admiración por su amigo Nicolás.

“Yo soy miss Edison”

Mucho antes de la golpiza, Nicolás había decidido seguir el camino de Sophie y comenzó a hacer performances como DragQueen. Ahí se creó un personaje llamado ‘miss Edison’, nombre que eligió por la calle donde nació, se crió y vive actualmente: Tomás Alba Edison. “Miss Edison busca transmitir el mensaje de que venimos de allá abajo, de la pobla, de Tomás Alba Edison. Representa a cada mujer que ha pasado por mi vida y que ha llevado un mensaje de lucha. Para mí, todas las Drag somos guerreras porque siendo hombres o mujeres, tenemos que enfrentar esta sociedad que es súper machista”.

Para él, la disciplina DragQueen “ocupa el poder de la mujer más el poder del arte y logra transmitir un mensaje que llama la atención. No es solamente subirte al escenario”, argumenta.

Nicolás explica que dentro del mundo Drag existen diversas competencias y categorías para concursar, entre las que destacan la contienda entre ‘familias’ que muestran su arte y el ‘Anti Pageaut’, donde compiten diferentes ‘Queens’ y el jurado elige una reina. Otra de las categorías son las fiestas ‘kiltras’, espacio que generan reconocidas ‘Queens’ para que otras mujeres puedan presentar interpretaciones líricas, poesía y teatro travesti. “Yo voy a todas. De la más alta y top, hasta las más baratas y que terminan en la calle o en un callejón con un vino”.

Nicolás estudió audiovisual y él mismo dirige sus fotografías, videos y montajes visuales para su nueva faceta de Drag. Sin embargo, entre sus proyectos está realizar un documental sobre la discapacidad en Chile. “Quiero hablar sobre la realidad de las personas discapacitadas a las que yo les hago talleres en la municipalidad. Creo que hay muchas personas que podrían intervenir y cambiar esta situación que la sociedad les ha impuesto”, explica.

Así es como lleva más de siete meses gestionando actividades para la gente con discapacidad de Conchalí, entre las que destaca los cursos de manualidades y de participación con otras organizaciones. Asegura que este trabajo lo satisface completamente, tanto por la ayuda que le presta a los vecinos, como por el ambiente laboral. “Son personas muy cercanas, grandes jefes y profesionales. Además, se han portado muy bien con lo que me pasó. Me llaman todos los días e incluso vino el alcalde (René de la Vega) a visitarme aquí”.

Pese a que no sabe cuándo le darán el alta médica, Nicolás rescata lo que le ocurrió y quiere usarlo como símbolo para transmitir un mensaje de inclusión e igualdad. “Aunque me rompan la cara diez mil veces yo no voy a cambiar. Voy a luchar para que estas cosas se detengan”, finaliza.