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Nacional

4 de Febrero de 2017

Periodista Tati Penna habla por primera vez sobre el drama que arrastra desde hace tres años

"He tenido que aprender a pedir ayuda, a dejar que me acompañen a todos lados, a aceptar que las cosas se me caigan de las manos, lo que es bien terrible", dice la periodista sobre la esclerosis múltiple que le fue diagnosticada en 2014.

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“Tengo esclerosis múltiple, es una enfermedad de mierda. Para mí, vivirla ha sido un ejercicio de humildad feroz”.

Desde que fue diagnosticada, ésta es la primera vez que la periodista y exconductora de TV, Tati Penna, habla de la enfermedad que arrastra desde el año 2014.

La mujer que compartió el set con Felipe Camiroaga dice a Sábado que el proceso ha sido duro, pues siempre fue una mujer independiente, “pero ahora he tenido que aprender a pedir ayuda, a dejar que me acompañen a todos lados, a aceptar que las cosas se me caigan de las manos, lo que es bien terrible”.

“Cuando uno piensa en cuánto se puede agravar esta enfermedad, es fácil terminar pensando en la posibilidad del suicidio”, añade la comunicadora.

Penna recuerda que la esclerosis múltiple era algo de lo que ya sabía, pues había estado con su amiga y colega Cecilia Serrano en la misma lucha. “Me tocó estar con ella en la época del diagnóstico, así es que cuando me dijeron que yo tenía lo mismo, ya sabía de qué se trataba”, explica.

Pese a la cercanía del caso, dice que “como cada esclerosis múltiple es distinta, mi médico me recomendó que no pensara en lo que le pasó a ella, ni tampoco viera a otra gente que tiene la enfermedad. También me dijo que no buscara información en internet. Al principio no le hice caso, y descubrí que nadie sabe mucho. Hoy leo menos y vivo más”, confiesa.

Aborda aspectos de la enfermedad como la pérdida de la sensibilidad en las manos y segura que “no quiero inspirar lástima, no hay ninguna razón por la que me tengan que tener lástima. Lo que yo pido es respeto con mi enfermedad (…) Yo siempre me he preguntado en los momentos de dolor, hablo de las rupturas matrimoniales, las traiciones, las penas, ¿qué tenía que aprender ahí? Para mí no es ‘por qué’, sino ‘para qué’. Y en este caso, creo que con esta enfermedad he vivido el ejercicio de humildad más potente de mi vida. Y lo acepto, lo asumo y lo bienvengo. Ese es mi mantra”, cierra.

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