Trabajadores sexuales revelan cómo reaccionaron sus familias y amigos tras confesar su pega

Un grupo de trabajadores del comercio sexual decidieron revelar cómo fue ese momento en que decidieron contarles a sus familias y amigos acerca de su pega.

A través de una publicación del sitio Vice, los protagonistas de esta nota recordaron que, por ejemplo, una mamá lloró, otra se decepcionó al comienzo, mientras que otra sintió alivio. A continuación los relatos en cuestión:

Sarah contó que “entré al trabajo sexual por una serie de razones, pero la principal fue que me gusta ese sentimiento de fortaleza. Recibía cumplidos. Me sentía hermosa, me sentía fuerte, y me sentía como una persona. Evité contárselo a mi familia porque habían sido emocionalmente abusivos conmigo durante mi infancia. Una noche mi madre se acercó a mí con lágrimas en los ojos. Mi primer instinto fue pensar que alguien había muerto, pero entonces me comentó: ‘Tengo que preguntarte algo serio’. Yo estaba muy asustada en ese momento y luego dijo: ‘¿Has estado laborando como trabajadora sexual?’ La miré con calma y le dije: ‘Sí, lo he hecho’, y le pregunté por qué estaba tan preocupada. No sé cómo se enteró, pero me dijo que yo no tenía ni idea de lo vergonzoso que era para ella y me preguntó qué diablos estaba pensando”.

Añadió que “básicamente, mi mamá no está contenta con este asunto pero lo aceptó, hasta cierto punto. Mi parientes lejanos han decidido que soy la puta de la familia. Estoy bastante segura de que si mi papá se enterara estaría muy molesto y decepcionado. Pero realmente creo que se reduce a una brecha generacional. Es la idea de que si una mujer se quita la ropa y utiliza su cuerpo para los demás, entonces es una zorra y está mal y no hay fortalecimiento. Pero no podría estar menos de acuerdo”.

Por su parte, la stripper Nina señaló que “soy muy selectiva sobre a quién se lo digo. Me gusta mantenerlo privado. Básicamente, si puedo esconder mi profesión lo haré, pero si esa persona es cercana a mí y quiero compartir mis historias y mi vida con ella, entonces seré honesta. Con mis parejas suelo esperar hasta la tercera cita. Para entonces ya sabré si quiero continuar algo un poco más íntimo con esa persona. Nunca he tenido una mala experiencia cuando se lo he contado a una pareja, aunque he salido con algunos chicos que eventualmente se sintieron inseguros acerca de mi trabajo. De hecho empecé a trabajar como stripper cuando era novia de un tipo con el que había estado saliendo por un tiempo. Al principio fingió estar bien con eso, pero pronto tuve que escoger entre ambos. Elegí el trabajo”.

A renglón seguido, detalló que “le dije a mi madre porque ya no soportaba las mentiras. Tenemos una relación muy honesta. No se sorprendió; ella sabe que yo he trabajado en topless y en bares de lencería en el pasado, pero no hablamos de mi empleo. Me gusta arreglarme, hacer juegos de rol y crear personajes en el trabajo. Gasto mi dinero en viajes y experiencias, ¡el trabajo me ha permitido viajar durante años! Disfruto lo sexy que me siento en el trabajo. Me felicitan constantemente no sólo por mi imagen, sino también por mi personalidad. A menudo me pagan sólo para sentarme con los clientes y conversar con una bebida. Me encanta lo bien que puede hacerme sentir un cliente. Me siento increíblemente fortalecida por eso”.

En tanto, el trabajador sexual, Ale, confesó que “tenía mucho miedo de contarle a mi familia y amigos, porque sabía que me iban a juzgar. Hay tanta discriminación en torno a los trabajadores sexuales en la comunidad: esperaba que mis parientes y amigos me vieran de esa manera también. Pienso que como trabajador sexual masculino, el estigma puede ser el doble de negativo. Es bastante difícil decirle al mundo que eres homosexual, mucho menos que eres un trabajador sexual gay. Algunos trabajadores tienen mucho miedo de buscar los servicios de profesionales de la salud por temor a los prejuicios”.

“Ya estaba harto de todas las mentiras blancas y la deshonestidad, así que finalmente les conté a mis padres cuál era mi empleo. La respuesta inmediata no fue lo que yo quería, pero más o menos la esperaba. Mamá lloró cuando le conté y culpó a sus habilidades como madre por las decisiones que yo había tomado. Ella piensa que el trabajo sexual es fundamentalmente incorrecto y que era su culpa. Sentía que no me había criado para tomar decisiones correctas”, dijo, al mismo tiempo que recalcó que “fue desgarrador ver lo decepcionada que estaba de mí. Pero una vez que le hablé sobre la increíble diversidad de mi trabajo, qué tan fortalecido me hacía sentir mi empleo, y que me ha permitido sentirme verdaderamente confiado en mi propia piel, mamá comenzó a ver la industria de una manera diferente. Le conté qué tan unida y comprensiva es la comunidad en este tipo de trabajo, y cuando empezó a entenderlo todo, sentí pura alegría y una gran sensación de confianza. Pero siempre voy a sentir un temor a que me juzguen y no me acepten en el futuro”.

La escort, Ingrid, manifestó que “me sentí muy cómoda de decirle a mi mamá y a mis amigos que soy una escort. El momento después de que le dije a mi madre que estaba saliendo con hombres a cambio de dinero hubo una ligera sensación de alivio. Ella lo aceptó, pero también quería que yo fuera consciente de que las personas que utilizan escorts pueden ser peligrosas. No se equivoca”.

“Definitivamente me siento más capaz después de decírselo a mi mamá. Soy capaz de usar mi cuerpo como un medio para ganar dinero y no me siento culpable ni avergonzada de hacerlo. Sé que me respeto y soy cuidadosa”, sentenció.