La historia de la funcionaria chileno-sueca de la ONU que apareció muerta en una tumba hechiza en el Congo

Asesinados en la RDC los miembros d la ONU Zaida Catalán y Michael Sharp.Fueron a investigar informes de violaciones d DDHH en Kasai.#África pic.twitter.com/Dh3cr8lBqY

— Juan Miguel Garrido (@Juanmi_News) 29 de marzo de 2017

El pasado martes 28 de marzo la chilena-sueca Zaida Catalán fue encontrada muerta en una tumba hechiza en la ciudad de Bukonde, en el Congo. La mujer de 36 años, hija de Mario Catalán González, exiliado chileno que se radicó en Suecia en 1975, llevaba años en tierras africanas investigando casos de violencia sexual. Pensaba retirarse, volver a tener “una vida normal”, como le había dicho a su madre.

A Zaida se le había perdido la pista el 12 de este mes cuando desapareció junto a su compañero de trabajo, el norteamericano Michael Sharp, mientras viajaban con su intérprete, el congoleño Betu Tshintela y tres conductores de moto, cita una crónica de LUN.

Desde entonces no se supo más de su paradero hasta que dos días atrás Human Rights Watch confirmó que los cuerpos de Zaida y Michael habían sido hallados por efectivos de la ONU en una tumba superficial. Ella estaba decapitada.

La madre de Zaida, Maria Morseby, dijo al medio sueco Dagens Nyheter que ésta era la cuarta misión de su hija en la República Democrática del Congo y que esperaba que fuera la última.

Zaida llevaba siete años trabajando en investigacionbes sobre violencia sexual en el Congo, trabajo al que se dedicó en 2010 después de renunciar a su trabajo como abogada de de la bancada del Partido Verde en Suecia.