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Poder

5 de Abril de 2017

Editorial de La Segunda trata de ridiculizar crítica de Guillier a grandes empresas que están ganando plata como locos

El vespertino del consorcio periodístico de Agustín Edwards advierte que en una primera mirada pareciera plausible el punto, pero que basta con profundizar levemente para darse cuenta que no necesariamente el alza en las utilidades responde a "una mejora en el resultado operacional de las compañías, sino que se explica, en buen parte, por estrategias como la contención en costos y recortes en sus inversiones". Por eso es que asevera que el juicio de Guillier es liviano, poco meditado, con escaso entendimiento de la actividad económica

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El editorial de La Segunda de este miércoles analiza lo expuesto recientemente por el senador y candidato presidencial, Alejandro Guillier, en cuanto a que parte del estancamiento de la economía se debe a que los grandes grupos empresariales no quieren invertir, pese a que están ganando plata como locos. “Estamos viendo ante nuestros ojos cómo un grupo de privilegiados está bloqueando el desarrollo de Chile”, diría el periodista el lunes recién pasado.

El vespertino del consorcio periodístico de Agustín Edwards advierte que en una primera mirada pareciera plausible el punto, pero que basta con profundizar levemente para darse cuenta que no necesariamente el alza en las utilidades responde a “una mejora en el resultado operacional de las compañías, sino que se explica, en buen parte, por estrategias como la contención en costos y recortes en sus inversiones”.

Por eso que La Segunda asevera que el juicio de Guillier es liviano, poco meditado, con escaso entendimiento de la actividad económica. Para graficar este punto, cita al ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, quien acaba de sostener que culpar a las grandes compañías de la ralentización de la actividad es caricaturesco.

Para el medio es atendible preguntarse por el actuar de la empresas en esta coyuntura, incluso dice que “tampoco parece exagerado hacer notar los pecados del empresariado local”, pero que para hacerlo hay que ser cuidadoso, pues “la delicada situación económica y la crisis de confianza pública requieren que el debate de estos asuntos de datos fiables y no, como lo ha hecho el senador, con caricaturas de escasa conexión con la realidad”.

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