Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Mundo

11 de Abril de 2017

Venezuela, Ecuador y Paraguay vivieron días críticos: El agitado fin de semana que sacudió a Latinoamérica

La decisión del gobierno de Nicolás Maduro de anular la Asamblea Nacional mediante una sentencia del Tribunal Supremo, fue el inicio que marcó un fin de semana convulsionado en Latinoamérica. La maniobra, considerada un “autogolpe de Estado”, fue sucedida horas más tarde por la quema de parte del Congreso de Paraguay por manifestantes que reaccionaron en contra de un proyecto de ley sobre reelección presidencial. El domingo fue el turno de la estrecha elección presidencial en Ecuador, ganada por el candidato oficialista Lenin Moreno, cuyo resultado desató la ira de la oposición que desconoció el triunfo y llamó a un recuento masivo de votos. Cuatro voces expertas desentrañan los sucesos que sacudieron a esta parte del continente y los alcances que provocaron en el ya agitado panorama regional.

Por

Pablo Sepúlveda:“Como chavista me duele lo que está sucediendo”

La disputa entre el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la Asamblea Nacional, tensionó aún más el escenario político interno e internacional. De este conflicto, mucha gente ha opinado desde la ignorancia, llamando a Venezuela una dictadura o que se hizo un autogolpe de Estado. Esas acusaciones son ridículas.

Acá hay que entender un contexto. Si bien es cuestionable que el TSJ haya intentado dejar sin atribuciones al parlamento, éste último está en desacato a la Constitución desde su elección en diciembre del 2015. Durante esas votaciones, se hicieron denuncias de fraude electoral en el estado de Amazonas, donde fueron electos tres diputados opositores. Por la prensa, incluso corrió un audio de una funcionaria de alto mando de ese Estado, ofreciendo dinero por votos a comunidades indígenas y ordenando acarreo de gente a la fuerza.

A raíz de ese escándalo, el Tribunal Supremo exigió que los diputados no asumieran y repitieran la elección, pero la Asamblea se negó, porque con ellos, obtenían mayoría por 2/3. El parlamento no respetó el orden institucional primero y lo hicieron con el fin de bloquear, desarmar leyes orgánicas y borrar los logros de la revolución.

Soy consciente que vivimos tiempos difíciles. Tengo sueldo de médico y me alcanza para lo básico. Sin embargo, este año ha sido mejor que los anteriores gracias a un programa de gobierno que nos entrega una caja de alimentos. En Venezuela, la comida y su transporte están en manos de privados y por eso hay tanto mercado negro. Guardando las diferencias, es muy similar a lo que sucedió en Chile en la Unidad Popular. La especulación, el contrabando, las colas eternas. Después de Allende, Chávez fue el primero en materializar la revolución en democracia. Y lo logró. Por eso me molesta el doble estándar en Chile cuando nos comparan con la dictadura de Pinochet. Acá no hay detenidos desaparecidos ni ejecutados políticos. Existe oposición, un Congreso y la mayoría de los medios de comunicación son de derecha. Leopoldo López está preso acá como lo estaría en cualquier otro país. Él llamó a la violencia para derrocar al gobierno, organizó un boicot. Es un criminal, no un preso político.

Desde que Luis Almagro asumió como Secretario General de la OEA, ha hecho un gran trabajo por desprestigiarnos. Han jugado sucio. ¿Dónde estaban ellos cuando se destituyó a Dilma Rousseff? ¡No hicieron nada!. La OEA no ha frenado los golpes de Estado parlamentarios en Latinoamérica. No van a poder derrocar este gobierno. Acá las Fuerzas Armadas son gente del pueblo. No tienen ni el origen ni la estructura golpista de las FF.AA. del cono sur.

Como chavista, también sé que el oficialismo tiene responsabilidad. La corrupción en este país es endémica y permeó al gobierno de Nicolás Maduro. Hay millones de dólares en recursos que han desaparecido y agudizan la crisis. Es muy triste, porque Chávez logró reconocimiento mundial por superar la desnutrición infantil. En salud, a pesar de que la cobertura sigue siendo amplia, ya no hay suficientes insumos. Con la pobreza es lo mismo. Hace cinco años, casi no había indigencia y hoy la pobreza extrema es muy visible.

Hay que entender que a Maduro le ha tocado difícil. Ha tenido que llenar un vacío inmenso, porque la conexión de Chávez con el pueblo era hermosa. Yo lo respeto mucho. Él sigue creyendo en el socialismo por vía democrática. Sé que hay sectores de la derecha que quieren una salida violenta, pero después de las protestas del 2014, con más de 40 personas muertas, la gente no quiere más enfrentamientos. Los venezolanos no están al borde de la guerra civil. Quieren paz, no un golpe. A las izquierdas del continente les digo que no estamos en tiempos de seguir enfrentándonos. Latinoamérica debe tomarse las manos para salir de ésta unidos, con más fuerza y hacia delante.

Boris Muñoz: El devenir dictatorial

Venezuela es una dictadura. Esa aseveración ya no debería sorprender a nadie. En una columna que escribí para The New York Times en el 2014 lo dije sin tapujos, porque mi país se convirtió en un Estado policial. Pero claro, ahora todos se escandalizan con el golpe, cuando esta situación lleva años sucediendo ante una comunidad internacional de lo más permisiva.

La sociedad y su capacidad de reacción frente al poder se ha ido mermando por muchas razones políticas y sociales en Venezuela. La primera, es la crisis humanitaria. La gente pasa la mayor parte de sus vidas en filas para conseguir la comida y medicamentos, lo que funciona como una maniobra evasiva que los mantienen desconectados -hasta cierto grado- del acontecer político. Esa cotidianidad, se instala como una desesperanza inducida.

El país que es hoy, al que yo vi hace ocho meses, no tiene comparación. La destrucción es absoluta: la hambruna, perros en las calles porque la gente no los puede alimentar. Gente buscando qué comer en la basura o robando para sobrevivir. Las personas están muriéndose en las colas del pan luego de seis horas bajo el sol. Eso es lo que se cuenta y no se cree. Los venezolanos están con las defensas bajas, por eso es tan importante la ayuda internacional para buscar una solución.
Luego de lo que sucedió con la Asamblea, da la impresión de una apertura. Nicolás Maduro quiere dialogar, al igual que otros grupos al interior del chavismo. El oficialismo está conformado por siete u ocho grupos, pero a pesar de sus diferencias, no les gusta verse como lo que son: un régimen militarista. Saben que deben poner sobre la mesa un calendario electoral si quieren evitar la expulsión de la OEA. En cualquiera de estos escenarios la oposición ganaría, aún si está debilitada. No es descabellado afirmar que el chavismo es responsable de que no haya más democracia en la oposición. Si tú tienes a tu enemigo acorralado en la esquina todo el tiempo, buscará cualquier recurso para sobrevivir y ganar territorio.

En Venezuela pasa todo y no pasa nada. Hay un caudillo, sigue el régimen, el país está casi en la quiebra y no cae. En cualquier otro país habría caido, pero acá, nada. Tienen un control institucional y estomacal muy grande. Cuando controlas las instituciones, puedes reprimir, pero cuando pones comida en la boca de la gente, eres dueño de todo. Todo está mediado por el aparato malandro que es el chavismo.

Hoy la OEA ha contribuido a cuestionar la imagen chavista promovida por la izquierda latinoamericana. Además no está José Miguel Insulza, que fue un desastre como Secretario General.

Ese hombre es una vergüenza. Delante de sus narices Chávez lo llamó pendejo y él siguió como si nada, con su cara lavada. Pero hoy, al menos en la región, los gobiernos de izquierda han perdido terreno. Ya no están los Kirchner ni Dilma, ambos cajas de resonancia del chavismo. Nos estamos enfrentando a nuevos aires. Solo nos queda esperar.

Gilberto Aranda: El ocaso de los héroes

La salida de Rafael Correa de la presidencia de Ecuador representa la habilidad de un líder que supo ver el cambio de marea que está pasando en América Latina y que sabe que diez años son suficientes. Por otro lado, representa el fin del ciclo fundacional de la nueva izquierda. Como su salida fue a tiempo, supo traspasar el poder a alguien que preservará las vigas centrales de la revolución ciudadana en el futuro de Ecuador.

Es verdad que actualmente existe una polaridad muy marcada en el país, separada por dos puntos en las últimas elecciones, pero no se ha logrado alcanzar el nivel que existe en Venezuela. De todas maneras, ya no es como en años anteriores en donde la nueva izquierda ganaba por triunfos contundentes. En el último tiempo, el centro y la derecha han crecido de manera generalizada en el continente. Esto se podría relacionar con lo que está sucediendo en Estados Unidos o Europa, pero lo que existe allá es un populismo nacional o un fascismo nacional. Lo que ha venido ocurriendo en América Latina es una respuesta ante el desgaste de estos líderes dominantes que marcaron la primera mitad del siglo 21 en nuestro continente, por ejemplo, Chávez, Evo Morales y el mismo Correa.

Hoy en día hay un cierto eclipse en torno a estas figuras. Yo lo llamo el ocaso de los héroes, porque ya no son tan potentes como en años pasados. Existe una caida en la credibilidad de los líderes tradicionales. Y una de las razones es la cleptocracia, la corrupción, que ha generado un malestar con la política en América Latina y que ha salpicado a todos, dándole opción electotal a la derecha. Sin lugar a dudas es algo que ha ido excediendo a cualquier gobierno porque, desafortunadamente, es parte de la política de nuestro continente. Esto ha desencadenado que en cada elección haya menos gente que participe, quedando la decisión pública en manos de unos pocos, generando otros problemas en los gobiernos actuales, como se ha visto en Chile el último tiempo.

La llegada de Lenín Moreno a la presidencia de Ecuador significa que la nueva izquierda podrá seguir en el país, pero con ciertos cambios, no con una continuidad pura. El personaje de Moreno es diferente. Es una figura menos carismática que Correa y tiene una convocatoria popular menor. Pero es un tipo conciliador, se ve en sus discursos, no es una persona de enfrentamientos.
Su llegada trae giros a la revolución ciudadana, como el ingreso a la Alianza del Pacifico, lo que es un cambio bastante grande para el país. Aunque existe una polarización en Ecuador, esto se puede interpretar como un puente entre ambas fuerzas políticas. Puede ser una buena señal para los sectores empresariales que apoyaron al candidato oponente. La apuesta de Moreno es mantener las vigas centrales de la revolución ciudadana que empezó hace diez años atrás, en la que fue vicepresidente entre el 2007 y 2013, pero al mismo tiempo encontrando la piedra filosofal de lo que puede ser el crecimiento y desarrollo sostenido sustentable del país, menos dependiente de los ciclos económicos en torno a materias primas, pero sin renunciar a las políticas sociales de inclusión que pueda, junto a su rol conciliador, abrirle mayores opciones a Ecuador.

*Académico de Estudios Internacionales Universidad de Chile.

Eusebio Ramón Ayala: “La democracia en Paraguay está en serio riesgo”

Entrevista y redacción: Felipe Romero.

Estuve durante la dictadura de Alfredo Stroessner y eso me valió dos salidas del país durante varios meses. Yo era de un movimiento de la Universidad Católica y fuimos acosados por ser un ‘nido de izquierdistas’. Esto es como revivir la época de Stroessner. No el peor período, pero es como revivir su época y también otros procesos dictatoriales ocurridos en Paraguay.

En la convención constitucionalista que participé en 1992, tuvimos en cuenta la historia política del país y de manera categórica se expresó que el presidente y vicepresidente durarían solamente cinco años en sus funciones, sin ninguna reelección en ningún caso. La reelección se podría establecer a través de una reforma constitucional, no obstante, hubo una interpretación diferente en la Cámara de Diputados y Senadores el año pasado.

Los senadores estudiaron el proyecto de enmienda y el artículo que prohibía la reelección del presidente y de los gobernadores, finalmente se legisló y se rechazó. Al legislarse, y no aprobarse, según la Constitución, no puede volver a tratarse durante un año, lo que se cumplía el 26 de agosto de 2017, pero el presidente Horacio Cartes se dio una vuelta de carnero. A fines de noviembre hubo un cambio radical en conjunto con el senador Fernando Lugo (ex presidente que tampoco puede ser candidato porque está inhabilitado por la Constitución) y empezaron a proponer el tema de introducir la enmienda.

Lo que hay que tener claro es que la gente reacciona contra esa violencia, porque no hay otra forma y mecanismo para contrarrestar a estos poderes que violan la Constitución. Desde la Revolución Francesa está contemplado el derecho de la rebelión y nuestra Constitución recoge eso en algunos derechos, donde se sostiene que los ciudadanos pueden defender el sistema democrático.
Si ponemos en la balanza una multitud desarmada con piedras y palos y, por otro lado, las fuerzas de orden con carros tanques, policía montada, ametralladoras, fusiles, y balines de goma y plomo, esto es una lucha muy desigual. Hubo un diputado que incluso recibió tres balines de goma en la boca, estuvo en terapia intensiva y él estaba desarmado.

Hicieron allanamientos sin órdenes judiciales y lo peor es que la democracia en Paraguay está en serio riesgo. Estamos tratando de luchar para que se restablezca eso, porque está muy malherida. Si no hubiese sido por la presión ciudadana, esto ya se hubiese aprobado.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, no ha dicho nada, no ha movido ningún mecanismo. Condenó la muerte de Rodrigo y exigió la investigación y el castigo de los culpables. También condenó el incendio del Congreso, que es un hecho grave, pero es la consecuencia. Almagro evitó totalmente mencionar la violación constitucional que provocó todo lo que se desencadenó posteriormente.

La mejor solución en un gobierno es que se vuelva a la democracia y eso depende del que lideró este proceso, el presidente de la República y sus aliados. Si no pasa eso, estamos en una dictadura. Mi propuesta para solucionar esta situación es el retiro del plan de reelección y la enmienda inconstitucional que provocó toda esta tragedia.

*Exsenador de Paraguay y actual secretario general del Partido Liberal.

Notas relacionadas