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Cultura

17 de Abril de 2017

Juan Villoro: “Barack Obama y sus millones de deportaciones, fue la cara sonriente de una política muy similar a la de Trump”

Villoro es de los que piensan que México afronta en solitario su problemática relación con Estados Unidos, en lugar de hacerlo con el respaldo de toda América Latina.

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El presidente mexicano, “Enrique Peña Nieto, ayudó al triunfo de Donald Trump al darle la oportunidad única a lo largo de su campaña de lucir como un estadista”, aseguró en una entrevista el escritor y ensayista Juan Villoro.

“Visitar México durante la campaña electoral diciendo lo que le daba la gana y saliéndose con la suya para mucha gente fue un elemento determinante para votar por él”, asegura el ganador del Premio Herralde 2004 por su novela “El testigo”.

“El patriotismo en ocasiones también consiste en defender al pueblo de su gobierno”, asegura.

“Nazis, comunistas, terroristas islámicos, narcotraficantes y ahora, mexicanos. La política exterior norteamericana siempre se ha basado en la idea de tener un enemigo preciso -real o imaginario- que le permita realzar sus virtudes”, sostiene Villoro.

“El mexicano -transformado en el enemigo ideológico, en la bestia negra de Estados Unidos- ha dado lugar a una política de discriminación terrible, y esto ocurre además en momentos en que tenemos uno de los peores gobiernos de la historia de México”, afirma.

“Soy un mexicano en tiempos de Donald Trump, de modo que nada me parece más apropiado que derribar muros”, asegura el también dramaturgo, traductor y autor de libros infantiles.

Días atrás, Villoro estuvo en Chile para dar una charla en el marco del festival de ciencia y cultura Puerto de Ideas Antofagasta 2017.

El autor de “El disparo de argón” perdió su maleta y, con ella, las notas que tenía preparadas para la conferencia, que llevaba por título “Las estrellas de la mente”, lo que le llevo a improvisar echando mano precisamente de las imágenes de su cerebro.

“México arrastra desde hace décadas una problemática estructural en su relación con Estados Unidos”, sostiene Villoro, quien recuerda que “Barack Obama, con más de tres millones de deportaciones, fue la cara sonriente de una política muy similar a la de Trump”.

Pero esta conflictiva situación también representa una oportunidad para los mexicanos. “Si algo tiene de provechosa la oprobiosa administración de Donald Trump es que nos permite replantearnos de una vez por todas problemas que son decisivos”, considera.

La dependencia, la relación asimétrica “y el hecho absurdo de que los mexicanos tengan que arriesgar su vida para trabajar” en el vecino del norte hacen necesaria una revisión a fondo de “la injusta relación entre México y Estados Unidos”.

Muy crítico con la gestión de Peña Nieto, Villoro llama la atención sobre el hecho de que “el mismo presidente que trata de congraciarse con Estados Unidos, pretenda ahora ser el garante de la independencia, la soberanía y la unidad nacional”.

Pero ante grandes adversidades, la sociedad mexicana -recuerda el Premio Internacional de Periodismo Rey de España 2010- ha dado muestras de una sorprendente capacidad de organización y respuesta.

Eso sucedió tras el terremoto de 1985, cuando ante la inacción del Gobierno de Miguel de la Madrid, los ciudadanos se organizaron para superar la tragedia y salir adelante.

“Se están movilizando bastantes cosas desde el arte. Un grupo de dramaturgos y directores teatrales acabamos de lanzar un movimiento que se llama ‘Teatro por la Dignidad'”.

Este colectivo “trata de plantear en los foros problemas como el sentido de la identidad, la noción de pertenencia de los mexicanos, las relaciones con Estados Unidos o qué representa la frontera, ya sea desde un punto de vista psicológico, geográfico, metafísico o político”.

“Es un gran desafío hacer buen arte que no sea panfletario, no se trata de hacer un teatro o una literatura militante, sino de tocar estos temas, pero con la multiplicidad creativa que debe corresponder al hecho estético”, recalca.

Villoro es de los que piensan que México afronta en solitario su problemática relación con Estados Unidos, en lugar de hacerlo con el respaldo de toda América Latina.

“Los gobiernos mexicanos -como el de Carlos Salinas de Gortari, firmante del Tratado de Libre Comercio de América del Norte- “históricamente siempre han tratado de congraciarse con Estados Unidos pensando que de esta forma podíamos abandonar el subdesarrollo”.

“Pero eso es un espejismo, una salida equivocada y ahora estamos pagando las consecuencias”, lamenta.

Villoro sostiene, no obstante, que “la situación actual puede ser un revulsivo para replantearse cosas que deberían estar en la agenda de discusión desde hace tiempo, como no olvidar que México pertenece a Latinoamérica”.

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