Surgen nuevos antecedentes en caso de sopaipillero que vendía mientras le hacían sexo oral

La escena es ésta. Un carro de sopaipillas, en Puerto Montt, donde el producto es requerido por la lluvia y el frío. Adentro, su trabajador, un emprendedor que se gana la vida haciendo feliz a la gente vendiendo fritangas. Y fritangas baratas. Afuera, los clientes, esos mismos que raudos matan la inclemencia del tiempo puertomontino con esas masas que de zapallo poco, valga decir. El hecho, lo que desconocen los transeúntes que se detienen por una sopaipa, es que mientras el sujeto fríe una mujer se ubica debajo de él, acaso de rodillas, practicándole sexo oral.

Esta fue la denuncia que quedó al descubierto la tarde de ayer cuando una vecina del sector, espantada por la escena, por el asco, por no saber qué contenían esas sopaipillas, por el porqué del sabor, grabó todo con su teléfono celular.

La mujer, que prefiere mantener en reserva su identidad, se fue rápido hasta las oficinas municipales. Tras esto, los inspectores se dejaron caer en el lugar y sacaron de circulación el emprendimiento. Más que por la grabación, por no tener los permisos al día, dice La Cuarta.

“En Puerto Montt ha aumentado el comercio ambulante de una manera exponencial. Es lamentable ver este tipo de situaciones”, dice Alejandro Bernales, vecino del lugar, recoge el diario popular.

El concejal Rodrigo Wainraihgt, por su parte, le confirma al diario que la grabación efectivamente existe. “En el video se ve a una mujer en dudosa posición y esto motivó a los funcionarios municipales a fiscalizar el lugar”.

“El carro está cerrado hasta nuevo aviso”, agregó.