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Deportes

30 de Mayo de 2017

La historia del maratonista que corre para atrás

“En el mundo seremos 28.000 retrorunners registrados, pero en todo Guadalajara soy el único que lo hace y es normal que llame la atención, y me llaman loco, pero también me animan y me jalean”, dice Diego Polino.

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Diego Polino es un atleta, un maratonista. Pero no es como cualquier deportista que compite en esta lides. Diego corre para atrás. Sí, así como suena. No es que, como se dice, reme para el otro lado, para perder, para dejarse perder. No, Diego corre para atrás, porque compite de esa manera.

Según un artículo de El País que cuenta su historia, Polino “desde muy joven practicó la marcha a buen nivel junto a algunos de los que convirtieron a México en una de las grandes potencias mundiales de la disciplina. Cuando cumplió los 20 dejó el atletismo y el deporte para ser un productor más en el sistema. Abrió negocios con amigos y, cuando llegó a los 30, respondió a la crisis del cambio de década (¿quién soy? ¿Qué hago en la vida? ¿Qué quiero hacer? ¿El trabajo lo va a ser todo?) volviendo al deporte”.

“Sin abandonar mi trabajo, regresé a la práctica planificada, casi a nivel de alto rendimiento”, cuenta, a sus 31 años.

Ahí fue cuando, aunque parezca una locura, se le ocurrió la idea de correr marcha atrás. “Poco después me di cuenta de que no sólo esa forma de avanzar de espaldas la practicaba más gente, sino de que hasta había una federación específica que organizaba un campeonato del mundo en Inglaterra”, dice.

Cuando lo veían entrenar de esa manera, por los parques de Guadalajara, le decían de todo. Seguro que estaba loco y esas cosas. Pero Polino siguió.

“En el mundo seremos 28.000 retrorunners registrados, pero en todo Guadalajara soy el único que lo hace y es normal que llame la atención, y me llaman loco, pero también me animan y me jalean”, dice.

Días atrás, Polino se animó a otro desafío que parecía una locura… disputar un Ironman corriendo para atrás la etapa pedestre. Nadó los 3.900 metros en poco más de hora y media; tardó siete horas en la contrarreloj ciclista de 180 kilómetros y corrió la maratón que cierra el desafío en 4h 52m, y de espaldas, viendo a los demás atletas venir hacia él de frente.

“Y quizás la próxima vez lo nade de espaldas, mirando el cielo, y ya me lo han sugerido, pero solo lo haré si le veo ventajas”, se anima.

“Corrí cauteloso, a un ritmo de siete minutos el kilómetro, porque el circuito estaba abierto y había gente paseando, distraída, y se corría por el malecón, junto al océano, y no me podía despistar. Pero en 10.000 metros tengo una marca de 45 minutos, a 4m 30s el kilómetro, casi la velocidad de la marcha”, recuerda.

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#Deportes#Polino#Running

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