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Nacional

10 de Junio de 2017

El hilarante manifiesto de Schiappacasse: “estaba guatón y lleno de espinillas”

"En la universidad me hicieron bullying por guatón y perno", dice.

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“Estudié dos años en un colegio de niñas. Me habían echado de kínder y no sabían dónde matricularme. Entonces entré a la Escuela Experimental de Niñas República del Ecuador, donde mi mamá hacía clases de educación diferencial. Ella siempre se emputece cuando cuento esta anécdota” cuenta Aldo Rómulo Schiappacasse en su manifiesto, la clásica sección que trae Reportajes de La Tercera en la que un personaje de la fauna criolla escupe cosas respecto de su vida más íntima.

El hombre que todo el mundo compara con el Jefe Gorgory de los Simpson (más adelante hablará de ello) relata que en su niñez vivió frente al cuartel que la CNI tenía en el barrio República. Dice que “al lado había una comisaría y una casa de putas que servía a todo el personal”. “Era un barrio increíble”, recuerda.

Schiappacasse, así tan suelto como se le ve webeando y webeándose en la tele junto al “Negro” Palma, confiesa -porque esto es un manifiesto- que “en la universidad me hicieron bullying por guatón y perno”.

De aquella época, también relata que “era un huevón que andaba echando la talla, con un humor muy rápido, pero también hiriente. A algunos les caía bien y a otros, mal. Recibía pesadeces, pero también las decía. Después, cuando empecé a ganar plata pude comprar a mis amigos. Los llevaba al cine y los invitaba a comer churrascos”.

Rememora su etapa de reportero, precoz se entenderá, y dice que le un importa un carajo hacerse amigos de los jugadores. “En mi primer reporteo dejé de ser hincha de Unión Española. Me mandaron a viajar con el equipo a Concepción, era la primera vez que me subía a un avión. Tenía 17 años, estaba guatón y lleno de espinillas. Me trataron mal. Pasé de la idolatría total a conocer en la intimidad a los jugadores y no me gustó”.

De su lado más político, admite que aún es bacheletista, aunque sincera que la ejecución de las reformas ha sido muy mala.

Sobre el cierre, Schiappacasse asegura que ya no le da mucha importancia a su parecido físico con el Jefe Gorgory, y sincera que le está llegando el viejazo. “Encuentro que el fútbol se juega peor que antes y que las bandas sonoras de las películas antiguas eran mucho mejores que las de hoy. También me empezaron a salir pelos en las orejas y no sé cómo cortarlos. Me tienen desesperado”.

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