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Opinión

7 de Julio de 2017

Columna sobre el “bus del odio”: atropellando los derechos de niños y niñas transgénero

Niki Raveau, historiadora y activista trans, se refiere al bus que partió su recorrido en respuesta a una campaña de una asociación de familias de menores transexuales en España, advierte que la genitalización es una regulación del caduco manual de salud mental y dispara contra el Gobierno: “Los dichos de la Ministra Narváez son escandalosos e impresentables”.

Niki Raveau
Niki Raveau
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Por estos días se viene un espectáculo de los más tristes e indignantes: el “bus” del odio. La poderosa organización ultracatólica española HazteOír sumará las calles de Santiago y Valparaíso a su infame campaña internacional, haciendo circular un bus con propaganda transfóbica. Existe confusión en la información de prensa, ya que el sensacionalista vehículo se dirige expresamente contra la vivencia de la niñez trans y no contra alguna agenda LGBTI. Es por ello que es importante, con este hecho como antecedente, que las grandes organizaciones LGBTI entiendan que lo correspondiente es dar espacio al diálogo con comunidades que trabajan y apoyan poblaciones concretas. En este caso, la niñez trans. Como dijera Evelyn Silva, madre de Selenna, niña trans, “sin embargo, la gente no sabe que hay buses, como aquel, que pasan por tu vida y las de les niñes trans a diario, por los cuales nadie firma para detenerlos”.

El trasfondo del europeo HazteOír, pese a sus grandes recursos económicos, es del mismo calibre odioso e ignorante que el de los “opositores” locales. Específicamente, se trata de un bus de pasajeros operando como cartel ambulante. En los costados lleva impresa la frase “Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”. Otro diseño anuncia: “¡Dejen a los niños en paz! Con mis hijos no se metan”. Va acompañado de dos figurines esquemáticos “niño” y “niña”.

El bus partió su recorrido en respuesta a una campaña de Chrysallis, asociación de familias de menores transexuales situada en España. La campaña de Chrysallis consistió en afiches desplegados en buses y estaciones de metro de Euskadi y Navarra, España. Sobre fondo blanco figura la ilustración de Chrysallis: cuatro niñxs corriendo desnudos tomadxs de la mano. Dos de ellxs, trans. Bajo la imagen dice: “Hay niñas con pene y niñas con vulva. Así de sencillo. La mayoría sufre cada día, porque la sociedad desconoce esta realidad”.

Apoyamos y valoramos el gran trabajo que realiza Chrysallis, pero en este punto, nos parece que hay que dar por superado el protagonismo genital. Es cierto que gran parte de la sociedad sigue entendiendo la vivencia trans como una de cuerpos y genitales equivocados, y que por un buen tiempo más habrá que educar que esto no es así. Que las personas trans no convivimos con genitales equivocados. Incluso las pocas personas trans que piensan de ese modo sobre sus genitales, lo hacen porque la sociedad se los ha enseñado. Hace falta que todxs nos eduquemos de formas más representativas. La sociedad está equivocada, no los genitales trans (también es perfectamente legítimo operarse e intervenir el cuerpo. De lo que se trata es de ir acabando con el mercado quirúrgico y la presión social por modificar el cuerpo).

Para educar sobre niñez trans, preferimos poner atención, antes que nada, en las ideas, en la experiencia, en todo el cuerpo y sus sentidos. No olvidemos que la genitalización de nuestras vivencias es una regulación del caduco manual de salud mental. No olvidemos nuestros otros recorridos, sociales, políticos y poéticos. Existen además, genitales intersex que siguen siendo mutilados porque no corresponden a pene o vulva.

“Aquí no se está agrediendo a la comunidad LGBTI adulta, sino que están vulnerando directamente los derechos de niñxs trans”, dice Evelyn Silva, directora de la Fundación Selenna, de niñez y juventud trans, ubicada en Santiago de Chile. Poco han recogido de las comunidades transinfantiles los medios locales que informan acerca de la noticia del bus que ataca directamente a la niñez trans. Evelyn Silva agrega que la estrategia de HazteOír es “un acto de violencia desmedida hacia niños y niñas transgénero. El Gobierno debiese pronunciarse ya sea por parte del Consejo Nacional de la Infancia o la misma Segegob, que ha estado revisando el proyecto Ley de Identidad de Género”.

Apuntando al trabajo que las mismas comunidades de niñez trans han llevado adelante con muy poco respaldo por parte de las instituciones, concluye: “Ya tuvimos que aguantar que nuestrxs niñxs quedaran fuera de la ley, a causa de la inoperancia de las estrategias que se han llevado a cabo los últimos cuatro años respecto al proyecto. Nosotrxs hemos estado trabajando hace bastante tiempo como comunidad, por nuestra cuenta. Y ahora, se violenta a nuestrxs hjixs de manera pública y la gente que debiera pronunciarse aun no lo ha hecho”.

A último minuto, se pronunció la Ministra Secretaria General de Gobierno, Paula Narváez. Si bien dijo que el Gobierno no comparte el contenido del bus propagandístico, agregó que “entendemos también que existe la libertad para expresar distintas opiniones en una sociedad democrática”. Más opiniones vacías. Más odio. Más ignorancia y más espectáculo. Los dichos de la Ministra Narváez son escandalosos e impresentables, por decir lo menos. En Madrid en cambio, el Ayuntamiento detuvo el bus por incitar el odio. Esperamos que el Gobierno de Chile rectifique. Esperemos que las autoridades y la población no se hagan cómplices del bus del engaño, el odio y la estupidez.

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