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Música

16 de Agosto de 2017

Juanes: “No le puedes decir a la mujer que aborte o que no lo haga. Ella tiene derecho a decidir”

Hace cuatro meses, Juanes vino a Chile hacer promoción de su nuevo disco Mis planes son Amarte (Universal Music) y lo llevaron a almorzar al restaurante Liguria en Providencia. Le gustó tanto el lugar, que la semana pasada dio un concierto sorpresa en ese bar. No más de doscientas personas escucharon más de una hora de sus canciones –que incluyó un homenaje a Juan Gabriel, Cerati y la participación de Denise Rosenthal- en un escenario con apenas dos guitarras y cero parafernalia. Un día antes de ese show en Santiago, Juanes había cumplido 45 años. A treinta años de iniciar su carrera, es hoy uno de los artistas latinos reconocidos en el mundo: más de veinte premios Grammy, millones de reproducciones de sus canciones y millones de discos vendidos son algunas pruebas. Pero quizás sea Mis planes son Amarte la muestra más firme de su madurez, no solo en lo musical -la Rolling Stone lo nombró uno de los 50 mejores álbumes del año- sino en lo estético, este es un “álbum visual”, donde cada una de las doce canciones son parte de película. Con este disco, estará en Chile en dos fechas de octubre: el 5, en el teatro Caupolicán y el 6, en el Gran Arena Monticello. Aprovechando este viaje, conversamos con Juanes de política en un año crítico para su país, Colombia, y el mundo. “Las instituciones están cada vez más deterioradas, la corrupción es una cosa de locos y de repente uno se pregunta: ¿esto a dónde va?”, dice. Y aunque –como la gran mayoría- se siente decepcionado, no afloja: vota, opina y se la juega a su manera. No le gusta ofender, pero termina diciendo todo sin pelos en la lengua.

Por

¿Cuándo fue la última vez que votaste?
-El dos de octubre pasado, para el plebiscito del acuerdo de Paz.

¿Siempre votas?
-Los últimos diez años, sí.

De niño, ¿cuáles son tus primeros recuerdos de la política?
– La primera noticia que recuerdo, y que me impactó, fue la toma del Palacio de Justicia en el año 85 (asalto con rehenes de un grupo guerrillero, el Movimiento 19 de Abril, que terminó con 98 muertos). Iba del colegio a la casa con mi hermana y su novio en el carro, cuando en la radio dijeron lo que acababa de pasar. Era un niño, ni siquiera entendía lo que era el Palacio de Justicia. Soy el menor de la casa y vivíamos en el centro de Medellín, pero yo no tenía mucho contacto con la calle. Mi familia era muy protectora. Eran los tiempos del enfrentamiento entre la policía, los narcotraficantes, el gobierno. Fue como a los 14 o 15 años que empecé a salir a la calle, a meterme en la música. La política va llegando así, a través de la calle, de lo que estaba pasando con los jóvenes, las pandillas, los narcotraficantes. Era una época súper heavy.

¿Tus papás te hablaban de política?
-Mi papá nunca se sentó a hablarme de política o me dijo que yo tenía que pensar así o acá, mi mamá tampoco. Fue mucho más adelante, como el 2000 que me conecté más con lo que estaba pasando y a entender la dimensión de lo que es Colombia a nivel conflicto político.

Pero la religión católica sí fue gravitante en tu vida ¿no?
-Sí, los pilares de la educación de mi familia eran llevados por la Iglesia, Colombia es un país católico por excelencia.

¿Tu mamá te decía cosas como que había que llegar virgen al matrimonio?
-Ja, ja, ja… No, no tan extremo…

¿No te hablaban de sexo?
-Mi mamá tiene hoy día 86 años, era muy adulta cuando yo era chiquito y mi papá tenía 73 años cuando yo tenía veinte. Además en las familias de esas épocas, los papás no se relacionaban con los hijos como hoy, era otro tipo de relación. La religión en mi caso fue la guía para descubrir la fe, que podía creer en algo. Pero después me di cuenta que todo era mentira, que fue un golpe horrible, y todos esos pilares de la educación se van al piso. Y tienes que empezar a entender de nuevo, qué es Dios, qué es la Iglesia, qué es el Papa, qué es Jesús, los musulmanes, el budismo, un montón de cosas…

-¿Eso te pasó de repente?
-Fue paulatino, a través de los años. Pero hace seis años en Ginebra pasó algo que me marcó. Estaba en un hotel, en el piso diez, y de repente veo en el cielo cinco luces gigantes, primero pensé que eran aviones que iban aterrizar, pero me quedé viendo y no se movían a ni una parte, estaban quietas, no había sonido, y de pronto se comenzaron a mover hacia los lados, de manera perfecta, formaban líneas, triángulos, unas cosas rarísimas y a los 25 minutos más o menos, ¡puf!, desaparecieron. Ahí supe que todo lo que había pensado, sobre que hay algo más allá del sistema solar, era real. Y si la imagen que tenemos de Dios fue creada por el hombre, pues es una imagen que no tiene sentido, porque Dios creó al hombre, no al revés, me entendés. Qué es, dónde está… ja, ja, ja…no sé, es algo más existencial…

-Claro, cuando viste a los ovnis fue un alivio, como decir que hay algo más ¿no?
-¡Un alivio!

-¿Nunca sentiste cierto rechazo hacia tus padres por esa cosa tan católica?
-Jamás, porque ellos no lo hicieron por mal, creen en eso. Y yo no podría estar acá hoy si no me hubieran dado la educación que me dieron. Algo de ahí es importante.

-Pablo Escobar Gaviria es de tu ciudad, Medellín, un delincuente que muchos conocemos a través de series como Narcos, por ejemplo.
-Pablo Escobar se ha transformado en un personaje de la cultura pop, es como un ícono, como el Che, se hacen grafitis, camisetas. Pero para mí Pablo Escobar es el personaje más nefasto de Colombia. El daño que hizo y su maldad es de una brutalidad que rompe todos los límites de lo establecido. Hoy día en Colombia todavía estamos pagando la cultura mafiosa que él generó, seguimos recibiendo las esquirlas de lo que pasó hace 30 años.

-Cuando ves la banalización de la figura de Pablo Escobar, ¿qué te pasa?
-Rabia. Te voy a ser súper sincero, salió una serie que se llama El Patrón del Mal y me rehusé a verla, pero todo el mundo me decía, tienes que vértela, está muy bien hecha, los actores y qué tal. Me vi la serie y realmente estaba bien hecha y vos como que aprendés un poco, recordás otras cosas, la gente se culturiza con algunos temas, pero hay una doble moral porque estamos promoviendo esa parte de nuestro país. Lo mismo pasa con Narcos y todas esas series de mafias, que ahora hacen con México, pues a mí me da rabia porque es una etapa muy dura que hemos vivido. Para algunos puede que sea una forma de curar las heridas, y entenderlo, puede que sirva, ve tú a saber, pero no creo. En estos días he estado pensando mucho, porqué la maldad triunfa.

-¿Crees que triunfa la maldad?
-Por qué un tipo como Donald Trump está en la presidencia, por qué un tipo como Maduro está ahí, por qué el de Corea del Norte está allá, por qué pasa lo de Siria, por qué estos tipos están aferrados ahí. No es que triunfe la maldad, pero de alguna manera hay una fuerza muy negativa…

-El mal triunfa todo el rato.
-Eso me da mucha ira.

-¿Por qué pasa?
-No lo entiendo, pero todos nuestros comportamientos están conectados a nuestra infancia, a lo que vivimos cuando estábamos pequeños, a como nos educaron, como crecimos y eso es lo que genera nuestro imaginario y de acuerdo a eso actuamos.

-Según eso entonces, hay una gran cantidad de niños que estarían condenados.
-Exacto. Y ahí hay un gran problema que está conectado con la pobreza, la violencia, la desigualdad. En Colombia, por ejemplo, los embarazos indeseados de niñas menores de 15 años son del cuarenta o del cincuenta por ciento. ¡Es mucho! Cuando esos niños nacen están casi condenados a la pobreza. Vienen de entornos familiares destruidos, donde nadie les da cariño, los hacen trabajar desde chiquitos, los aporrean física y mentalmente, entonces, esos pelados qué más van hacer. Es difícil pues. Muchos de ellos se superan y logran salir adelante, y ahí creo que es donde el arte tiene una fuerza impresionante para sacar a la gente de la guerra y ponerla al lado de la vida. Estos chicos ven esta imagen idealizada de Pablo Escobar y entonces claro, las motos, las chicas, las armas, el dinero, los aviones, ellos piensan que eso es fácil y no llegan ni a los cuarenta años cuando terminan en el cementerio o en la cárcel. Muy pocos logran sobrevivir.

-La maldad como término es muy grande, Trump no es igual que Maduro.
-Quizás son iguales, pero en los dos extremos. Cuando ganó Donald Trump estábamos con mis hijos viendo CNN y ellos no podían entender: “Papi, ¿porqué ganó?” Yo no sabía qué decirles.

¿Por qué crees que ganó?
-No ganó porque la gente votara por él, porque votaron más por la otra señora, pero Trump representa la frustración de la gente en Estados Unidos, el patriotismo, el nacionalismo.

¿Te topas con ese tipo de gente en tu vida cotidiana?
-Sí porque si vives allá, y llevas a tus hijos al colegio, ves de todo. Pero yo soy muy respetuoso con eso, en el colegio casi está prohibido hablar de eso, porque muchos papás y profesores piensan distinto y nadie se manifiesta. En Miami hay muchos latinos, pero muchos de esos votaron por Trump.

-¿Qué tipo de latinos votaron por Trump?
-Quizás la gente que creía que Obama era un tipo comunista, ja, ja, ja, no sé si me entendés, gente extremista.

-Trump además es para ti vanidoso, estúpido…
-Claro, es un personaje impredecible. A mí me gusta la política, leo y veo noticias y cuando miraba los debates, yo decía: cabrón, este es un animal político muy hijo de puchas, me entiendes, como él responde, que no le importa nada, que es agresivo. Trump es como el personaje malo de una película de muñequitos de niños. Muy fuerte.

¿Crees que Trump va a llegar al final de su período?
-Sí, porque la economía no está mal y de lo único que él habla es de números. Make America Great Again es económicamente, that`s it. No hay nada más.

¿Crees que él o gente de su familia pudo haber estado involucrado en la “trama rusa”, es decir, haber influido, con ayuda del gobierno ruso, en el resultado de las elecciones norteamericanas?
-Es muy confuso, porque hay mucha información. Fox dice una cosa y CNN dice otra…

¿Le crees a Fox o a CNN?
-Me identifico con lo que está diciendo CNN. Pero también ese es su país y uno es extranjero, trabajas allá, no puedes exigir, es rara la situación, a veces no hay que meterse en esos temas.

¿Ha cambiado tu visión sobre lo que ha pasado con Venezuela?
-Sí, mucho. Estoy muy decepcionado de lo que ha pasado en la política, porque siempre termina dividiendo a las personas y a los pueblos y la mayoría de las promesas nunca se cumplen. El ritmo de la política es súper lento y generalmente termina uno ¡aggg!, ya no quiero creer más en esto. Las instituciones están cada vez más deterioradas, la corrupción es una cosa de locos y de repente uno se pregunta: ¿esto a dónde va? Obama para mí era una gran esperanza. Me parece un tipo súper chévere, me encantaba lo que decía, lo que hacía, pero no fue mucho lo que pudo hacer.

-En algún momento tuviste algún grado de encantamiento con Chávez, o con su sueño de una América Latina socialista.
-No. Siento que el socialismo, el comunismo, la centro-derecha, todos tienen cosas buenas, pero ninguno es perfecto en sí. Por qué me tengo yo que clavar con algún tipo de pensamiento. No. Por ejemplo, la educación en Cuba es increíble, pero lo otro no. Como vas a pretender que toda la gente sea igual, si no es igual. Es imposible, tengo derecho a pensar como quiera. No me gusta meterme en ningún grupo, porque si no uno queda como bobo siguiendo una caravana. Para qué.

El 2009 participaste en un concierto en Cuba, Paz sin Fronteras, pero en algunas entrevistas recientes me dio la idea que te hubieras arrepentido.
– En esos shows había un elemento de ingenuidad, de inocencia, valían la pena, pero era una línea muy delicada, donde la gente siempre te quería calificar políticamente de aquí o allá. Yo no voy a cantar a Cuba porque soy comunista, no tengo nada de comunista, pero tampoco estoy en Miami porque soy capitalista. Me gusta vivir ahí porque amo la música, mi carrera está ahí y mis hijos estudian ahí, pero amo a mi país. La idea de Cuba era ir a cantar para que, a través de la música, se generan puentes a otros países, y acercarlos en esa guerra entre ellos, que sobre todo se libra en Miami y que es tan fuerte. Estamos en otro mundo. Twitter para mí es una red súper violenta. Te metes ahí y puchas, es de locos, muy heavy. La gente ha salido con toda su violencia a través de las redes, como no tienes que poner tu cara ni tu nombre, dices lo que quieres y todo se vuelve muy fuerte.

Hablas de ingenuo, ¿en qué sentido lo dices?
-Que es un estado en que uno está limpio y uno dice, quiero hacer esto por el bien, creo en esto, en el poder de la música, en el arte y después llegan todas esas fuerzas duras que están ahí que hacen que todo sea complicado. Pero el momento en que estuvimos tocando y lo que pasó ahí no lo puede quitar nadie ni borrar nadie.

¿No lo volverías hacer?
-No sé cuándo, ni en qué circunstancias. Creo que hoy en día es más difícil, porque la gente es más temerosa. Si llamo un artista para invitarlo a tocar a Cuba, no te creas que van a ir conmigo.

¿Por qué no?
-Porque si te metes en eso te tienes que someter a que te casquen duro.

¿Qué te importa?
-No es fácil cuando tienes tantas energías fuertes contra ti.

¿Te hizo daño?
-No, porque esa experiencia me hizo más grande. Pero al mismo tiempo sufría y de repente en las radios en Miami no me ponían la música, me cerraron las puertas en muchas partes porque la gente creía determinadas cosas…

Pagaste un costo por ese concierto en Cuba.
-Sí. Te metes ahí y juegas en una línea súper delicada. Todos queremos que esto sea mejor, pero a la vez es difícil conectar a todos en algo que sea para mejorar.

URIBISTAS Y SANTISTAS

¿El ex presidente Álvaro Uribe y actual líder político, te parece un personaje positivo para la política colombiana?
-Uribe hizo un papel clave en la historia del país. Llegó en el año 2002 y su propuesta era “mano dura, corazón firme” y les hizo la guerra a todos pues y los debilitó. La primera vez voté por Uribe y para la reelección también, y no te puedes imaginar la cantidad de insultos que he recibido por eso, hasta el día de hoy. Pero si no es por Uribe, es por cualquiera. Siempre que te metes terminas perdiendo. Históricamente él hizo algo maravilloso para el país. Los últimos cuatro años no debieron pasar, fue un exceso, porque terminó todo más confuso. Y estos últimos ocho años han sido muy duros para Colombia porque ha sido la pelea entre Santos y Uribe, que tiene al país dividido. Las familias están divididas.

-¿Eres uribista o santista?
-Ninguno de los dos. Me parece que Santos y Uribe han hecho cosas buenas y que los dos se han equivocado.

-Leí que votaste a favor de la paz en Colombia, pero con cuántos peros diste el SÍ.
-Como decimos en Colombia, nos teníamos que tragar varios sapos. El tema que algunos no fueran a pagar todas sus culpas, que terminaran haciendo política inmediatamente, algo que es como asustador, más aún, viendo lo que está pasando en Venezuela. Textos como, “el castro-chavismo llega a Colombia”, “la guerrilla de las Farc van a lograr tener un Presidente”, entonces la gente se asusta, se paranoiquea. Eso fue un lío para mí, las dudas que tenía. Pero cuando pensaba en los 50 años de guerra, los conflictos, los muertos, todo lo que ha sido Colombia en estos últimos 50 años es muy duro, me entiendes. ¡50 años! Es mucho tiempo, sobre todo en un país donde uno de cada tres colombianos es campesino. Somos un país agrícola por excelencia, aporreado por la violencia y creo que los campesinos se merecen una oportunidad. La negociación de la paz es algo positivo y Colombia está en el lado correcto de la historia, pero el post conflicto va a ser muy heavy.

Y las próximas elecciones presidenciales en el 2018, ¿cómo las ves? No estarán ni Uribe ni Santos como presidenciables…
-Súper complicadas, porque van algunos candidatos van a querer destruir los acuerdos de paz, y otros van a querer defenderlos…

¿Tienes tu candidato?
-Todavía no tengo mi candidato, pero me inclinaría por Sergio Fajardo o por Humberto de la Calle. Fajardo es un tipo que me parece muy chévere. Es un profesor matemático, muy pilo, en la época de Medellín de la alcaldía hizo cosas muy buenas.

-Dices que dudas, que no crees, pero participas todo el tiempo en política.
-Es que si no voy a votar y no participo en ese ejercicio democrático estaría cometiendo un error. No puedo no hacerlo, pero claro, hay muchas dudas.

MALUMA Y LA CENSURA

-El cantante Maluma fue declarado algo así como hijo ilustre de Antioquía, tu región …
-…caballero de las letras, ja, ja, ja…

-Sí, eso, por la fantástica “poesía urbana”, ja, ja, ja…
-Todo lo que sale del reggaeton, el trap, es reflejo de la sociedad, no podemos decir, “mira esa música es asquerosa”. La música es reflejo de lo que pasa en las calles. A mí no me gusta. Si vos ves mis letras, es al contrario. Yo me muero por la mujer, la inspiración de mi vida son mi esposa, mis hijas, mi madre, tengo una imagen totalmente distinta. Ellos tienen una actitud como si quisieran ser sicarios, mafiosos, una cosa rara que no entiendo.

-¿Cuatro Babys es una canción que Maluma no debería cantar?
-Él está en el derecho de hacer lo que quiera. Si él siente que está cool para él, que lo haga. Y si escucho a mis niñas repitiendo la canción de Maluma, o cualquiera de estas que esté diciendo cosas raras, yo le digo, oye niñas, por favor, pues ahí están los Beatles, los Rolling Stone, Queen, escucha otra cosa, eso está mal. Pero yo no sé cómo parar eso. Está por todas partes.

-¿No lo prohibirías?
-Es que cómo vas a prohibir alguien que ha vivido esas experiencias y que las quiere plasmar en unas letras. Los raperos americanos lo están haciendo desde los ochenta. Las letras son súper heavy.

-Más que heavy es que denigran a la mujer.
-Claro, a mí me parece que no está bien.

-¿Estas a favor del aborto?
-Es un tema muy delicado. No creo que haya que llegar al aborto. La Iglesia y el Estado tienen que hacer campañas preventivas, porque la vida es un milagro y una cosa muy valiosa y uno no puede llegar y abortar.

-Prevención, dices tú…
-Claro, pero no veo que ni el Estado ni la Iglesia se metan con esos temas. Es muy difícil. Tengo tres hijos y uno no sabe lo que la gente vive. Puede que el aborto tenga sentido bajo ciertas circunstancias. Que a la chica la violaran, es que es muy duro, tengo dos hijas, no lo sé. Por qué tiene que llegar eso hasta ahí.

-Te doy un poco de contexto, nosotros hemos estado discutiendo una ley para despenalizar el aborto en casos puntuales, como inviabilidad fetal, riesgo de la madre y violación.
-La mujer tiene derecho a escoger qué hacer. Tú no le puedes decir a la mujer que aborte o que no lo haga. Ella tiene derecho a decidir, es su cuerpo, es su vida. Ella tiene que ver qué hace.

-Ambicioso tu último disco Mis planes son amarte, porque además de un trabajo musical, te metiste en un trabajo audiovisual. Cada canción tiene un video y todos arman una gran película…
Lo primero que hicimos fue la música, estábamos felices y dijimos, vamos a hacer algo distinto, vamos aportarle al arte en este momento donde la música se consume de manera muy rápida, por canción, el disco casi no es prioridad. Pensamos en Pink Floyd, Bowie, que han hecho estas obras que son discos audiovisuales tan chéveres, que se quedan para siempre en la historia y que son atemporales, con un concepto audiovisual claro, y hablamos con Cacho López, un director. Al principio pensamos que era complicado, porque conseguir los recursos para hacer algo así no es fácil. Y logramos hacerlo con el apoyo de la disquera, el gobierno de México, de Colombia, algunas marcas y mucha gente.

-Es como un regalo.
-No tienes que pagar. La música no se paga ahora, escuchas Spotify y al artista le llegará la milésima del centavo, pero a la vez la marca del artista puede crecer. Y los conciertos en vivo siempre van a ser únicos. Pero la idea es que puedas consumirla en muchas plataformas y que además le puedas ver la cara a todas las canciones es súper chévere, que haya una historia paralela a las canciones, que es un viaje.

-Bueno hay una escena en uno de los videos que haces una toma de ayahuasca…¿Ya hiciste ese viaje?
-Me falta, no lo he hecho. ¿Tú lo hiciste?

-No, me falta también, probé peyote…
-Lo que probé fueron los hongos, muy fuerte. Me da un poquito de miedo la ayahuasca, pero quiero hacerlo.

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